No s¨®lo de pan vive el hombre

Muchos, muchos a?os de falta de preocupaci¨®n por la educaci¨®n musical del pueblo. Muchos a?os sin salas de conciertos adecuadas, sin incentivos para dedicarse al arte musical, en un medio ambiente donde era importante el ?pan y circo? para que las preocupaciones populares se disolvieran en las vulgaridades de los espect¨¢culos de masas, han tenido como consecuencia el desconocimiento casi absoluto del pueblo espa?ol sobre materias musicales.Artistas insignes espa?oles de la m¨²sica representada (pues esto es, en esencia, la ¨®pera y el ballet) han tenido que ausentarse para poder desarrollar su arte en el extranjero ante la indiferencia de la mayor¨ªa de los espa?oles y la desesperaci¨®n y des¨¢nimo de unos pocos.

En una sociedad cuya base permanece ineducada musicalmente, intoxicada por la vulgaridad de nuestros espect¨¢culos televisivos y donde la burgues¨ªa se ha dedicado, fundamentalmente, a fomentar aquellas actividades que les acercaban al poder, no es de extra?ar que surja la voz del se?or Umbral, que, de repente, arremete contra la ¨®pera sin tener m¨¢s idea de ella de lo que le han podido contar. Ser¨ªa bueno que el se?or Umbral se informase sobre la situaci¨®n musical en algunos pa¨ªses que no se pueden calificar especialmente de burgueses, y donde asistir a un espect¨¢culo rirusical de ¨®pera o ballet puede hacerse por bastante menos dinero de lo que cuesta aqu¨ª una entrada de f¨²tbol o de . boxeo.

Creo que ser¨ªa ¨²til aconsejar al se?or Umbral que, en vez de atiborrarse del pa? que tanto va a buscar, u tilice parte de su tiempo en educarse mus icalmente, al menos en una fase elemental., en la seguridad de que se ver¨¢ compensado ewsatisfacciones que ahora, como ¨¦l mismo confiesa, no est¨¢ preparado para disfrutar.