El Aula de CulturaVasca en el Ateneo de Madrid
Un intento de sentar nuevas bases para la convivencia
Uno de cada dos lunes el Ateneo de Madrid recibe la visita de un estudioso que trata de acercar hasta el heterog¨¦neo p¨²blico de la capital espa?ola una determinada parcela de la cultura vasca. Ayer fue el compositor Bello Portu quien habl¨® acerca de Ravel, el m¨²sico universal de Ciboure, peque?a localidad vascofrancesa pr¨®xima a San Juan de Luz.
Rodolfo Bozas, director del Aula de Cultura Vasca del Ateneo madrile?o, ha hecho posible con su dedicaci¨®n personal, superando dificultades y circunstancias, este cursillo que, en definitiva, no pretende otra cosa que sentar nuevas bases de convivencia por la v¨ªa del conocimiento mutuo. Pero la estrechez presupuestaria del Aula Vasca no hubiera podido afrontar todo un curso de conferencias si no hubiera sido por el decidido apoyo econ¨®mico de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del Pa¨ªs. Su director, Juan Ram¨®n de Urquijo, y Alberto Oyarzabal han elaborado un programa ambicioso en el que se incluyen los siguientes temas:
Escultura (?teiza, Chillida y Basterrechea); Los armeros vascos: Etnolog¨ªa, Derecho foral y m¨²sica vascas. Las conferencias en el orden citado correr¨¢n a cargo de Pelayo Orozco, Ramiro Larra?aga, Jos¨¦ Mar¨ªa Satr¨²stegui, Miguel Unzueta y Arana Martija.
En un momento en que las tensiones pol¨ªticas parecen agudizar las diferencias entre los pueblos, la Real Sociedad Bascongada sigue empe?ada en los viejos ideales que hace ya m¨¢s de dos siglos le infundiera su creador, conde de Pe?aflorida: conocer la cultura y las ra¨ªces propias para hace posible desde ellas el entendimiento con los dem¨¢s.
Si el descubrimiento del tungsteno en las aulas de su seminario de Vergara se?ala quiz¨¢ la cota cient¨ªfica universalmente m¨¢s conocida de la Real Sociedad Bascongada, su aportaci¨®n m¨¢s valiosa es, sin embargo, ese esp¨ªritu liberal y abierto que la entidad ha tratado de infundir en todo momento sin renunciar por ello a su origen vasco.
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