Jam¨¢s ser¨¢n vecidos

ENFRENTE DE esta misma p¨¢gina encontrar¨¢ el lector una r¨¦plica del se?or Valero Bermejo -que nos abstenemos de comentar- no a una informaci¨®n de EL PAIS, sino a otra del semanario Opini¨®n que fue reproducida por la Revista de la Prensa de nuestro peri¨®dico. El se?or Valero se acog¨ªa a la Ley, que a nuestro juicio no le amparaba, y recurri¨® al delegado de Informaci¨®n y Turismo, cuya resoluci¨®n publicamos tambi¨¦n. La propia Ley nos impide comentar por el momento el contenido de la r¨¦plica del se?or Valero. No nos impide, en cambio, comentar el contenido de la resoluci¨®n administrativa. Y el comentario es simple: funcionarios del Gobierno se comportan como jueces en un pa¨ªs -el nuestro- que promete ser democr¨¢tico. Y lo que en la democracia est¨¢ reservado al poderjudicial aqu¨ª se lo guardan -al menos en parte- los delegados provinciales de Informaci¨®n y Turismo. El de Madrid, enconcreto, se permite resolver, ppr su cuenta y riesgo, que el perjuicio causado a un demandante es injusto, y que lo que afirmaba la revista Opini¨®n y recog¨ªa nuestra peri¨®dico es absolutamente incierto. Nuestro peri¨®dico no hizo otra cosa que cumplir un deber infor mativo reproduciendo escuetamente lo que otra publica ci¨®n dec¨ªa. Tambi¨¦n rese?amos a veces en Revista de la Prensa editoriales, art¨ªculos y opiniones de diarios como El Alc¨¢zar y en los que a menudo se hacen graves acusa ciones a otras personas de la vida p¨²blica nacional. Ni en un caso ni en otro emitimos opini¨®n alguna, ni creemos contribuir al descr¨¦dito de nadie diciendo lo que los dem¨¢s publican sobre ellos. El cuento en s¨ª es menor, pero la moraleja es grande. Esta ley de Prensa no vale para un r¨¦gimen democr¨¢tico y estos funcionarios del Gobierno no deben creerse jueces.Nunca EL PAIS negar¨¢ su voz, su opini¨®n y mucho menos su defensa a nadie que quiera ejercerla en nuestras p¨¢ginas. Creemos haber dado pruebas de ello y esperamos seguir d¨¢ndolas. Respetamos y defendemos el derecho de r¨¦plica -que no reconoce en cambio el Ministerio de Informaci¨®n y Turismo en un ¨®rgqno de difusi¨®n tan importante como es RTVE- y no hemos de negar su ejercicio a nadie que razonablemente lo pida, aun en el caso de que la Ley no le ampare. Pero habr¨¢ que decir que es bastante irritante este paternalismo administrativo y cautelar sobre la libertad de prensa. Son los jueces quienes deben decidir sobre los derechos de las gentes. Y no nos cansaremos de protestar por esta injerencia absurda de la Administraci¨®n que insiste adem¨¢s en salpicar gratuitamente de juicios de valor las actuaciones ajenas.