"He hecho con la Biblia lo que Malraux con Par¨ªs: limpiarla"
Entrevista con el escritor y pol¨ªtico Andr¨¦ Chouraqui
Andr¨¦ Chouraqui, escritor y pol¨ªtico israel¨ª, es una de las personalidades m¨¢s comprometidas en el di¨¢logo judeo-cristiano. Doctor en Derecho y Filosof¨ªa, conocedor de Teolog¨ªa y Lenguas orientales, fue consejero personal de Ben Guri¨®n -fundador del Estado de Israel- y ha sido teniente de alcalde de Jerusal¨¦n, entre 1965 y 1969.
Actualmente es delegado permanente de la Alianza Israelita Universal y preside el Comit¨¦ Interconfesional para el entendimiento entre las distintas etnias en el Estado de Israel. Su traducci¨®n de la Biblia al franc¨¦s -que acaba de presentar en el Instituto Franc¨¦s de Madrid- abre nuevos campos a la teolog¨ªa, desde cualquiera de las confesiones religiosas de ra¨ªz b¨ªblica. A su paso por Madrid, concedi¨® a EL PAIS la siguiente entrevista.?El Estado de Israel nos normaliza. Los jud¨ªos -dijo el se?or Chouraqui-, somos minor¨ªa en todos los pa¨ªses. En Israel somos mayor¨ªa, tenemos un territorio como todos los pueblos del mundo. Y puedo asegurarle que el problema no est¨¢ ni en las religiones, ni en los pueblos. Si no existieran el petr¨®leo, el armamento, las grandes potencias, las grandes compa?¨ªas, no habr¨ªa ning¨²n problema. No es una opini¨®n, es una certeza.?
Andr¨¦ Chouraqui procede de una vieja familia sefardita, que sali¨® de Espa?a en 1491, y ha vivido desde entonces entonces en el Norte de Africa. Conoce el ladino, el espa?ol del siglo XVI, conservado por las comunidades sefarditas. Y ha estudiado en diversos libros la historia de su pueblo, desde perspectivas jur¨ªdicas, antropol¨¦gicas e historiogr¨¢ficas.
?Los jud¨ªos somos muy conservadores: hemos guardado nuestras tradiciones durante milenios. Se nos considera diferentes porque nosotros hemos querido seguir siendo diferentes, es decir, nosotros mismos. Durante miles de a?os, la divisa fue: el a?o que viene, a Jerusal¨¦n. Ahora esto es una realidad.?
?El jud¨ªo se siente parte de una gran cultura. Preferimos renunciar a todo antes que a nuestra esencia. Y para no renunciar el pueblo jud¨ªo se expone a la persecuci¨®n, al exterminio. El antisemitismo, todos los antisemitismos, vienen de la no admisi¨®n de la diferencia por las culturas mayoritarias. Y los iud¨ªos hemos querido mantenernos, durante siglos, ajenos y diferentes, para no ser asimilados, para sobrevivir.?
Chouraqui habla con convencimiento y sentido del humor. ?Somos como diplodocus, un dep¨®sito del tiempo. Yo mismo me siento viej¨ªsimo. Y pienso: ?Menos mal que la gente no se da cuenta! ?
Durante cuarenta a?os, Andr¨¦ Chouraqui ha traducido la Biblia, incluido el Nuevo Testamento. Y la suya es una traducci¨®n ins¨®lita, hecha desde la lengua hablada y al franc¨¦s vivo, igualmente hablado.
?He hecho una lectura no teol¨®gica, sino, ling¨¹¨ªstica e hist¨®rica. A partir del texto en he breo y en griego, y mediando un proceso dif¨ªcil, una metodolog¨ªa estricta, que vuelve los significados a las primeras ra¨ªces, y descarga al Libro de a?adidos que la cultura ajena a su ¨¢mbito sem¨¢ntico y cultural le fue cargando.?
?Para traducir el Antiguo Testamento he partido del texto hebrero y del hebreo que yo mismo hablo, que se parece m¨¢s al de la Biblia de lo que puede parecerse el castellano al ladino mismo. Y es curioso c¨®mo toda una cultura ha podido trasladar los significados. Por ejemplo, la ley (nom¨®s) de que habla la biblia griega, es la Torah hebrea, textualmente, lo que sale de Dios. Y lo que sale de Dios no es la ley, es otra cosa. En el Nuevo Testamento, de textos griegos, he tenido que volver al arameo, porque Jes¨²s no hablaba griego. Por ejemplo, en las bienaventuranzas, el griego traduce feliz, Por lo que en arameo significa adelante. Y es que los jud¨ªos de Constantinopla se hab¨ªan hecho con el concepto griego de felicidad. Como podr¨¢ ver, mi traducci¨®n, remotando los viejos verdaderos sentidos de las palabras, cambia, tambi¨¦n las estructuras mentales de partida, los conceptos mismos de las cosas. El dios de la Biblia. Adonal Elohim, fue traducido al Deus del Olimpo, contra el que la idea monote¨ªsta jud¨ªa luch¨®. Y el Dios misericordioso es algo m¨¢s en la Biblia. Es el dios-matriz (rahem), que hace con todos los hombres y la creaci¨®n entera lo que la matriz con el feto. M¨¢s que dar misericordia, o tenerla, Dios da la vida y la mantiene. ?
EL PAIS.- ?Qu¨¦ supone esta traducci¨®n, o esta lectura de la Biblia?
Andr¨¦ Chouraqui.- Pasar del plan moral al ontol¨®gico. El lenguaje de la Biblia, en una lengua viva, es un lenguaje absolutamente actual. Y mucho m¨¢s concreto que lo que las traducciones, al uso hacen creer.
Una carta del Papa
EL PAIS.- Qu¨¦ dificultades se ha encontrado?A. Ch.- La mayor, desembarazarme de los h¨¢bitos mentales, de las costumbres de lectura de la Biblia, muy influida en las versiones francesas por la lengua del siglo XIX. Me he esforzado en encontrar los equivalentes sem¨¢nticos del hebreo y arameo en el franc¨¦s actual. Luego, la traducci¨®n sin diccionario, directa: usted sabe que los diccionarios est¨¢n hechos a su vez, a base de traducciones, con lo que el mundo conceptual se convierte en un c¨ªrculo vicioso...
EL PAIS.- ?Qu¨¦ acogida ha tenido su traducci¨®n en ¨¢mbitos cristianos?
A. Ch.- Entre los protestantes. se considera el hecho m¨¢s importante desde la traducci¨®n de Lutero. Tengo una carta del Papa que me dice que en el Vaticano est¨¢ siendo estudiada en profundidad, y numerosos te¨®logos piensan que abre ¨¢mbitos insospechados a la teolog¨ªa. Simplemente, por problemas ling¨¹¨ªsticos. Yo s¨®lo he hecho con la Biblia lo que Malraux con Par¨ªs: limpiarla.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.