Decae la afici¨®n taurina en Extremadura
?La sombra de los Chopera? Quiz¨¢ ser¨ªa mucho decir de los hermanos Victoriano y Jos¨¦ Roger Cuevas, los Valencia, cuando menos por ahora. Chopera es una cosa con abolengo (en lo que cabe) y poder; administra toreros, explota plazas de toros aqu¨ª y en Am¨¦rica, mueve hilos, influye, manda. Pero los Valencia, a la que salta, ya les han hecho pupa en la plaza de Vitoria, y en p¨²blica subasta se la han arrebatado, a pesar de que fue uno de los feudos intocables de aquellos empresarios vascos durante treinta a?os. Y ahora se han plantado en medio de sus dominios de Extremadura, y llevan la plaza de Plasencia, como una contestaci¨®n.
Aunque otra cosa ?que esa contestaci¨®n sea rentable, o por lo menos que lo haya sido durante la temporada 1976. Porque si bien el placentino tiene verdadero entusiasmo por su ciudad y su feria, y colabora en ella, en tanto que la empresa le ofrece los mejores carteles, con los triunfadores del a?o anterior, la verdad es que no hay afici¨®n suficiente para llenar la plaza. De donde se deduce que los Valencia no tienen all¨ª demasiadas opciones para redondear el negocio. De las tres corridas que dieron en la feria de junio, s¨®lo se hizo buena taquilla en la de rejoneadores, que adem¨¢s fue televisada, y esto ayud¨® para equilibrar los presupuestos. La plaza es propiedad del Ayuntamiento y el contrato de arriendo de la actual empresa, finaliza en este a?o 1977.Si salvamos los cosos de Trujillo -que lleva Teodoro Matilla- y Talayuela, donde Luis Alviz mont¨® una plaza port¨¢til (s¨®lo se dio una corrida de toros durante 1976 en cada una de estas poblaciones), lo dem¨¢s es Chopera, m¨¢s o menos puro.
La plaza de C¨¢ceres la tienen arrendada por tres a?os los Chopera chicos y han dado tres corridas de toros, que es n¨²mero excesivo a juzgar por los propios arrendatarios: ?La comisi¨®n de festejos no quiere que, en este aspecto, C¨¢ceres v¨¢ya a la zaga de M¨¦rida, pero hay una realidad: una corrida en la feria de mayo y otra en la de septiembre, bastan para las necesidades de la afici¨®n cacere?a.? N¨²meros cantan, parece ser. La afici¨®n decrece, en efecto, aunque hay que tener presente el factor tiempo, que influye enormemente en las ferias cortas -como es el caso- y que se present¨® muy malo los d¨ªas en que se hab¨ªan montado las corridas. De todas maneras hay s¨ªntomas de que los Chopera pudieran quedarse sin esta plaza, pues el prop¨®sito del Ayuntamiento es concederla a un empresario extremeno, para que valore mejor las aut¨¦nticas inquietudes, pudi¨¦ramos decir taurinas, de los cacere?os, y ese empresario acaso sea Luis Alviz.
La casa Chopera construy¨® la plaza de Badajoz, con derecho a su explotaci¨®n durante treinta a?os, al t¨¦rmino de los cuales revertir¨¢ al Ayuntamiento. Se inaugur¨® en 1967, y la llevan, por turno, las dos ramas de la familia. Hasta diciembre ¨²ltimo ha estado a cargo de los chicos (hermanos Mart¨ªnez Uranga). Se dieron en la temporada cuatro corridas de toros, con buenos rendimientos, por supuesto, mejores que en el a?o anterior, pues hab¨ªa remitido mucho la afluencia de portugueses, que constitu¨ªan la principal clientela de este coso. Los portugueses, estabilizada la vida pol¨ªtica de su pa¨ªs, han vuelto a la tradicional feria de Badajoz.
No quiere esto decir que no haya buenos n¨²cleos de aficionados pacenses, la mayor parte de los cuales se re¨²nen en el Club Taurino Extremeno, muy bien instalado en un edificio de cuatro plantas, el cual cuenta con un museo dedicado a Antonio Bienvenida, que ha sido dotado con importantes recuerdos del maestro, donados por la vizcondesa de Burguillos; o tambi¨¦n en las pe?as Tendido 4 y La Cochinita. Pero de todas formas no cabe duda de que la fiesta decae en Badajoz, porque las empresas no se han preocupado de fomentar la afici¨®n, como es debido.
Cuatro corridas de toros se dieron en M¨¦rida, donde hay mucha afici¨®n, quiz¨¢ la m¨¢s numerosa y entusiasta de toda la provincia. Propiedad particular, la plaza la tienen en arriendo los Chopera chicos. aunque, quiz¨¢ a efectos administrativos, figure como empresario su hombre de confianza. Raul Recuero. Los aficionados locales se re¨²nen, principalmente. en el C¨ªrculo Taurino de M¨¦rida y en la pe?a El Cencerro.
Los Chopera grandes son los accionistas de Espect¨¢culos Extreme?os, sociedad propietaria de la plaza de Almendralejo, si bien su testaferro es Antonio R¨®denas. En este coso se dio una sola corrida de toros, con motivo de la feria de la Vendimia, y la afluencia de p¨²blico fue notable. Luis Reina, torero local en el que ponen sus mejores esperanzas los extreme?os, tiene aqu¨ª una pe?a muy concurrida.
Los duques de Feria legaron el castillo de Barcarrota a toda la poblaci¨®n, y en ¨¦l hay habilitada una plaza de toros, que administra el Ayuntamiento, el cual la cedi¨® en arriendo al ya mencionado R¨®denas (es decir, en el fondo, a los Chopera grandes o hermanos Mart¨ªnez Flamarique). S¨®lo se celebr¨® en ella una corrida de toros, aunque con gran ¨¦xito de taquilla, pues tradicionalmente acuden al festejo de feria gentes de toda la comarca.
Se dice de la plaza de toros de Zafra que es incomod¨ªsima, la peor de la provincia. De ah¨ª que exista el proyecto de construir otra, para lo cual se subastaron los terrenos adecuados, que fueron adjudicados a Raul Recuero, en represent¨¢ci¨®n de los Chopera chicos. Pero el problema es que R¨®denas, en nombre de los grandes, tiene contrato de explotaci¨®n de la vieja plaza por un resto de seis a?os (lleva ya otros seis) y de ah¨ª que las obras del nuevo coso no se iniciaran el pasado mes de octubre, como estaba anunciado. En 1976 hubo en Zafra una corrida de toros, nad.a m¨¢s. El pleito entre Choperas (o, si se quiere, entre Recuero y R¨®denas), M¨¢s lo incierta que puede ser tama?a inversi¨®n como supone construir una plaza de toros para una sola corrida al a?o, que hacen problem¨¢tica la viabilidad del proyecto del nuevo coso de Zafra.
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