Despu¨¦s de un congreso
Tras la cumbre del Equipo Democristiano del Estado Espa?ol. homologado as¨ª con todos honores a una de las grandes corrientes pol¨ªticas vigentes hoy, sobre todo, en Europa, por la presencia de sus m¨¢ximos dirigentes, se abre, como es natural, un per¨ªodo en el que cada medio de informaci¨®n expone su interpretaci¨®n sobre el futuro del Equipo, su ubicaci¨®n en el abanico de fuerzas existentes y sus posibles relaciones como las aparentemente m¨¢s afines.La decisi¨®n del Equipo de no integrarse en la opci¨®n del Centro Democr¨¢tico con vistas a las elecciones parece ser una de las m¨¢s comentadas, y entre las diversas versiones no falta la de, quienes consideran que tal negativa es m¨¢s o menos moment¨¢nea o circunstancial, pues no es descartable que Centro Democr¨¢tico y Equipo lleguen a pactar en pie de igualdad alguna forma de coordinaci¨®n o alianza de alianzas antes de las elecciones, con lo que se reforzar¨ªa el marco centrista ante las urnas, cosa no s¨®lo deseable, sino posible todav¨ªa seg¨²n tales comentaristas.
En pol¨ªtica es muy arriesgado afirmar o negar nada, y menos con car¨¢cter definitivo, por lo que me voy a limitar a ofrecer algunos comentarios a dicha interpretaci¨®n, desde luego sin representar a nadie y bajo mi exclusiva responsabilidad. Con esta intenci¨®n lo primero que se advierte en la reforzada situaci¨®n del Equipo, es un a coincidencia plena sobre el car¨¢cter federal del Estado tanto de los dos partidos por as¨ª decirlo de ¨¢mbito nacional. como de los autonomistas de proyecci¨®n regional, lo cual le da una identidad muy diferenciada. Otra caracter¨ªstica f¨¢cil de advertir es que el Equipo, por su postura de oposici¨®n sin grietas al R¨¦gimen desaparecido y por su propia evoluci¨®n ideol¨®gica no se presenta tanto como una opci¨®n centro-derecha, sino m¨¢s bien, o como puro centro o como centro-izquierda, seg¨²n han declarado los directivos m¨¢ximos de alguno de sus partidos, lo cual le permite, entre otras cosas, ampliar el abanico de los posibles acuerdos, sea para la campa?a electoral, sea para el per¨ªodo constituyente, sea para otras operaciones semejantes, a familias ideol¨®gico-pol¨ªticas tan ausentes de los habituales inventarios de compromisos centristas, como puede ser el socialismo. El l¨ªmite hacia la izquierda, la frontera, que tradicionalmente se colocaba en Ia socialdemocracia, se ampl¨ªa, si estas intenciones se confirman y ratifican, a la otra familia homologable a las vigentes en Europa, en una operaci¨®n inconcebible hace todav¨ªa poco tiempo. que sonaba a pura utop¨ªa y que probablemente ha ido surgiendo al comp¨¢s de la rapid¨ªsima evoluci¨®n del pa¨ªs y a la aparici¨®n de nuevos horizontes.
Por tanto, y si estoy en lo cierto estas caracter¨ªsticas que definen hoy la identidad del Equipo -su un¨¢nime car¨¢cter federalista.. su salida de las catacumbas inc¨®lume en sus convicciones y su apertura a la izquierda- le confieren una personalidad tan diferenciada que su homologaci¨®n con otros grupos, aparentemente pr¨®ximos, no parece operaci¨®n f¨¢cil. Ello se podr¨ªa interpretar negativamente, pero hay que admitir que, aunque as¨ª fuera, tambi¨¦n le confiere, en principio, una credibilidad para ser; desde su independencia, el gozne de una gran combinaci¨®n todav¨ªa in¨¦dita, como, por ejemplo, la de catalizar un aut¨¦ntico centro-izquierda en el que participen desde liberales no integrados hasta socialistas, pasando por socialdem¨®cratas no comprometidos e independientes que simpaticen con la opci¨®n. La importancia sicol¨®gica de la evoluci¨®n qu¨¦ ha permitido tal posibilidad -cuya plasmaci¨®n admite tantas variantes o posibilidades queser¨ªa evidentemente prematuro hablar de ello aqu¨ª- no creo ha sido valorada en toda la importancia que puede llegar a tener. La idea motriz de un compromiso de centro-izquierda claro. impensable repito, hace poco tiempo a¨²n, enriqu¨¦cer¨ªa la vida pol¨ªtica, la clarificar¨ªa considerablemente y significar¨ªa una esperanza de estabilidad para el futuro.
Pero esta impenetrabilidad, por as¨ª decirlo, de la identidad del equipo no significa, ni mucho menos, que se trate de entorpecer m¨¢s o menos veladamente la espectacular marcha del Centro Democr¨¢tico, sino exactamente todo lo contrario. Que tenga el mayor de los ¨¦xitos es muy deseable, no s¨®lo porque ello restar¨ªa votos a la extrema derecha, sino proque es un bloque absolutamente necesario en el abanico pol¨ªtico para equilibrarlo. En este sentido no comulgo con quienes lo atacan con argumentos tan Pobres como el de contabilizar su legitimidad por el tiempo que lleven sirviendo a la democracia sus miembros m¨¢s representativos. No est¨¢ Espa?a para montaro tra vez un Santo Oficio que, se pare a los ?cristianos nuevos? o conversos de los ?cristianos viejos?. Ni purezas de sangre ni camisas viejas. Bebamos todos, las aguas del olvido y no las del re cuerdo continuado, que Esculapio ofrec¨ªa como alternativa en sus santuarios d¨®ricos. Parodiando a San Pablo. no hay a diferencias entre los dem¨®cratas de origen ?gentil? y los naturales de ?pueblos elegidos?. Lo cual. naturalmente, no reza con los oportunistas, los malabaristas del ea male¨®nismo y dem¨¢s gen¨¦ros de frescos a los que el pueblo ir¨¢ desenmascarando.
Llegado a estas alturas, se podr¨ªa intentar una s¨ªntesis de la interpretaci¨®n dada en estas paginas. Junto a las llamadas a la unidad del centro de algunos, cabr¨ªa tambi¨¦n se?alar una dualidad consistente, por un lado, en la plasmaci¨®n de un centro-izquierda, como resultado de la confluencia del Equipo Dem¨®crata Cristiano y un abanico donde por primera vez figuren los socialistas. Y, por el otro lado, la consolidaci¨®n del centro-derecha o Centro Democr¨¢tico, cuyo empuje, imaginaci¨®n y habilidad de maniobra nadie puede discutir. As¨ª el pa¨ªs tendr¨ªa dos alternativas democr¨¢ticas que podr¨ªan dar a la sociedad una s¨®lida vertebraci¨®n mediante, un juego dial¨¦ctico que nos sacase a todos del atolladero sin mayores traumas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.