Votar¨¦ por el presidente
Emociona contemplar el juego de cortes¨ªas que median entre el presidente Su¨¢rez y los llamados representantes de la Oposici¨®n. ?Para qu¨¦ prolongar un di¨¢logo e n el que, al parecer. ambos interlocutores est¨¢n -completamente de acuerdo? Se dir¨ªa que unos y otros son miembros de un mismo partido pol¨ªtico y que lo ¨²nico que les resta por discutir es la forma y distribuci¨®n de las actas en el futuro Parlamento. Da gusto y reconforta esta unidad de miras patri¨®ticas, este rec¨ªproco entusiasmo por una democracia concebida, pero no nacida.Ante tal panorama, al futuro elector le resta muy poco que hacer, ya que todos los grupos pol¨ªticos, desde Alianza Popular hasta los ant¨ªpodas, que segura mente han dejado de serlo, pro pugnan al parecer, el mismo programa, hoy que hasta en ANEPA existe un ala liberal. Cada cual busca sus avales, si no puede dentro del pa¨ªs, en el extranjero, en una nueva forma de turismo pol¨ªtico, que nos hace conocer a personalidades sonrientes, venidas de lejanas tierras, y que se vuelven muy complacidas a sus puntos de origen. La cosa no puede ir mejor-. yo ando buscando un diputado de cualquier circunscripci¨®n francesa, alemana o sueca que venga a visitarme porque ello me dotar¨ªa seguramente de gran prestigio y respetabilidad. Antes, los estudiantes espa?oles busc¨¢bamos pensiones o becas para cursar nuestros estudios en alguna Universidad de m¨¢s all¨¢ de los Pirineos, y al volver casi se puede decir que ten¨ªamos asegurada la c¨¢tedra. Ahora pasa igual con la pol¨ªtica. Nos estamos abriendo a Europa a pasos agigantados. y esto parece que es algo bueno. Cuando uno lee los peri¨®dicos llega al convencimiento de que aqu¨ª no existe rn¨¢s que un pol¨ªtico, que es nuestro presidente: le basta una conversaci¨®n de menos de una hora para captar la voluntad de todos los que le visitan. Ello no le cuesta el menor esfuerzo, porque se encuentra dotado de una personalidad. atrayente y mejor parecida que la mayor parte de los jefes de la. Oposici¨®n, y, adem¨¢s, es un pragm¨¢tico, ajeno.a cualquier prejuicio ideol¨®gico.
Claro est¨¢ que ganar¨¢ las elecciones sin necesidad de presentarse a ellas: le bastar,¨¢ para conseguirlo permitir que los que en ellas participen se destruyan y dividan entre s¨ª. para conseguir una C¨¢mara atomizada, distribuida en una serie de grupos minoritarios. dispuestos de principio a proporcionarle los ministros .que necesite en cuanto se les ofrezca la ocasi¨®n y ¨¦l seguir¨¢ siendo el ¨¢rbitro supremo, con plena libertad de elecci¨®n para constituir su propia mayor¨ªa.
Yo estar¨ªa dispuesto a votar al presidente Su¨¢rez, si cayese en la tentaci¨®n de pesentarse senador o diputado, aunque no se tomase la molestia de explicarme su prograrama. ?Qu¨¦ mas da? Si aqu¨ª todos aspiramos a ser ministros, ¨¦l ya lo es y est¨¢ en su mano brindarnos en cualquier momento el acceso a las altas e inconfortables poltronas. Para que buscar a otro. si ha demostrado ser mucho m¨¢s inteligente que todos los dem¨¢s? Aceptar¨¢ en su d¨ªa el programa de la mayor¨ªa, que es lo verdaderamente democr¨¢tico, y as¨ª la soberan¨ªa del pueblo queda asegurada.
Por otra parte, la actividad pol¨ªtica debe ser cosa propia de -entes educadas. Los hombres inc¨®modos de la mina, de la f¨¢brica. del arado, no tienen por qu¨¦ venir a perturbar el di¨¢logo civilizado de las personas pudientes. Para ellos se han inventado los sindicatos., que es lo suyo. Con un poco de Seguridad Social y de Magistratura de Trabajo, y otro poco de brigadas antidisturbios. las cosas se resolver¨¢n al final muy f¨¢cilmente.
?Problemas econ¨®micos??Para qu¨¦ suscitar temas desagradables? Europa se encargar¨¢ de sacarnos del atolladero si somos buenos democr¨¢tas, y si Europa se resiste. por la incompr¨¦nsi¨®n de sus agricultores y vinateros. siempre podremos acogernos al reducto USA, para que aqu¨ª no ocurra ninguna cat¨¢strofe. Estemos. por lo tanto, tranquilos.
Quedan ciertamente unos quinientos ciudadanos ?ultras? de uno y otro color, al parecer dispuestos a perturbarnos la vida a. los restantes 35.000.000 de espa?oles, pero en cuanto consigamos convencerles de que por ese camino no se v¨¢ a ninguna parte, que la utilizaci¨®n de an¨®nimos, bombas y metralletas no es en modo alguno recomendable, pasar¨¢n como pasan las nubes de verano. Al Fin y al cabo son gente comprensiva que permite a las personas que secuestra felicitar las pascuas a su familia, so ? n buenos chicos en el fondo, que al destruir librer¨ªas nosl¨ªbran a todos de la tentaci¨®n de leer libros extraordinariamente aburridos. -
Felices nosotros que podemos repetir lo que aquel peri¨®dico, hace ya muchos a?os, dec¨ªa comentando un descarrilamiento de trenes: ?Afortunadamente todos los muertos eran de tercera.?
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