Homenaje de la abogac¨ªa a sus compa?eros asesinados

A la una menos diez de la tarde sali¨® del Instituto Anat¨®mico Forense el furg¨®n mortuorio que conduc¨ªa los f¨¦retros de tres de las v¨ªctimas en el atentado al despacho de abogados laboralistas de Atocha, 55. Iban en el mismo los cad¨¢veres de Enrique Valdelvira, Francisco Javier Sauquillo y Angel Rodr¨ªguez Leal. El cuerpo de Seraf¨ªn Holgado permanec¨ªa a¨²n en el mencionado Instituto a la espera de los tr¨¢mites para su traslado. El cad¨¢ver del se?or Holgado ser¨¢ inhumado en Salamanca. En cuanto a la quinta v¨ªctima, Javier Benavides, fue trasladado directamente al cementerio de San Isidro a las diez y media de la ma?ana, por deseo expreso de sus familiares.

La comitiva del furg¨®n mortuorio recorri¨® las calles de Santa Isabel, Drumen, Atocha, paseo del Prado, plaza de Cibeles, avenida de Calvo Sotelo, calle de B¨¢rbara de Braganza y la plaza de la Villa de Par¨ªs.Poco despu¨¦s de la una de la tarde lleg¨® al Palacio de Justicia el furg¨®n que conduc¨ªa los tres f¨¦retros. M¨¢s de 5.000 personas estaban concentradas ya a las puertas del Colegio de Abogados. Un completo silencio se hizo entre los presentes al detenerse el furg¨®n a la puerta de las Salesas, s¨®lo roto por ovaciones que acompa?aron el traslado de los tres f¨¦retros al interior del edificio. No se escucharon c¨¢nticos ni gritos de ning¨²n tipo.

A hombros de abogados, los tres ata¨²des fueron conducidos al sal¨®n de la Inmaculada, junto a la sala de Togas, donde qued¨® instalada la capilla ardiente. El decano del Colegio de Abogados, Antonio Pedrol, y la junta de gobierno, con toga, iniciaron el primer turno de vela, junto a algunos miembros del comit¨¦ central del Partido Comunista de Espa?a (Sim¨®n S¨¢nchez Montero, Pilar Bravo y Lucio Lobato).

En el exterior, la afluencia de personas fue increment¨¢ndose progresivamente. Un servicio de orden, identificado por brazaletes formaban cordones para encauzar la fila de personas que quer¨ªa pasar a visitar la capilla ardiente. En la puerta se hallaba instalada una mesa de firmas y tarjetas de p¨¦same. En perfecto orden, y con escasa vigilancia policial en los alrededores, se inici¨® la visita a la capilla ardiente.

Durante la primera hora s¨®lo se permiti¨® la entrada a los letrados del Colegio y a los familiares. Abogados de todas las edades desfilaron ante los tres f¨¦retros mientras compa?eros de las v¨ªctimas de distintos despachos se turnaban en la vela. En las dependencias del Colegio el silencio era casi absoluto, y el paso ante la capilla ardiente se hac¨ªa en orden y a un ritmo de unas cincuenta personas por minuto. Puede decirse que casi la totalidad de la abogac¨ªa madrile?a rindi¨® un ¨²ltimo tributo a sus compa?eros asesinados por pistoleros de extrema derecha.

Representaci¨®n de colegios provinciales

Posteriormente se permiti¨® la entrada al p¨²blico, quien durante m¨¢s de dos horas desfil¨®, en un ambiente de respeto sobrecogedor, frente a los tres cad¨¢veres. A las tres y media de la tarde se calculaba que hab¨ªan pasado ante la capilla ardiente cerca de 10.000 personas. Cientos de coronas de flores bordeaban en trayecto, enviadas por trabajadores de diversas empresas, asociaciones de vecinos y ciudadanas, corporaciones y partidos pol¨ªticos.

A las tres de la tarde, en el decanato del Colegio se encontraban los decanos de las corporaciones de letrados de Zaragoza, Valencia y Barcelona, as¨ª como representantes de los colegios de abogados de otras provincias. A esa hora hab¨ªan desfilado ya por la capilla ardiente numerosos l¨ªderes de la Oposici¨®n, entre otros, los se?ores Satr¨²stegui, Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, Ruiz-Gim¨¦nez, Gil Robles, Tierno, Felipe Gonz¨¢lez, Canyellas, Garc¨ªa Trevijano, Morodo, Camacho, Sartorius, Alvarez de Miranda y De la Pe?a. Tambi¨¦n acudi¨® a la capilla ardiente monse?or Estepa, obispo auxiliar de Madrid.

Alrededor de las tres y media lleg¨® al Palacio de Justicia el secretario general del PCE, Santiago Carrillo, acompa?ado por miembros del comit¨¦ ejecutivo, quienes permanecieron unos minutos frente a los f¨¦retros.

Poco antes de las cuatro, por expreso deseo de la familia que deseaba permanecer unos minutos con sus deudos a solas, se cerr¨® al p¨²blico la capilla ardiente. El decano, se?or Pedrol, procedi¨® seguidamente a imponer las medallas de colegiales de honor y las togas en los f¨¦retros de los letrados se?ores Sauquillo y Valdelvira, y posteriormente pronunci¨® unas palabras de condolencia refiri¨¦ndose a los violentos acontecimientos de estos ¨²ltimos d¨ªas e indicando que el m¨²ltiple asesinato hab¨ªa sido un atentado a la Justicia y al ejercicio de la abogac¨ªa.