Eclosi¨®n de las revistas para "la nueva pareja liberada"
Hace aproximadamente un a?o apareci¨® en los quiosqos un nuevo tipo de revista, desconocida en Espa?a hasta la fecha, dedicada a la informaci¨®n sobre temas sexuales. La primera fue Convivencia, la ?revista de la indecencia?, como la subtitularon inicialmente los detractores de la apertura. Poco despu¨¦s aparec¨ªan: D¨²o, Pareja 2.000... y hace s¨®lo unos meses Vivir a dos, con su atrevido slogan de lanzamiento: ?Acu¨¦state con ella?.El hambre de informaci¨®n sexual que el espa?ol ha padecido desde tiempos de la Contrarreforma ha propiciado el ¨¦xito de estas publicaciones que ven¨ªan, en principio, oportunamente a cubrir esta importante laguna. Las elevadas cifras de tirada que alcanzaron los primeros n¨²meros -hasta 150.000 ejemplares- reflejan la buena acogida que tuvieron, aunque luego esa cifra inicial se redujera para estabilizarse alrededor de los 70/80.000 ejemplares, por t¨¦rmino medio.
La procedencia de las cartas y consultas que en estas revistas se reciben permite deducir la amplitud de su difusi¨®n entre un p¨²blico lector indiferenciado y heterogeneo, aunque, seg¨²n las encuestas que ha realizado D¨²o, se puede saber que son las mujeres las que m¨¢s suelen comprar la revista (lo que no excluye que los hombres la lean) y que su status social y cultural es, de nivel medio.
El contenido
En cuanto al contenido de estas publicaciones, var¨ªan notablemente seg¨²n t¨ªtulos: algunas se limitan a desarrollar estudios monogr¨¢ficos sobre algunos de los m¨²ltiples aspectos de la problem¨¢tica sexual acompa?ados de un cap¨ªtulo de consultas personales de los lectores. Otras, en cambio, dan cabida en sus p¨¢ginas a una serie de cuestiones que s¨®lo de manera tangencial se relacionan con el sexo; modas, actualidad, espect¨¢culos.Ante el indudable ¨¦xito obtenido por estas publicaciones -acusadas por algunos de intentar libidinizar la sociedad- cabr¨ªa preguntarse c¨®mo han satisfecho el respetable deseo de saber de sus consumidores. Pero, sobre todo, habr¨ªa de dilucidar en qu¨¦ medida han contribuido a la formaci¨®n sexual de los espa?oles, si es que en realidad han contribuido a ello, o si m¨¢s bien, se han limitado a aprovechar cierta liberalizaci¨®n de la censura para explotar un mercado virgen a favor de los intereses de las empresas editoras.
Una de las cr¨ªticas que se puede aplicar a las revistas a las que nos referimos es que todas ellas subordinen a la necesidad de vender el tratamiento y enfoque de los asuntos que abordan, muchas veces en detrimento de seriedad y coherencia.
La falta de especialistas capacitados -salvo se?aladas excepciones- se traduce en que los textos que pretenden ser veh¨ªculos de informaci¨®n objetiva resultan fr¨ªvolos u oscuros. En algunos casos se recurre a las traducciones de material extranjero -franc¨¦s e italiano principalmente- que adem¨¢s de estar escrito y publicado desde hace a?os, no responde a la real situaci¨®n de la sociedad espa?ola Por otra parte. se observa que, a causa precisamente de la escasez de originales o por un deseo de complacer los gustos de los lectores, una serie de tenias -homosexualidad. frigidez, etc¨¦tera- se repiten con demasiada frecuencia hasta agotarse por completo.
Tambi¨¦n convendr¨ªa desenmascarar los planteamientos m¨¢s o menos moralizantes o maniqueistas que subyacen en muchas ocasiones en la concepci¨®n de las nuevas relaciones ?liberadas? que se presentan. La misma imagen de la pareja liberada no deja de ser reproducci¨®n actualizada de las f¨®rmulas m¨¢s convencionales de amor institucionalizado, en las que la mujer desempe?a el papel de ser sumiso y complaciente con los deseos del var¨®n.
Al margen de las cr¨ªticas apuntadas, el papel que actualmente desempe?an las revistas de informaci¨®n sexual puede considerarse como positivo desde el momento que aportan una serie de datos b¨¢sicos y ponen sobre el tapete una serie de cuestiones que hasta no hace tiempo s¨®lo pod¨ªan ser tratadas y con reservas, en los confesonarios o en la literatura prohibida. Quiz¨¢ lo m¨¢s importante que aportan es su propia existencia.
Por otra parte, ser¨ªa absurdo responsabilizar a la iniciativa privada de la formaci¨®n sexual de la poblaci¨®n, tarea que se debe realizar a partir de una planificaci¨®n educativa global y a nivel de ense?anza general b¨¢sica.
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