Caza mayor

Desde que all¨¢ por los a?os sesenta, realizara Bonnesfemmes, en donde se relataba la vida humilde en un peque?o barrio de la Bastilla, a trav¨¦s de sus protagonistas femeninas, hasta estas Biches-filinada ocho a?os m¨¢s tarde, el cine de Chabrol ha ido evolucionando no s¨®lo en lo que se refiere al objeto de su an¨¢lisis, sino en su modo de mostrarnos los problemas de la mujer en el amor, sobre todo, en sus relaciones con su sexo opuesto y a la vez com lementario.Bonnes femmes, con su aureol¨¢ de obra redonda y su total fracaso comercial, con su velado aire de s¨¢tira, se hallaba, conscientemente o no, ligada a- las corrientes de estilo' imperantes entonces. De igual modo Les biches responde a una corriente nueva, m¨¢s que de an¨¢lisis, de interpretaci¨®n del amor'e¨ª¨ª la mujer con matices a la vez sangrientos y mundanos, tal como vimos en su ¨²ltimo filme presentado en Espa?a. El mismo equipo de colaboradores se repite. Gui¨®n, fotograf¨ªa y m¨²sica son obra de los mismos. Incluso id¨¦ntica actriz: Stepliane Audran, es aqu¨ª una de las dos ciervas que se conocen, se aman y se persiguen a lo largo de? Sena, en la costa de Saint Tropez y en la otra costa m¨¢s abrupta donde disputan el amor del mismo hombre.

Pues el amor de, las dosmujeres, amor comprado en un principio y que al final acabar¨¢ torn¨¢ndose en amor violento y verdadero, de posesi¨®n y dominio, concluye a la postre en el ¨²ltimo v¨¦rtice de un tri¨¢ngulo ideal y, por tanto, im posible de mantener en equilibrio. Como todos sabemos, lo que desde hace un siglo entendemos por eter no tri¨¢ngulo viene a romperse,. no por la parte m¨¢s d¨¦bil, sino por la m¨¢s fuerte, que acaba por asumir el papel de juez y verdugo, provocando el desenlacel Todo esto. nos lo ha explicado Bergman muchas veces, pero Chabrol no es Berg man, evidentemente, ni posible mente entre en sus c¨¢lculos llegar a serlo. Quiere decirse ' que en esta' historia las relaciones entre las dos mujeres se desarrollan, m¨¢s que en, profundidad, linealmente, a ras de superficie, animadas en ocasiones por un par de amigos que alivian con sus bromas la tensi¨®n de l¨¢'tra ma y sirven, a la vez, de eficaz con trapunto complementario. Cu¨¢n do el hombre aparece y con ¨¦l surge el drama, -este segundo amor se ha ce palpable, visible, gracias, sobr e todo, al habitual buer¨ª trabajode

Trintignant.El -amor de les biches pierde tensi¨®n y ambas pasiones quedan descompensadas, inici¨¢ndose el declive de la pel¨ªcula. Tal declive se evidencia en el ep¨ªlogo y no s¨®lo en el desenlace en s¨ª, sino tambi¨¦n,en la literatura in¨²tilque lo envuelve y que en ciertos momentos frena, el proceso en general fluido, aunque grave, del filme. El desenlace viene a ser como un a?adido cuya gratuidad no salva la mon¨® tona interpretaci¨®n de Jaqueline Sassard, bella y fr¨ªa como siempre, ni una m¨²lica que recuerda, por cierto, al Concierto de Aranjuez enalguno de sus motivos principales.