La misi¨®n del centro
Economista ex funcionario de la OCDE y ex director de estudios econ¨®micos de la Subsecretaria de Econom¨ªa Financiera. Miembro de la Federaci¨®n de Partidos Dem¨®cratas que preside Joaqu¨ªn Garrigues.Tanto los empresarios como los periodistas que presenciaron la confrontaci¨®n de programas econ¨®micos que tuvo lugar en el ESTE de San Sebasti¨¢n quedaron sorprendidos del elevado grado de coincidencia que exist¨ªa entre un centrista como el que suscribe estas l¨ªneas, que hablaba en nombre del Partido Dem¨®crata, y un socialista y un comunista como los se?ores Campo y Tamames que representaban al PSOE y al PCE respectivamente. El hecho de que Jos¨¦ Mar¨ªa Aguirre Gonzalo se expresara en t¨¦rminos parecidos el d¨ªa siguiente en la junta general del Banco Guipuzcoano ha parecido a¨²n m¨¢s sorprendente a Fernando Urbaneja que, bajo el t¨ªtulo de ?Sorprendentes coincidencias?, hizo un comentario al respecto en EL PAIS del pasado domingo.
Al centrista que suscribe le honra tanto desde el punto de vista personal coincidir con el se?or Aguirre Gonzalo como con el se?or Tamames. Esa coincidencia me parece adem¨¢s importante porque hac¨ªa falta crear una corriente de opini¨®n que contrarrestara en un plano puramente t¨¦cnico las peticiones de medidas estabilizadoras que basadas en argumentos pseudo-econ¨®micos, amenazaban con llevar a la econom¨ªa espa?ola a la ruina sin resolver ninguno de sus problemas fundamentales. La petici¨®n de reactivaci¨®n selectiva en la que coincidimos por razones t¨¦cnicas personas de derechas, de centro y de izquierdas implica un acuerdo sobre los mecanismos de funcionamiento de la econom¨ªa que poco tiene que ver con cuestiones de tipo ideol¨®gico.
Ser¨ªa in¨²til a?adir aqu¨ª comentarios sobre todo lo que puede separar ideol¨®gicamente a partidarios de una econom¨ªa de mercado de quienes tanto en el PCE como en el PSOE propugnan una econom¨ªa socialista. Eso qued¨® muy claro sin disimulos,en el encuentro del ESTE pero tambi¨¦n espero que los empresarios presentes salieran reconfortados ante una capacidad de di¨¢logo que demuestra que en este pa¨ªs, si no nos lo estropean unos cuantos asesinos, estamos mucho m¨¢s civilizados de lo que mucha gente piensa.
Mi prop¨®sito principal en estas l¨ªneas es, sin embargo, insistir en un aspecto de coincidencia entre el centro y la izquierda y de divergencia con la derecha que ya comentaba Urbaneja: el tema fiscal. Esta coincidencia es en parte ideol¨®gica puesto que en buena medida algunos de nuestros objetivos ¨¦ticos (justicia social por ejemplo) son parecidos s¨®lo diferimos en los medios id¨®neos para alcanzarlos y en el precio que estamos dispuestos a pagar en t¨¦rminos de otros objetivos (como la libertad que, diga lo que diga un comunista siempre est¨¢ dispuesto a sacrificar en aras de igualdad).
Pero es que para el centrista inteligente, la equidad en la distribuci¨®n de la renta que implica una redistribuci¨®n fiscal importante es una condici¨®n ?sine qua non? para que exista ese grado de consenso social sin el cual la convivencia en la libertad no es posible. Es decir, que la justicia no es s¨®lo un objetivo en si, sino un requisito indispensable para que funcione esa econom¨ªa de mercado que defendemos tanto el centro como la derecha.
La situaci¨®n espa?ola a ese respecto se puede ilustrar f¨¢cilmente mediante dos comparaciones. La primera es el porcentaje sobre la totalidad de ingresos p¨²blicos que representa el Impuesto sobre la Renta de Personas F¨ªsicas. Este impuesto, que es pr¨¢cticamente el ¨²nico con un grado de progresividad significativo, representa en Espa?a menos del 2% de la recaudaci¨®n del Estado, mientras que en la mayor¨ªa de los pa¨ªses de la OCDE oscila entre el 25 y el 35%.
La segunda comparaci¨®n, basada en cifras elaboradas por los hermanos Alcalde Inchausti, ilustra hasta qu¨¦ punto esa insuficiencia de progresividad en el impuesto se refleja en una distribuci¨®n desigual de la renta. En Espa?a el 10% m¨¢s afortunado de la poblaci¨®n disfruta del 40% de la renta total, contra un 26% en la media de la OCDE y un 30-31 % en los pa¨ªses m¨¢s desiguales como Francia e Italia. Si utilizamos un ¨ªndice m¨¢s docto de disparidad. como el de Gini, obtenemos 0,44 para Espa?a en lugar de 0,41 para Francia y 0,30 para Suecia.
En esas circunstancias es l¨®gico que cualquier programa econ¨®mico centrista atribuya la m¨¢xima prioridad a medidas destinadas a conseguir una mejora en la distribuci¨®n de la renta en este pa¨ªs. Para un liberal, la econom¨ªa de mercado no puede constituir un fin en s¨ª, sino un medio para maximizar el bienestar de todos. Y desde luego en ning¨²n caso puede constituir un pretexto para defender los privilegios de muy pocos.
Que nadie se llame a enga?o. La labor hist¨®rica de ese Centro Democr¨¢tico que se acaba de crear es precisamente conseguir las reformas sociales que lleven este pa¨ªs a una situaci¨®n de convivencia estable. Esas ref¨®rmas la derecha espa?ola no las ha querido llevar a cabo y la izquierda espa?ola se ha fijado objetivos demasiado extremistas a largo plazo como para infundir la confianza necesaria. Si el Centro se limita a utilizar un vocabulario de Izquierdas para aplicar una pol¨ªtica de derecha, traicionado al pueblo espa?ol y tendr¨¢ la grav¨ªsima responsabilidad de provocar un retorno a esas posiciones extremas, que tan a menudo han marcado con sangre la historia de nuestro pa¨ªs.
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