Treinta y ocho mil horas invertidas en la liberaci¨®n
Terminada la rueda de prensa con el ministro, entraron en la sala algunos de los miembros del Cuerpo General de Polic¨ªa, que bajo el mando del jefe superior de Polic¨ªa de Valencia, se?or Conesa, lograron el rescate de los se?ores Oriol y Villaescusa. Los inspectores eran todos ellos j¨®venes y vest¨ªan de manera informal.
Roberto Conesa, con 38 a?os de experiencia policial en la Brigada de Investigaci¨®n Social con sede en Madrid, comenz¨® explicando que sus superiores le llamaron a Valencia para coordinar los esfuerzos de las fuerzas de orden p¨²blico y de la polic¨ªa que ven¨ªan trabajando en estos casos, y que han empleado, seg¨²n se revel¨® m¨¢s adelante, 38.000 horas de trabajo.Afirm¨® que hace quince d¨ªas comenz¨® a dirigirla operaci¨®n, y que para ella eligi¨® a inspectores j¨®venes con bastante experiencia en estos casos. Sigui¨® diciendo que eran los partidos muy minoritarios, y no los de masas, los que recurren al uso de la violencia.
Tras relatar c¨®mo uno de los primeros grupos minoritarios que empez¨® a utilizar m¨¦todos violentos fue el FRAP y el PCE (m-l) afirm¨® que este grupo termin¨® ?disolvi¨¦ndose como azucarillos? tras los asesinatos de polic¨ªas en el verano de 1975. Hizo una similitud entre el FRAP y los GRAPO, y afirm¨® que ambas organizaciones, al pasar a la acci¨®n armada, sufr¨ªan la baja de la mayor parte de sus militantes, ?porque quer¨ªan ser revolucionarios, pero no asesinos?.
El se?or Conesa se?al¨® que los GRAPO eran el brazo armado del PCE (r), surgido de la OMLE, e indic¨® que todos estos grupos no eran m¨¢s que siglas sin apenas gente detr¨¢s e ?incapaces de hacer un paro en una empresa?. Refiri¨¦ndose a la personalidad de los miembros de los GRAPO, dijo que algunos de ellos aparentemente parec¨ªan personas normales, pero que en realidad ?son chicos desquiciados y frustrados e intoxicados mentales?. Refiri¨® que durante los interrogatorios, muchos de los miembros de este grupo se derrumbaron pronto frente a la dial¨¦ctica de la polic¨ªa.
El se?or Conesa sigui¨® diciendo que la moral de los GRAPO se hab¨ªa resquebrajado en las ¨²ltimas semanas, y que muchos de sus miembros se hab¨ªan apartado por no estar de acuerdo con la violencia.
Abelardo Collazo custodiaba a Villaescusa
A continuaci¨®n, los polic¨ªas que hab¨ªan intervenido directamente en el rescate de las dos personalidades secuestradas narraron c¨®mo se hab¨ªan producido los hechos.
El polic¨ªa que llam¨® al timbre y, entr¨® el primero en el domicilio en que se hallaba retenido el teniente general Villaescusa relat¨® as¨ª c¨®mo ocurrieron los hechos:
?A las dos menos diez de la tarde iniciamos la operaci¨®n. Cuatro agentes subimos al piso y llamamos al timbre. Abri¨® la puerta una persona muy fuerte, de 1,82 de estatura, un cachalote, que result¨® ser Abelardo Collazo (el mismo que hace unas semanas dispar¨® contra los dos guardias civiles de servicio en la Caja de Ahorros de la Carretera de Andaluc¨ªa). Yo dije: "Que no se mueva nadie", y el citado Collazo se qued¨® sentado en un tresillo que hab¨ªa frente a la puerta. A medio metro de sus brazos -continu¨® el agente-, pegado al tresillo, hab¨ªa una metralleta preparada para disparar. Otros inspectores entraron en las habitaciones y encontraron al teniente general Villaescusa, sin ataduras, vestido de paisano. ?
?Villaescusa se encontraba sentado frente a una mesa camilla con una l¨¢mpara de mesa, y, al parecer, estaba escribiendo. ?
?Cuando nos vio entrar -prosigue el polic¨ªa su relato- se qued¨® sorprendido, pues seg¨²n nos dijo despu¨¦s cre¨ªa que ¨¦ramos del GRAPO y que ¨ªbamos a sacarle de la casa para rematarle. Yo le dije: "Abr¨¢ceme, que somos polic¨ªas"
?Cuando sali¨® de su asombro -agreg¨® el agente- nos abraz¨® y no pudo evitar las l¨¢grimas. Nos pregunt¨® despu¨¦s por su uniforme militar, que cre¨ªa los secuestradores lo hab¨ªan llevado al piso. Efectivamente, el uniforme se encontraba en un armario, pero le dijimos que no pod¨ªamos proporcion¨¢rselo -su intenci¨®n era salir vestido de uniforme- por ser prueba de investigaci¨®n. El teniente general sali¨® de la vivienda con un malet¨ªn de mano -el mismo que llevaba cuando le secuestraron- y fue trasladado a la DGS en un coche de la Polic¨ªa Armada.?
Oriol tuvo un gesto humano con sus secuestradores
Los polic¨ªas que hab¨ªan intervenido en el rescate del se?or Oriol -en ning¨²n momento dieron sus nombres ni se dejaron fotografiar- relataron as¨ª la liberaci¨®n:
?Ten¨ªamos rodeada la casa. A las cuatro menos veinte, cuatro inspectores subimos al piso y llamamos al timbre. Nos abri¨® una mujer joven, de unos veinte a?os, e inmediatamente cerr¨® de nuevo la puerta, pillando la mano de uno de nuestros compa?eros. La pistola que ¨¦ste portaba cay¨® al suelo y se dispar¨®. Ya dentro de la vivienda encontramos a un hombre joven, Gil Ara¨²jo, que en ese momento iba desarmado y no ofreci¨® resistencia. Encontramos armas en la casa, pero el detenido no portaba ninguna. El se?or Oriol se encontraba en zapatillas y le dijimos que ¨¦ramos polic¨ªas y que hab¨ªamos ido a rescatarle.?
El se?or Oriol se comport¨® en todo momento con una gran entereza y una gran humanidad. Nos pidi¨® que no hici¨¦ramos uso de nuestras armas y se despidi¨® de la muchacha joven que hab¨ªa en el piso con un beso. Tambi¨¦n se despidi¨® del ni?o pequeno -de once meses-, hijo de la joven que tambi¨¦n se encontraba en la vivienda cuando llegamos.
El se?or Oriol estaba en perfecto estado de salud y no pronunci¨® muchas palabras hasta que llegamos a la DGS.?
Al margen de estos relatos, los polic¨ªas informaron que hacia varios d¨ªas que segu¨ªan pistas bastante seguras; que en m¨¢s de una ocasi¨®n llegaron tarde a las casas en que presuntamente pod¨ªan estar los secuestrados, y que hace unos d¨ªas estuvieron a punto de rescatarlos. Afirmaron que el lunes se consigui¨® la pista definitiva y que los GRAPO hab¨ªan utilizado varios pisos, unos alquilados y otros comprados. Informaron tambi¨¦n que ten¨ªan ¨®rdenes de no utilizar sus armas ya que no quer¨ªan enfrentamientos que pusieran en peligro la vida de los secuestrados.
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