El entrenador, amparado por la ley de Relaciones Laborales
El Tribunal Supremo ha considerado al entrenador, en sucesivas sentencias, persona que ocupa en la entidad -club- un cargo de confianza y trabajador por cuenta ajena. En aquel caso el t¨¦cnico estaba imposibilitado para acogerse a la legislaci¨®n laboral; en ¨¦ste, la rescisi¨®n indebida de contrato ser¨ªa objeto de indemnizaci¨®n pecuniaria. La ley de Relaciones Laborales de 8 de abril de 1976 incluye en su art¨ªculo tercero, 1, k, al entrenador en la categor¨ªa de trabajador por cuenta ajena: ?El trabajo de alta direcci¨®n o alta gesti¨®n de la empresa no exclu¨ªdo por el art¨ªculo segundo, apartado c) se considera relaci¨®n laboral de car¨¢cter especial.?La historia de los ceses es vieja. Marcel Domingo, en su Libro Blanco, propone que ?se dificulte, en la medida de lo posible, la posibilidad de rescisi¨®n de contrato por parte de los clubs, salvo que esta medida se adopte en vista de falta grave o delito cometido por el entrenador?. Los lamentos de los t¨¦cnicos comienzan a o¨ªrse cuando su equipo va mal clasificado. Ellos pronuncian frases como el tr¨¢gico ?nuestro futuro depende de un resultado?. El proceso, hasta ahora, ha sido sencillo. La directiva no est¨¢ conforme con el trabajo del t¨¦cnico y por decisi¨®n unilateral decide despedirle. La compensaci¨®n que el entrenador, tiene en estas circunstancias es una -peque?a o no- cantidad de dinero.
Merkel y Beneyto
El Tribunal Supremo, ateni¨¦ndose a un peque?o detalle formal, dict¨® con fechas 16 de mayo de 1975 y 27 de octubre de 1976 sentencias en principio contradictorias. En la primera se consideraba que Maximilian Merkel, entrenador del Atl¨¦tico de Madrid cesado con anterioridad en su cargo, ostentaba en el club un trabajo de direcci¨®n, por lo que no era viable el paso de la demanda por la legislaci¨®n laboral. En la segunda se consider¨® a Adolfo Beneyto, t¨¦cnico del equipo de baloncesto Breog¨¢n, trabajador por cuenta ajena.
La diferencia en los dos casos estribaba en un aspecto formal. En el contrato de Beneyto no exist¨ªa la cl¨¢usula por la que a Max Merkel se le atribu¨ªa la facultad de disponer las horas de trabajo para su equipo. La sentencia, favorable al Atl¨¦tico de Madrid, amparada en el art¨ªculo siete de la ley de Contratos de Trabajo, en el que se excluye de cualquier relaci¨®n laboral la labor desempe?ada por un cargo directivo, resultaba tajante.
Fontaine y la legislaci¨®n francesa
Just Fontaine percibir¨¢ en breve una sustanciosa indemnizaci¨®n tras ser alejado de su cargo de t¨¦cnico del Par¨ªs St. Germain. Un tribunal de Versaltes ha considerado que en el cese del entrenador se dio ?ruptura abusiva? de contrato. Una presunta incompatibilidad de car¨¢cter entre ¨¦l y el presidente del club llev¨® a ¨¦ste a presentarse a la justicia para solicitar que se pronunciara sobre la nulidad del contrato que por un per¨ªodo de tres a?os le ligaba al entrenador. El tribunal consider¨® procedente una indemnizaci¨®n en dos vertientes: una en concepto de recuperaci¨®n de salarios, perjuicio moral y derechos de antig¨¹edad, y otra a t¨ªtulo personal que el presidente del club deber¨¢ abonar. Y a¨²n ha solicitado de un experto que se?ale el perjuicio profesional que Just Fontaine haya podido sufrir.
La legislaci¨®n espa?ola a¨²n no tiene una reglamentaci¨®n escrita. El entrenador de cualquier disciplina se encuentra en la misma tesitura que los deportistas profesionales. Tienen abierto el camino de los tribunales de justicia, pero s¨®lo pueden argumentar ante ellos a niveles de principios generales del Derecho. Su futuro inmediato se debe enfocar con perspectivas optimistas. Antes de un a?o, aproximadamente, su situaci¨®n laboral deber¨¢ medirse por coordenadas menos tr¨¢gicas que las del ?punto perdido en casa, los negativos o el peligro de descenso?.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.