La autonom¨ªa vasca
?El Gobierno de Madrid debe damos la autonom¨ªa si quiere gobernar?, me dijo Ram¨®n Sota, nacionalista vasco, durante mis diez d¨ªas de viaje al Pa¨ªs Vasco en enero El se?or Sota no es un extremista pol¨ªtico. Procede de una de las familias m¨¢s ricas del Pa¨ªs Vasco y es miembro del Partido Nacionalista Vasco.?Si el Gobierno no nos da autonom¨ªa perder¨¢ credibilidad y aumentar¨¢ la resistencia civil y aun militar de los elementos m¨¢s j¨®venes de nuestra sociedad que rehusan aceptar el status quo. El Gobiemo es consciente de esto y por esta raz¨®n parece dispuesto a negociar.?
En el refer¨¦ndum del mes de diciembre sobre la reforma pol¨ªtica propuesta por el Gobierno Su¨¢rez hubo un porcentaje de abstenci¨®n, en las cuatro provincias vascas del 37% comparado con el promedio nacional del 25%. En Guip¨²zcoa y Vizcaya, las dos mayores provincias industriales, la abstenci¨®n lleg¨® al 55 y 45%, respectivamente. Estas estad¨ªsticas, mucho m¨¢s altas que el promedio europeo de abstenci¨®n, reflejan no un voto contra la democracia, sino un resentimiento contra el Gobierno de Madrid.
(...) Desde entonces el Gobierno Su¨¢rez ha tomado algunas medidas para amortiguar los intensos resentimientos legalizando la bandera este mes y prometiendo examinar el problema de la lengua.
Los vascos quieren que su lengua se ense?e en las escuelas del Estado y no s¨®lo en las privadas, junto, con el castellano, la otra lengua madre.
(...) El problema inmediato con que se enfrenta el Gobierno es el de si otorga o no una amnist¨ªa total. Este es un problema candente en el Pa¨ªs Vasco m¨¢s que otro cualquiera.
(...) Los vascos est¨¢n preocupados porque el Gobierno ha reintroducido, por un plazo no especificado, parte del decreto-ley antiterrorista, lo que significar¨¢ un apretar las clavijas a la relativa libertad de que ahora disfrutan.
(...) Los vascos temen que bajo estas nuevas normas volver¨¢n a convertirse de nuevo en una naci¨®n perseguida.
La simpat¨ªa que se expresa por la ETA es sorprendente, pero no mucho cuando se la enfoca en el contexto de una amplia oposici¨®n contra Madrid.
?Estoy seguro de que un franc¨¦s al disparar contra un alem¨¢n en 1942 no era un criminal?, dice el se?or Sota tratando de justificar las violencias de ETA. Los vascos ven la presencia de la polic¨ªa en su provincia como si se tratase de un ej¨¦rcito de invasi¨®n.
?Nosotros no podemos condenar a un vasco por emplear la violencia contra un r¨¦gimen que est¨¢ basado en la violencia.?
(...) Aunque el ministro del Interior, Rodolfo Mart¨ªn Villa, ha dicho que la ikurri?a se puede izar sin que se corra el riesgo de ser perseguido, algunos sectores de la polic¨ªa aplican la ley a su antojo. Muchas veces he o¨ªdo mientras estaba en el Pa¨ªs Vasco que la polic¨ªa atacaba a los que llevaban una bandera. La misma noche de la gigantesca reuni¨®n en San Sebasti¨¢n un vasco que entraba en la ciudad con una bandera fue parado por la polic¨ªa y le rompieron los cristales del coche.
El Partido Nacionalista Vasco pide una autonom¨ªa dentro del sistema federal y cualquier partido pol¨ªtico nacional debe tener en cuenta este punto de vista.
7 febrero
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