La unidad, una exigencia de todos los socialistas
del partido Socialista Popular (PSP)AGAPITO RAMOS CUENCA
de la Federaci¨®n de Partidos Socialistas (FPS)
MANUEL DE LA ROCHA RUBI
del Partido Socialista Obrero Espa?ol (PSOE)
Sin duda que uno de los primeros y m¨¢s graves problemas que tiene planteados hoy d¨ªa el socialismo en nuestro pa¨ªs es el de su unidad. Desde hace una serie de a?os, el movimiento socialista organizado pol¨ªticamente se encuentra dividido, fragmentado en una pluralidad de partidos y grupos, todos los cuales se reclaman de las ideas socialistas y, por supuesto, se consideran portaestandartes del esp¨ªritu unitario que, dicen, es negado en la pr¨¢ctica por los dem¨¢s, a los que achacan desviaciones o intenciones poco ortodoxas.
Si en a?os anteriores la divisi¨®n era ya un atentado al esp¨ªritu de clase que los socialistas dec¨ªamos profesar, hoy su permanencia desborda el marco de los grupos y personas en ¨¦l implicados, para situarse al nivel de una necesidad hist¨®rica del movimiento socialista, de una exigencia concreta e ineludible de la clase trabajadora espa?ola, cuya liberaci¨®n ha de pasar por una alternativa global cuya direcci¨®n sea llevada por un gran Partido Socialista garante, adem¨¢s, de la estabilidad del proceso democr¨¢tico. En efecto, la proximidad de unas elecciones generales con los socialistas divididos en varios partidos es un hecho doblemente grave. En primer lugar, por lo que significa de impotencia de los mismos socialistas para resolver nuestros, propios problemas, y por consiguiente, para ni siquiera enfrentarse con los problemas de la sociedad en su conjunto: y en segundo lugar por las perniciosas consecuencias que para el movimiento socialista y para la izquierda en general presumiblemente van a derivarse; consecuencias que facilmente se contabilizar¨ªan en un porcentaje importante de votos que ir¨¢n a parar a otras alternativas m¨¢s coherentes consigo mismas.
Este art¨ªculo, suscrito por militantes de las tres organizaciones socialistas m¨¢s importantes a nivel del Estado espa?ol, FPS, PSOE, y PSP, se sit¨²a en esa perspectiva unitaria, partiendo de la firme ?creencia de que es urgente la apertura de un proceso p¨²blico de unidad y no s¨®lo de apariencia de unidad, que vaya m¨¢s all¨¢ de la mera alianza electoral y que lleve, antes de las elecciones, a una ¨²nica organizaci¨®n de todos los socialistas.
Mas sabemos que el arraigo y la extensi¨®n de la conciencia de esa necesidad se ha visto frecuentemente interferida y dificultada por esquemas que, en nuestra opini¨®n, responden a momentos diferentes de los actuales, sobre la base de consignas y directrices m¨¢s catequ¨¦ticas que pol¨ªticas, que en la pr¨¢ctica han hecho inviable la unidad y llevan impl¨ªcito el riesgo de un fracaso electoral colectivo de los socialistas. Se hace necesario, pues, reactualizar el conflicto, avivar su conciencia para poderlo superar. De ah¨ª que muchos socialistas organizados estemos dispuestos, y este es el primer signo externo a movilizarnos p¨²blica y org¨¢nicamente por la unidad, fundamentalmente de las tres organizaciones.
Pero nos interesa subrayar que, adem¨¢s de necesaria, la unidad es posible. Y ello porque las tres organizaciones responden a planteamientos ideol¨®gicos y se mueven de acuerdo a estrategias y t¨¢cticas, pol¨ªticas muy semejantes, cuando no claramente id¨¦nticas. Todas ellas se consideran organizaciones de clase, que asumen y luchan por el proyecto hist¨®rico de la clase trabajadora, por la desaparici¨®n de la explotaci¨®n del hombre por el hombre y la construcci¨®n de una sociedad sin clases. Adem¨¢s, y dentro de la amplitud ideol¨®gica que corresponde a un socialismo de marco europeo, se definen como partidos marxistas, entendiendo el marxismo no de un modo dogm¨¢tico sino cr¨ªtico, como un m¨¦todo cient¨ªfico para conocer y transformar la sociedad capitalista y coinciden en que el m¨¦todo de transici¨®n al socialismo debe vertebrarse en nuestro pa¨ªs como alternativa de la izquierda unida, que combine la lucha parlamentaria, dentro de la m¨¢s firme defensa y garant¨ªa de la soberan¨ªa popular y de las libertades p¨²blicas, con la movilizaci¨®n popular, mediante la creaci¨®n de ¨®rganos democr¨¢ticos de poder de base que vayan sentando los fundamentos para el control y la autogesti¨®n de los trabajadores en todos los terrenos. Y en este punto hay plena coincidencia entre las respectivas organizaciones como palpablemente se manifiesta cuando el PSP hace hincapi¨¦ en el socialismo de izquierdas y democr¨¢tico, cuando la FPS insiste en la idea de autogesti¨®n como base y fundamento del modelo de organizaci¨®n social que propugna, e igualmente, cuando el PSOE, en su reciente congreso, reafirma una vez m¨¢s su car¨¢cter de partido de clase y, por tanto, de masas, marxista y democr¨¢tico.
Y si este es el marco te¨®rico com¨²n, que posibilita y facilita la unidad del socialismo espa?ol, no ha sido ni es menor la coincidencia b¨¢sica entre estas organizaciones cuando se trata de determinar la t¨¢ctica concreta de la coyuntura que en todos los partidos socialistas se ha construido sobre el principio de la ruptura negociada como m¨¦todo de transici¨®n de la dicta dura a la democracia. Como expresi¨®n de esta identidad ideol¨®gica y pol¨ªtica b¨¢sica est¨¢ la experiencia de unidad que proporciona la lucha diaria en los lugares donde coinciden socialistas de distintos partidos, experiencia en la base que debe potenciarse al m¨¢ximo porque sobre ella ha de vertebrarse la unidad futura.
No se trata, en cualquier caso, de eludir u ocultar las dificultades que en este proceso unitario se presentan. Sin entrar en las razones hist¨®ricas de esa divisi¨®n, que sin duda es un resultado m¨¢s del montaje represivo franquista, ni en consideraciones acerca de la mayor o menor incidencia cuantitativa o cualitativa de ¨¦ste o aquel partido, de ¨¦stas o aquellas siglas, por m¨¢s que estemos convencidos que su conocimiento y an¨¢lisis son imprescindibles para captar el problema en su conjunto, entender su situaci¨®n actual y proponer alternativas unitarias realistas y viables sin perjuicio del contenido, es urgente potenciar el debate sobre algunas cuestiones ciertamente importantes. Hay sin duda un problema de organizaci¨®n, de definici¨®n del modelo de organizaci¨®n que mejor responda tanto a la realidad diferenciada de los pueblos de Espa?a, como a la unidad a nivel del Estado de la clase trabajadora, cuyos intereses postulamos. La FPS piensa que la soluci¨®n m¨¢s correcta es una federaci¨®n de partidos, en tanto que el PSOE y el PSP se inclinan por la estructura de ¨²nico partido socialista a trav¨¦s de todo el Estado, pero de car¨¢cter federal, de manera que, junto a los congresos de nacionalidad o regi¨®n, existiera un congreso de todos los socialistas espa?oles, definidor de la pol¨ªtica global. Existen tambi¨¦n diferencias sobre como se entiende el problema de la autonom¨ªa sindical, y se discute, a veces en forma desgraciada, en qu¨¦ medida la solidaridad internacional ayuda a la reconstrucci¨®n del movimiento socialista, y en qu¨¦ medida puede hipotecar este mismo movimiento.
Pero si estos problemas est¨¢n ah¨ª, y no pueden ignorarse, la ¨²nica soluci¨®n realista es enfrentarse con ellos mediante un amplio debate en las bases y en los ¨®rganos de direcci¨®n. Al debate de la base responde de alg¨²n modo este art¨ªculo. Pero creemos que la mayor dificultad no nace hoy d¨ªa de las bases de los partidos ni deriva de ninguna de las cuestiones mencionadas. (Son otros lastres, que hasta ahora han pesado en demas¨ªa, los que habr¨¢ que dejar a un lado: en efecto, es imprescindible acabar con hegemonismos triunfalistas que no responden plenamente a una visi¨®n realista y critica del socialismo; se deber¨¢n tambi¨¦n superar los presupuestos personalistas que buscan situarse por encima de la irrenunciable democracia interna; y ser¨¢ igualmente imprescindible oportunismos puristas e irreales y anatematizadores a priori de lo que no est¨¢ dentro de su mismo saco). Queremos por ello se?alar aqu¨ª la grave responsabilidad hist¨®rica que pesa sobre los ¨®rganos de direcci¨®n de los grupos socialistas en orden a potenciar y hacer viable en plazo breve la unidad que desde las bases, de una manera cada vez m¨¢s generalizada y consciente, se est¨¢ exigiendo. Ser¨¢ en definitiva ante los propios socialistas y ante todo el pueblo espa?ol, ante quienes de ber¨¢n dar cuenta de su resultado.
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