Arbol ca¨ªdo
Pr¨®ximas a publicarse las memorias del general Franco Salgado, cuando todav¨ªa no se han apagado los ecos producidos por su diario, es mi deseo hacer las siguientes consideraciones.La viuda del general Franco Salgado ten¨ªa varias opciones con respecto al diario de su marido, quemarlo, guardarlo sin publicar publicarlo ¨ªntegramente o publicarlo parcialmente, en definitiva esto ¨²ltimo es lo que hizo, y lo que ha provocado la polvareda y esc¨¢ndalo incomprensibles, sacando las cosas de quicio, tratando de desviar la atenci¨®n del contenido del libro, mientras otros piensan que deber¨ªa publicarse ¨ªntegramente por considerar un deber y un servicio a la historia, la desmitifaci¨®n de la figura del caudillo, que aunque algunos lo duden, era un ser humano, y como tal, sujeto a errores.
El libro no pretende mayor alcance, que el ser un diario escrito por quien quiso ser honesto consigo mismo y con los dem¨¢s, que no pretendi¨® en ning¨²n momento, escribir un relato biogr¨¢fico, sino simplemente un diario en el que se relatan determinados comentarios y opiniones del caudillo.
El diario podr¨¢ gustar o no a las personas aludidas por el mismo, pero cualquiera que conociera a Franco Salgado, tiene la certeza de que los comentarios, las opiniones y cr¨ªticas del caudillo son tan meticulosamente exactas como meticulosas era su cotidiana tarea de anotar d¨ªa a d¨ªa el testo de sus conversaciones.
Prueba de ello es que algunas de las m¨¢s relevantes personalidades que se citan en el libro, y una de las m¨¢s allegadas a la personal del caudillo, como es el se?or Serrano Su?er, despu¨¦s de una cr¨ªtica negativa de los valores del libro, y descalificar a su autor por sus opiniones, no duda en afirmar que: ?Todas las manifestaciones hechas por el caudillo -juicio, afectos, desafectos, odios- que el autor recoge son exactas. ?
En otras declaraciones menospreciando su lealtad se le asigna la tarea de ayuda de C¨¢mara, y l¨®gicamente muchos se tendr¨¢n que preguntar si un teniente general en el puesto que ¨¦l ocupaba, pariente, confidente, amigo y colaborador desde su juventud, se le llama ayuda de C¨¢mara, ?c¨®mo podr¨ªa calificarse a los aduladores de turno con sus continuas reverencias, temerosos de ser despedidos alg¨²n d¨ªa sin contemplaciones?.
Tambi¨¦n se ha criticado que el libro no contiene masque secretos de alcoba, que nunca debieron ver la luz, ignorando que en la historia son precisamente los secretos de alcoba los que han permitido conocer la aut¨¦ntica personalidad de los que la hicieron posible.
Llevamos tantos a?os oliendo el incienso barato, que cuanto alguien tan vinculado al r¨¦gimen como Franco Salgado no lo usa, se le considera poco menos que un traidor.
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