Barcelona
Viaje de unas horas a Barcelona para fallar un premio literario. En el puente a¨¦reo nos registran pro tocolariamente. A uno, sin querer, se le pone cara de grapo mientras el guardia le tienta la ropa.En Barcelona, un clima mucho m¨¢s relajado que en Madrid y una dulce haraganer¨ªa a la orilla del mar Josep Carles Clemente me habla de la revista Destino. Baltasar Porcel me explica un poco el laberinto chino postmao¨ªsta. Y luego una cosa que ha pasado en su pueblo mallorqu¨ªn:
-Una soltera ha tenido un ni?o con un negro. No veas el foll¨®n. Un mulatito.
Verg¨¦s, el editor, me cuenta que tiene una gran novela de Jes¨²s Fern¨¢ndez Santos. Su hijo, economista, anglosajonizado y con barba, me habla de hacerme una entrevista para El Viejo Topo, la nueva revista de la acracia literaria. Poco m¨¢s tarde conocer¨ªa yo, en el Ritz, a uno de los creadores de Ajoblanco, que completa, con Ozono, la trinidad de j¨®venes publicaciones ¨¢crata-literarias del momento. Hay una juventud que, entre la Marietta y el Manifiesto Comunista, se queda con la libertad por la libertad. Son j¨®venes donceles que, como el de Sig¨¹enza, despu¨¦s de dudar entre las armas de la revoluci¨®n y las letras de la ortodoxia (de cualquier ortodoxia) han elegido la orilla del mar de la libertad, siempre tan dulce de elegir en esta capital mediterr¨¢nea.
P¨¦re Gimferrer me promete que volver¨¢ a escribir poes¨ªa en castellano en cuanto se firme el Estatu. Yo pido al Gobierno que firme todo lo que haga falta para que la lengua castellana recupere al m¨¢s importante poeta joven de los ¨²ltimos tiempos. Le he sobornado vilmente, con el halago y la conversaci¨®n, para que, sin abandonar el catal¨¢n, como es l¨®gico, escriba tambi¨¦n en castellano. En el desgarramiento po¨¦tico de Gimferrer entre dos, lenguas que domina y ama est¨¢ todo el dolor de la llarriada ?cuesti¨®n catalana?, que no es s¨®lo un problema de pol¨ªticos y periodistas, sino tambi¨¦n un problema de poetas. Sobre todo de poetas.
Josep Meli¨¢ me cuenta que va a dirigir una revista de Jordi Pujol y Jos¨¦ llario:
-Se diferenciar¨¢ de las dem¨¢s en que no va a colaborar en ella Francisco Umbral.
-Tampoco te lo hab¨ªa pedido, macho. Te has pasado.
Dado que Pujol ya tiene el semanario Destino, yo pienso si el l¨ªder catal¨¢n se va a hacer la competencia a s¨ª mismo. El desdoblamiento de personalidad es caracter¨ªstico de los pol¨ªticos h¨¢biles. As¨ª siempre hay uno que predica y otro que da trigo. O no lo da. A Pujol lo saludo en un restaurante. Y a Sebasti¨¢n Auger, en un c¨®ctel:
-Me voy a Par¨ªs a contratar e best-seller del exilio.
-Suerte, campe¨®n.
Jos¨¦ Mar¨ªa Castellet ine explica un poco el momento pol¨ªtico catal¨¢n. El est¨¢ en una especie de socialismo universitario. Y ha terminado un libro sobre el gran Josep Pl¨¢, que sin duda ser¨¢ interesant¨ªsimo:
-Explico por qu¨¦ Pl¨¢ es un conservador y por qu¨¦ est¨¢ bien que lo sea.
La disputa est¨¢ en las Ramblas, entre gorriones de puerto y flores madrugadoras: Pujol o Tarradellas. ?Es Pujol el delf¨ªn de Tarradellas? Estas cosas se arreglan con un tercer hombre. Pero el tercer hombre -Pallach- muri¨®, como en la pel¨ªcula. Y alguien me explica: ?Los ricos de aqu¨ª tambi¨¦n est¨¢n con Tarradellas, pero Tarradellas vive en la pobreza y nadie le ha llevado nada. En cambio, conozco pobres que le han llevado un jam¨®n.?
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