El Partido Socialista Portugu¨¦s celebra un congreso extraordinario
Unos ochocientos delegados del partido socialista discutir¨¢n y aprobar¨¢n, hoy en Oporto, los nuevos estatutos del Partido y nada m¨¢s, nos asegur¨® un miembro de la Direcci¨®n Nacional, ya que este es el punto ¨²nico de la moci¨®n aprobada en el Congreso de noviembre pasado, por el que se aplazaba para un Congreso extraordinario la discusi¨®n de la alteraci¨®n de los estatutos en vigor, por falta de tiempo.
Los que alimentaron la esperanza de que continuara la disputa entonces surgida entre partidarios de la lista A, (encabezada por Mario Soares y la actual direcci¨®n del partido) y la lista B, dirigida por el diputado Aires Rodrigues, han tenido que renunciar a estas pretensiones.La direcci¨®n del Partido ha decidido zanjar la cuesti¨®n haciendo uso de la autoridad conferida por la mayor¨ªa alcanzada. El cierre de los locales de la Comisi¨®n del Trabajo, de Lisboa, -feudo de los disidentes- inici¨® una ofensiva que culmin¨® hace escasos d¨ªas con la expulsi¨®n del partido de cuatro de los diez suspendidos bajo la acusaci¨®n de infracciones a la disciplina del Partido, (entre ellos, el dirigente de la lista A, Aires Rodrigues, que entre tanto votar¨¢, con Carmelinda Pereira, contra el proyecto del Gobierno en materia de gastos p¨²blicos y plan para 1977.
Hace diez d¨ªas, un documento del Secretariado Nacional, ajustaba las cuentas a los m¨¢s radicales de los disidentes, por las Inflitraciones trotskystas.
Mario Soares, y la direcci¨®n socialista, est¨¢n seguros de su victoria, aun en el caso de que alg¨²n delegado decida hacerse eco del manifiesto lanzado por los expulsados -que aseguran de su fidelidad al programa del Partido.
Esto no quiere decir que el Congreso que empieza hoy no tenga importancia. Si la izquierda que apoya criticamente la pol¨ªtica del Gobierno de Mario Soares se ha distanciado de los extremistas (es el caso de Lopes Cardoso) no quiere decir que renuncie a sus cr¨ªticas, a veces severas, hacia, algunas de las orientaciones de los ministros socialistas. Tal vez se produzcan intervenciones pol¨¦micas, en particular entre los delegados del Norte.
Por otra parte, la propuesta de alteraci¨®n de los Estatutos implica importantes efectos sobre la vida interna del Partido. Es el caso de la reglamentaci¨®n del derecho de tendencia: la nueva redacci¨®n mantiene este derecho consagrado en 1974, pero la plabra p¨²blicamente, ha desaparecido de la formulaci¨®n del derecho de expresi¨®n garantizado a las diferentes tendencias. Las Federaciones, estructuradas a nivel regional,ven sus atribuciones considerablemente aumentadas. En caso de ser aprobado el proyecto coordinar¨¢n dos tipos de organizaciones de base: los n¨²cleos de f¨¢bricas y las secciones locales, celebrando Congresos Federales previos al Congreso Nacional. Esta descentralizaci¨®n, intenta, seg¨²n la versi¨®n de la direcci¨®n, dotar al partido de cuadros intermedios, a nivel regional y local.
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