La especulaci¨®n se extiende a la Sierra de Guadarrama
Al final del coloquio sobre la Sierra de Guadarrama celebrado recientemente, una idea concreta quedaba en el ambiente: un sistema monta?oso no puede dar cabida a todos los que pretenden sacarle el jugo. Las estaciones de esqu¨ª proyectadas y el consumismo de terrenos que engendra, el patrimonio nacional y sus explotaciones madereras, la sed insaciable de poblaciones crecientes con su deseo de construir embalses, las ansias especulativas de infinitas urbanizaciones, nuevas modas deportivas como el moto-cross, el deseo de pavimentar todo g¨¦nero de caminos para que el coche, con sus domingueros dentro, pueda llegar a todas partes, hacen que la sierra est¨¦ sucumbiendo ante esta conjunci¨®n de presiones que la aplastan. As¨ª lo reconoci¨® en este IV Coloquio de Ecolog¨ªa, celebrado en el sal¨®n de actos del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas, el alcalde de uno de estos pueblos metido en la monta?a: Los Molinos: ?Ante toda esta demanda inusitada de terrenos, el primer c¨®mplice es, por supuesto, el due?o de ellos en todos estos municipios serranos. Los Molinos es de los pocos ayuntamientos que ha tenido un deseo claro de autolimitarse. Posee para ello un plan. de ordenaci¨®n, plan. que muchos otros municipios no han querido elaborar. Ante esta dejadez, s¨®lo el Area Metropolitana ha intentado establecer una limitaci¨®n que, por otra parte, ha sido mala y tard¨ªa. A pesar de ello, ha podido lograr que en la sierra no existan los mismos rascacielos que en la costa.?G¨®mez Olea, t¨¦cnico de COPLACO, que actuaba a t¨ªtulo individual, se?al¨® la importancia del plan especial del medio f¨ªsico de la provincia, promulgado en 1975 y que establece la capacidad del territorio para asentamientos urbanos basado en valoraciones paisaj¨ªsticas, de productividad, de fragilidad a la contaminaci¨®n, etc. Lo que sucede es que los planeadores no son los mismos que los que exigen su cumplimiento, produci¨¦ndose un divorcio ya caracter¨ªstico en la Administraci¨®n espa?ola.
Sobre la importancia de esta asignaci¨®n de usos del suelo y la planificaci¨®n insisti¨® el representante de la c¨¢tedra de Planificaci¨®n de la escuela de Montes. Por su parte, J. Pedraza, ge¨®logo, examin¨® el punto m¨¢s controvertido del momento actual, que son las estaciones de esqu¨ª. Sostuvo que la capacidad de 25.000 personas por hora, de los sistemas de arrastre del Sistema Central, son hoy d¨ªa suficientes para el n¨²mero de esquiadores (no hay m¨¢s que 15.000 federados en la Castellana, que pr¨¢cticamente agrupa a las dos Castillas); s¨®lo podr¨ªa hablarse de tres o cuatro horas punta al mediod¨ªa, de los do mingos, en que esta capacidad se satura. Por tanto, toda exigencia de nuevas estaciones est¨¢ m¨¢s bien respaldada por otro tipo de negocios y especulaciones que ponen la afici¨®n al esqu¨ª como pantalla. Manuel Valenzuela, que ha publicado un estudio en el Instituto de Estudios de R¨¦gimen Local sobre los problemas del Guadarrama, se?al¨® la distorsi¨®n del medio ambiente que supone la proliferaci¨®n de segundas residencias, centradas sobre todo en la sierra. ?Los problemas no se producen s¨®lo en las cumbres, sino tambi¨¦n en los aleda?os de la sierra, donde est¨¢ surgiendo un fen¨®meno de suburbanizaci¨®n en el que act¨²an los mismos factores de especulaci¨®n que en el casco urbano de Madrid.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.