Una ni?a de once meses ha vivido el secuestro y la liberaci¨®n de Oriol
Una ni?a de once meses ha sido testigo del secuestro de Antonio Marla de Oriol y del instante del rescate por la polic¨ªa. La peque?a qued¨® anoche bajo la custodia de un matrimonio en uno de los pisos del mismo edificio donde Oriol ha vivido su captura desde el pasado s¨¢bado.
A las cinco de la tarde de ayer, viernes, d¨ªa 11, los vecinos del n¨²mero 33, bloque 21, de la calle de San Claudio, en la colonia del Sardinero, cerca del pueblo de Vallecas, oyeron un disparo. Poco despu¨¦s se produc¨ªa un considerable alboroto en la calle, as¨ª como en la escalera del inmueble. Alguien -?uno de los polic¨ªas?, comentar¨ªan despu¨¦s unos vecinos- grit¨®: ?Tenemos a Oriol, tenemos a Oriol?Los datos recogidos entre el vecindario arrojan la siguiente versi¨®n de lo ocurrido:
Debieron subir tres o cuatro polic¨ªas de paisano. Uno llam¨® a la puerta letra D de la cuarta planta. Abri¨® una joven que, por lo visto, esperaba visita. Esta, al ver que se trataba de desconocidos, supuso que era la polic¨ªa e intent¨® cerrar. Un polic¨ªa meti¨® un brazo armado, la puerta le apret¨® la mano y se produjo un disparo.
R¨¢pidamente se oyeron los gritos que indicaban que Oriol hab¨ªa sido liberado. La escalera se llen¨® de polic¨ªas. Desde la cuarta planta descendieron muchas personas, entre ellas, Oriol y la pareja que ocupaba el piso: un hombre joven, moreno, con bigote, y una mujer joven, de pelo negro, medianamente largo, recogido en cola de caballo.
En la calle, a la puerta de la casa, se advirti¨® tambi¨¦n la presencia de numerosas personas, polic¨ªas de palano, que r¨¢pidamente se metieron en varios coches sin ning¨²n tipo de distintivo policial en los que, al arrancar, colocaron las sirenas policiales.
Uno de los polic¨ªas pregunt¨® a la mujer joven detenida qu¨¦ hac¨ªan con la ni?a. La mujer no respondi¨® y se meti¨® en uno de los coches.
La polic¨ªa, entonces, dej¨® a la ni?a en manos de un matrimonio domiciliado en el mismo inmueble, hasta que se decida su destino.
En el piso donde hab¨ªan vivido desde el pasado s¨¢bado Oriol y sus secuestradores, en compa?¨ªa de la citada ni?a, la polic¨ªa hall¨® tambi¨¦n varias armas, que fueron evacuadas de all¨ª. Tambi¨¦n hubo all¨ª otro ni?o de unos seis a?os, que jugaba con sus vecinos, pero a ¨¦stos nunca les dejaron entrar a la vivienda.
La pareja detenida ayer, sin embargo, no es la pareja que hab¨ªa comprado el piso.
El piso en cuesti¨®n fue vendido hace unos d¨ªas por su propietario, C. A., casado con C. B., por un mill¨®n y medio de pesetas, cantidad de la que cobraron como anticipo medio mill¨®n de pesetas, quedando el resto aplazado en varias letras. Los compradores fueron una joven rubia, de pelo corto y ojos azules, y un hombrejoven, con bigote. Estos llegaron a la casa en un R-12 blanco, modelo ranchera, y no se les ha vuelto a ver.
Ha sido a la pareja formada por la joven morena y el otro detenido ayer a quienes se ha visto estos d¨ªas en la barriada. A la mujer, en una de las tiendas, le fue preguntado por una vecina si era una nueva inquilina, a lo que contest¨® que no, que solamente se hallaba all¨ª pasando unos d¨ªas con unos familiares.
Curiosamente, el vecindario comenta que, en esa barriada, viven numerosos polic¨ªas, pues hay pr¨®ximo un cuartel. Casi todos los d¨ªas viene un coche de la polic¨ªa a recoger a alguno de ellos y se para en esta misma puerta.
El antiguo propietario del piso donde ha sido liberado Oriol fue avisado de lo ocurrido por un cu?ado suyo que vive en ese barrio. Al enterarse, C. A. sufri¨® una fuerte impresi¨®n, pero se present¨® inmediatamente a la polic¨ªa.
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