El Partido Comunista Italiano, indignado por la represi¨®n en Checoslovaquia
No es la primera vez que el Partido Comunista Italiano se malhumora e indigna por como van las cosas en Checoslovaquia. Incluso protest¨® cuando varios periodistas italianos de Radio Praga fueron expulsados el a?o pasado por negarse a declarar a la polic¨ªa qu¨¦ extranjeros sol¨ªan conversar. En Berl¨ªn oriental, en la conferencia de los partidos comunistas de junio de 1976, Berlinguer fue el ¨²nico l¨ªder que puso sobre el tapete el problema checoslovaco.
Esta vez un editorial del ¨®rgano comunista L?Unita, publicado el pasado d¨ªa 12, defiende los principios democr¨¢ticos abiertamente. Los firmantes de la Carta 77, que piden un ?socialismo con rostro humano?, como el de la primavera de Praga sofocada por los tanques sovi¨¦ticos, han sido detenidos, interrogados, registrados y luego puestos en libertad. L?Unita da la noticia y polemiza ante todo con los dirigentes pol¨ªticos checoslovacos, porque ?responder a la petici¨®n de apertura de di¨¢logo sobre el respeto de los derechos humanos con operaciones polic¨ªacas representa una opci¨®n que no busca el camino de la reconciliaci¨®n, y provoca las divisiones de hace nueve a?os?.L?Unita denuncia con firmeza esta tendencia, que ?no respeta los ideales del socialismo?.
La Carta 77 no se presenta como un documento program¨¢tico pol¨ªtico-ide¨®l¨®gico del frente anti-Husak (secretario general del PC Checoslovaco), sino como la voz aislada de una comunidad informal que quiere que se respeten los derechos b¨¢sicos del hombre, seg¨²n el esp¨ªritu de Helsinki. Aunque el, espiritu de la Carta 77 sea el mismo que inspir¨® el Manifiesto de las 2.000 palabras de la ¨¦poca de Dubcek, las circunstancias hist¨®ricas han cambiado sustancial y tr¨¢gicamente.
Entre los firmantes de, la Carta 77 figuran protagonistas del nuevo curso como Hajek, Kriegel, Mylnar, v¨ªctimas de la represi¨®n estalinista como la viuda y el hijo de Slansky: cat¨®licos como el cr¨ªtico literario Cerny. Los literatos ?fracasados? son los comedi¨®grafos Vacia, Havel, Ludvik Vaulik, y Pavel Kohout y el soci¨®logo Patcka. Jiri Pelikan, que en 1968 dirig¨ªa la televisi¨®n checoslovaca, declar¨® al diario italiano La Republica: ?La polic¨ªa s¨®lo puede detener, no frenar el movimiento en pro de una mayor liberalizaci¨®n. A la represi¨®n y a los procesos pol¨ªticos de los a?os cincuenta y de 1972 no creo que se pueda volver: significar¨ªa, entre otras cosas, la ruptura total con los grandes partidos occidentales.?
Son acaso estas relaciones con los partidos occidentales comunistas el aspecto m¨¢s interesante de toda la cuesti¨®n. Y cabe preguntarse en este contexto si la disidencia en la Europa oriental no es contagio del eurocomunismo.
Es posible que la Carta 77 sea simplemente reflejo de un descontento popular latente en toda Europa oriental y no s¨®lo en Checoslovaquia. Detener y liberar puede ser tambi¨¦n una simpl¨¦ t¨¢ctica de la polic¨ªa, para adquirir informaciones en los interrogatorios. El l¨ªder comunista Pajetta ha declarado que el ?caso de Checoslovaquia es el m¨¢s grave, porque los dirigentes desde 1968 han demostrado que son incapaces de ganarse el prestigio y el consenso popular que, por el contrario, ha sido obtenido ppr los dirigentes h¨²ngaros en una situaci¨®n que era mucho m¨¢s tr¨¢gica despu¨¦s de los dolorosos acontecimientos de 1956.
Los comunistas italianos temen, sobre todo, por la situaci¨®n polaca, donde la tensi¨®n creciente entre intelectuales, autoridades y obreros podr¨ªa provocar una nueva intervenci¨®n sovi¨¦tica. Por eso no pueden ceder en la defensa de los principios de los derechos fundamentales del hombre.
Naturalmente, el ide¨®logo del Kremlin Suslov podr¨¢ acusar al eurocomunismo de ?socialreformismo?, o de ?oportunismo? que predica el socialismo humano y democr¨¢tico. Para Suslov, los oportunistas de izquierdas y de derechas se encuentran cada vez m¨¢s pr¨®ximos al anticomunismo y al nacionalismo. Pues bien, aunque el eurocomunismo est¨¦ dando todavia sus primeros pasos, a nivel ideol¨®gico, ser¨¢ en el terreno del prestigio y del consenso popular donde gane cr¨¦dito y se libere de las ?pol¨ªticas de las grandes potencias?.
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