Irripar egizu, arren (sonr¨ªa por favor )
El Athletic de Bilbao es como el Barcelona, m¨¢s que un club, pero por lo visto sus dirigentes, todav¨ªa no se han enterado. El Athletic es algo m¨¢s que los gritos de ?Rompecascos?, pero el se?or Eguidazu parece que no cree en ello. El Athletic no es s¨®lo el club de Neguri; el Athletic est¨¢ tambi¨¦n a ambos la dos de la r¨ªa y cualquier cosa que se haga para disimularlo ser¨¢ un error. Las multas a Iribar, Irureta y Rojo I (no lo ser¨¢ tanto) por manifestaciones de tipo pol¨ªtico son una forma de represi¨®n a la que los clubs no tienen derecho. El se?or Eguidazu. al que se le supon¨ªa dem¨®crata cristiano por sus relaciones con la familia Gil Robles parece que est¨¢ m¨¢s cerca del ex presidente del Atl¨¦tico de Madrid marqu¨¦s de La Florida.Ir¨ªbar e Irureta forman parte de la comisi¨®n vizca¨ªna pro amn¨ªst¨ªa pero no es la primera vez que ambos jugadores muestran su inclinaci¨®n hacia los ternas sociopol¨ªticos que afectan al Pa¨ªs Vasco. Aunque lo f¨¢cil en este pa¨ªs es adjudicar- a cualquiera que se preocupe por la comunidad en la que vive calificativos de rojo, separatista, mas¨®n o s¨ªmilares-vaya por delante que tanto el guardameta internacional como su compa?ero no responden ¨ªdeol¨®gicamente a ning¨²n tipo de extremismos. Ir¨ªbar, al que algunos ven ahora al mism¨ªsimo Belceb¨², es hombre de comuni¨®n casi diaria y de Irureta puede afirmarse casi lo mismo. Probablemente ninguno de los dos llega a ser partidario de aquello que Indalecio Prieto llamaba la Republiquita de San Ignacio de Loyola.
Irureta e Ir¨ªbar son dos hombres entra?ables de unas cualidades morales poco comunes. Estoy seguro de que las multas de la directiva por haber hecho manifestaciones de tipo pol¨ªtico estar¨ªan dispuestos a pag¨¢rselas la mayor¨ªa de los socios del Athletic. En la calle Bertendona parece corno si se hubiera perdido la sonrisa.
El Athletic tan legalista en el asunto de, los oriundos, en el que sin duda ten¨ªa toda la raz¨®n y de ello nos hemos hecho eco adecuadamente en estas p¨¢ginas ha tenido, entiendo yo, en estas sanciones, una especie de salida de pata de banco. No es defendible desde ning¨²n punto de vista la prohibici¨®n de la directiva. No se puede negar a un ser humano un derecho tan elemental como el de pensar y manifestar lo que se piensa, Ser¨ªa chocante que ahora desde el Athletic se quisiera implantar aquello de ?lejos de nosotros la funesta man¨ªa de pensar?.
Afortunadamente, ni esta directiva, ni las anteriores, ni las qu¨¦ conduzcan al Athletic en el futuro, podr¨¢n desempe?ar el historial de la entidad. El Athletic seguir¨¢ contando con innumerables simpat¨ªas, incluidas las del cardenal Taranc¨®n, insignia de oro y brillantes del club.
Mientras el Athletic Club de Bilbao multa a sus jugadores, el Real Uni¨®n de Ir¨²n ha solicitado en alguna ocasi¨®n la oportuna autorizaci¨®n para colocar la ikurri?a en su estadio. El domingo apareci¨® la ense?a vasca en lo alto de uno d¨¦ los postes de la iluminaci¨®n del Gal. La Real Sociedad, que quiere ser todav¨ªa m¨¢s representativa de la abstencionista provincia piensa incluso en cambiar de nombre oficial para enraizarse m¨¢s con la capital y todos sus pueblos.
Es cosa digo yo, de que en el, Athletic se recupere el slogan de hace unos a?os: irripar egizu arren (sonr¨ªa por favor).
No debe estar para sonrisas el Madrid tras el descalabro del domingo en el Calder¨®n, pero la vida es para tomarla con filosof¨ªa. En el Madrid, por mor de mantener la imagen, no sufrir¨¢ ninguna convulsi¨®n. Otra cosa hubiera sido en el Atl¨¦tico de haber perdido el partido. A estas horas estar¨ªa Luis en la picota. As¨ª, dicen que hasta recibi¨® bombones en el vestuario. Miljanic, cuya gesti¨®n es m¨¢s que cuestionable y de ello habr¨¢ que hablar otro d¨ªa, seguir¨¢ Firme en su puesto. En estas cosas, el Madrid obra con cordura.
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