La crema de la crema
Con las primeras im¨¢genes de esta pel¨ªcula creer¨ªamos hallarnos ante una nueva versi¨®n de ?If?. El mismo colegio ingl¨¦s, el principio de curso, las mismas viejas aulas, id¨¦nticos discursos. Todo igual, salvo los alumnos, ya que aqu¨ª se trata de un colegio femenino. Sin embargo, la acci¨®n se sit¨²a en los a?os treinta, y adem¨¢s advertimos otra diferencia importante: el protagonista no es el colegio en s¨ª ni ning¨²n clan de alumnos, la protagonista -pues de una mujer se trata- es una profesora, miss Brodie, obsesionada por elevar a sus alumnas al rango de lo que ella llama ?la crema de la crema?, es decir, lo mejor de las mejores.Este empe?o particular no viene de ning¨²n prurito profesional sino de su propia personalidad, de sus propios sue?os, que, en contraste con los dem¨¢s profesores y con el ambiente en torno, le hace sentirse en cierto modo superior tambi¨¦n tal como sus alumnas, ?las chicas de Brodie?, deben de serlo respecto a sus compa?eras. Sin embargo, el sentirse no solo diferente, sino superior no le impide entablar relaciones amorosas con profesores del otro sexo, viajar a Italia durante los veranos, hacerse ardiente partidaria de Mussolini o realizar colectas a favor de Franco en nuestra ¨²ltima guerra. Esta miss Brodie, que explica constantemente c¨®mo se halla en su mejor edad, se?al inequ¨ªvoca de que ese tiempo va pasando, que es capaz de imaginar para cada una de sus alumnas un porvenir brillante y novelesco, quedar¨¢ sorprendida y derrotada cuando el mundo, de pronto, por boca de una de sus alumnas favoritas, le acusa de la muerte de una de ellas.
Los mejores a?os de miss Brodie
Direcci¨®n: Ronald Neame. Int¨¦rpretes. Maggie Smith, Robert Stephens. Pamela Franklin. Gordon Jackson, Celia Johnson. Color. Dram¨¢tica.Local de estreno: Cine Pompeya
V¨ªctima en parte de su propio ambiente, del que ella forma parte a su pesar, y a la vez de sus propios ensue?os, incapaz de separar sus propios h¨¦roes de los hombres reales que la rodean y la asedian, miss Brodie sucumbir¨¢ sin llegar a comprender cu¨¢l ha sido su error, su falta, por qu¨¦ el mundo se la rebela. Si en un principi¨® el filme recuerda a ?If?, se debe indudablemente a que arranca con un planteamiento parecido, aunque distinto, del que m¨¢s tarde canaliza realmente la acci¨®n de la pel¨ªcula. Lo que en ella se esperaba de profundidad o, si se quiere de b¨²squeda en el momento confuso de la adolescencia, se va en sermones de la protagonista, en charlas sobre mitos y h¨¦roes de aventuras er¨®ticas.
A medida que la acci¨®n camina a su final, va tomando un tono entre rosa y dram¨¢tico que no llega a abandonar ni siquiera con la socorrida estratagema de la muerte. Quiz¨¢s con ello se nos venga a decir que miss Brodie es as¨ª a medias tr¨¢gica y vac¨ªa a medias. repetici¨®n de otras miss Brodies verdaderas.
En lo que se refiere al tratamiento queda Maggie Smith a su personaje, con su Oscar de Hollywood a sus espaldas, no convence, suena a teatral, a artificioso, sobre todo frente a sus alumnas, que aparecen como un modelo de sobriedad espont¨¢nea.
Maggie Smith parece recitar ante un espejo o mejor cara al p¨²blico, un p¨²blico habituado a sus ?tics?, pasos, gestos y ademanes, medidos, calculados, deformados en su empe?o por parecer a la vez sofisticados y normales. No es extra?o que su amigo el pintor renunciara a retratarla. Ni siquiera a lo largo de toda su historia se consigue fijar su personalidad, su imagen. Es como una explosi¨®n de fuegos artificiales que iluminara el p¨®rtico de otros tiempos oscuros y violentos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.