El ensayo y sus desajustes
Ha pasado el tiempo necesario para poder examinar la preparaci¨®n, desarrollo y resultados del refer¨¦ndum con el esp¨ªritu libre de toda clase de prejuicios, y para deducir algunas conclusiones de posible utilidad.Han coincidido pr¨¢cticamente todos los comentaristas pol¨ªticos nacionales y extranjeros en considerar que el resultado del refer¨¦ndum constituy¨® un ¨¦xito rotundo para el presidente Su¨¢rez. Seg¨²n ha insinuado uno de los m¨¢s oficiosos y serviles comentaristas -la adulaci¨®n al que manda es planta que, por desgracia, florece en todos los reg¨ªmenes y con mayor exuberancia en los absolutistas y sus derivados el triunfo habr¨ªa hecho al presidente sentirse tan fuerte y seguro ante la Oposici¨®n que el di¨¢logo mantenido estos d¨ªas con los se?ores Tierno Galv¨¢n y Pujol debe ser considerado como un acto de generosa gracia concedida por quien no tiene ya necesidad de contar con las fuerzas democr¨¢ticas de la Oposici¨®n.
A cualquier esp¨ªritu sereno, libre de toda pasi¨®n, le ser¨ªa dif¨ªcil aceptar sin reservas el triunfalismo de esa tesis, sobre todo despu¨¦s de los graves acontecimientos que se han sucedido en cadena en los d¨ªas anteriores a la consulta popular inmediatamente despu¨¦s de que el pueblo soberano elevara sobre el pav¨¦s de las urnas electorales al triunfador m¨¢ximo de la tibia y discutible consulta ciudadana. Recordemos el secuestro del presidente del Consejo de Estado, cuyo paradero se ignora cuando se escriben estas l¨ªneas, a los veinte d¨ªas del condenable y sospechoso atentado de la calle de Montalb¨¢n la fuga de cinco presos de la c¨¢rcel de Basauri a los pocos d¨ªas del fracaso del primer intento de evasi¨®n, la rueda de prensa desafiante del secretario general del Partido Comunista, cuya presencia en Espa?a se ignoraba oficialmente, aunque de todos fuera sabida, la tumultuosa maniestaci¨®n de agentes de la fuerza p¨²blica aunque vestidos de paisano y sin armas seguida de agresi¨®n a un alto jefe de las mismas y que ha obligado al Gobierno, con energ¨ªa que no por tard¨ªa es menos digna de alabar, a remover a titulares de puestos clave en el mecanismo de mantenimiento del orden p¨²blico, la pasividad de ciertos agentes de la autoridad, ante la agresi¨®n, algo m¨¢s que verbal, de que fue objeto el presidente de las Cortes, obligado a intentar el supremo recurso de llegar a las puertas de una embajada en busca de protecci¨®n; la detenci¨®n de Santiago Carrillo -hoy atenuada por el juez- en circunstancias que autorizan a pensaren el extra?o fen¨®meno de una posible conjunci¨®n de fuerzas que deber¨ªan ser antag¨®nicas, pero que en la pr¨¢ctica coinciden en la finalidad de poner obst¨¢culos en la proclamada marcha del Gobierno hacia la democracia; ja ocupaci¨®n masiva de la Puerta del Sol por la polic¨ªa ante el anuncio de una manifestaci¨®n comunista, con la cooperaci¨®n activa -y esto es tal vez lo m¨¢s grave- de j¨®venes armados no pertenecientes a las fuerzas de orden p¨²blico ... ?A qu¨¦ seguir?
Bastar¨ªa este conjunto de hechos, en una situaci¨®n pol¨ªtica medianamente normal, para rebajar el resultado del refer¨¦ndum a- sus verdaderas proporciones. Pero no quiero limitarme a destacar estas negras l¨ªneas del cuadro, pues creo m¨¢s constructivo, sobre todo cuando parece que nos acercamos a la elecci¨®n de candidatos para los proyectados organismos constituyentes, procurar poner de relieve la verdadera naturaleza del refer¨¦ndum y su significaci¨®n, al margen tanto de ditirambos triunfalistas como de reservas mentales o insinuaciones mal¨¦volas.
El refer¨¦ndum no ha sido m¨¢s que un ensayo -ensayo general si se quiere- de la futura operaci¨®n democr¨¢tica.
Como todo ensayo general, y m¨¢xime si ha sido montado, como en el presente caso ocurre, por elementos autoritarios de reciente conversi¨®n a la democracia, y con una masa habituada a las d¨®ciles expresiones de voluntad de la ¨¦poca franquista. el ensayo ha puesto de manifiesto ciertos desajustes que es preciso destacar.
El ensayo tuvo todas las caracter¨ªsticas de las operaciones democr¨¢ticas del franquismo: propaganda desaforada, mediocre y hasta irritante del Gobierno, con abundantes recursos econ¨®micos nutridos por aportaciones, de todos los espa?oles, apenas atenuada por unas limitad¨ªsimas intervenciones en la televisi¨®n de elementos oposicionistas, falta de control de la verdad de la votaci¨®n en la inmensa mayor¨ªa de las mesas electorales, mantenimiento del aparato coactivo del partido ¨²nico en ciudades y sobre todo en pueblos y aldeas,- presi¨®n moral para que todos votasen, sin excluir al propio Jefe del Estado, olvidando que es l¨®gico que ¨¦ste vote cuando es cabeza de partido en una rep¨²blica, o jefe del partido ¨²nico como lo era Franco, pero no cuando es encarnaci¨®n de una instituci¨®n que debe estar por encima de diferencias partidistas en un r¨¦gimen mon¨¢rquico. impulso oficial a la inercia de una opini¨®n acostumbrada desde hace cuarenta a?os a decir s¨ª a todo lo que el Gobierno propone... No es f¨¢cil dejar a un lado costumbres arraigadas en el cuerpo social desde hace casi medio siglo.
A la luz de esta interpretaci¨®n resulta curioso observar la contradicci¨®n en que incurren aquellos que, en nombre de Franco, se han opuesto con m¨¢s energ¨ªa a la llamada reforma pol¨ªtica. No han faltado entre ellos quienes han hablado incluso de fraude electoral y escamoteo de votos negativos..Si esto fuera cierto -y en ello ni entro ni salgo- la ¨²nica conclusi¨®n v¨¢lida ser¨ªa la de que tambi¨¦n aqu¨ª el ensayo del refer¨¦ndum habr¨ªa sido fiel al esp¨ªritu de los ¨²Itimos decenios. ?Es que se puede decir seriamente que hubo una sola consulta electoral sin fraude. en la ¨¦poca franquista?
Digase lo que se quiera, el resultado del refer¨¦ndum ha sido el que ten¨ªa que ser. A, pesar de ello, o tal vez por ello mismo, nada representa ni nada eficaz hubiera podido representar para el pa¨ªs, a menos de encajarlo en sus verdaderos l¨ªmites, es decir, considerarlo como un ensayo previo para acometer seriamente la prueba decisiva de las elecciones.
Mas para ello es preciso que todos extraigamos de lo ocurrido la lecciones que encierra, para no caer en los mismos fallos y desajustes que el ensayo ha puesto de relieve.
La actitud del cuerpo electoral no puede ser en las futuras elecciones del Congreso y del Senado la misma que ha sido en el refer¨¦ndum. En ¨¦ste se ped¨ªa al ciudadano que. definiera su posici¨®n con la respuesta sencilla de un s¨ª o de un no, No importa que la pregunta fuera de una peligrosa complejidad y por ello poco leal en su formulaci¨®n. La propaganda- uni lateral del Gobierno simplific¨®, false¨¢ndola, la cuesti¨®n. present¨¢ndola a una opini¨®n despolitizada, como una opci¨®n entre un r¨¦gimen pasado, desacreditado Y decr¨¦pito, y un porvenir democr¨¢tico cuya estudiada indeterminaci¨®n le hac¨ªa simplistamente apetecible. El pueblo espa?ol ha pronunciado un aplastante s¨ª, que no es m¨¢s que un rotundo no al pasado.
Pero en unas elecciones para las dos C¨¢maras constituyentes, la consulta no puede formularse en t¨¦rminos tan simplistas. El pueblo ha de decidirse sobre programas, sobre doctrinas. sobre organizaciones, sobre hombres.
Triste ser¨ªa la suerte de Espa?a si los errores e incomprensiones de unos y otros simplificaran la consulta electoral reduci¨¦ndola a una opci¨®n entre dos bloques inconciliables!
Si el Gobierno quiere unas elecciones normales, tiene que corregir los fallos y desajustes del ensayo del refer¨¦ndum: sustituir la posici¨®n beligerante que adopt¨® por una actitud de neutralidad estricta, dar iguales oportunidades de propaganda para que todas las ideas puedan llegar a todos los ciudadanos: otorgar las necesarias facilidades para la estructuraci¨®n de los par tidos con vistas al acto electoral. eliminar los organismos coactivos del partido ¨²nico sin que por ello haya de olvidar las situaciones personales de sus componentes: negociar cuanto antes con la Oposici¨®n democr¨¢tica una ley electoral que no sea s¨®lo concebida para el Gobierno y sus amigos... Y en resumen, pensar que los graves problemas que Espa?a tiene planteados no podr¨¢n si quiera encauzarse si no se cuenta con una Oposici¨®n constructiva, que a cambio de una actitud comprensiva e indirectamente colaboradora, no pide ni puestos, ni cargos, ni beneficios persona les, sino igualdad ante la ley y justicia estricta sin diferencias entre tirios y troyanos.
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