Mirada por el ojo de la ucronia
Estimamos que los valores de reportaje hist¨®rico, desarrollado bajo la especie de la ucronia y dentro de la oleada de pol¨ªtica-ficci¨®n, que se est¨¢ llevando ahora, privan sobre la condici¨®n formal de novela que tiene El Desfile de la Victoria, de Fernando D¨ªaz-Plaja, que no pasa de ser la f¨®rmula para desarrollar la hip¨®tesis pol¨ªtico social de una Espa?a que hubiese invertido la suerte de la guerra civil en 1938 mediante la inversi¨®n de la suerte de la batalla del Ebro.Al lector atento a la actualidad literaria no le ser¨¢ dif¨ªcil advertir que D¨ªaz-Plaja parte de la misma hip¨®tesis que Jes¨²s Torbado en su reciente novela En el d¨ªa de hoy, para tratar de avistar el mismo panorama de la sociedad espa?ola derivada de la victoria de las armas del Ej¨¦rcito Popular de la Rep¨²blica en 1939. El paisaje que se divisa es id¨¦ntico, Pero var¨ªa muy decisivamente al inter¨¦s de cada uno de los autores, de los que puede decirse que enfocan un pedazo muy diverso del paisaje. Torbajo se interesa por la situaci¨®n inmediata, mientras que D¨ªaz-Plaja, avizora un paisaje m¨¢s lej ario y gen¨¦rico. El autor de El Desfile de la Victoria ha realizado abundante investigaci¨®n hist¨®rica y social para no interesarse a la larga por los resultados de la infalible ley pendular de la pol¨ªtica espa?ola.
El Desfile de la Victoria
Fernando D¨ªaz-Plaja. Librer¨ªa Editorial Arg¨®s, SA. Barcelona, 1976.
A bastantes a?os fecha de 1939, la situaci¨®n dimanante dela victor¨ªa con sus fastos y sus h¨¦roes, se ha erosionado con el paso del tiempo y el ejercicio del poder bajo sus f¨®rmulas, su tabla de valores y el prestigio de sus mitos y una creciente oposici¨®n va exaltando los de los vencidos. Ya no se exalta la poes¨ªa de Alberti, sino la de Pem¨¢n, dicho sea por ejemplo, en los cen¨¢culos estudiantiles de la ucronia y Picasso no vale lo que Dal¨ª para ellos. El curso de la novela, aguzada hacia un final de complot y atentado, punt¨²a abundantemente con detallismo de reportaje y copia de nombres y ejemplos esta continuaci¨®n de la inversi¨®n dela realidad que comenz¨® en 1938. La situaci¨®n general viene a ser la mismapero todo lo contrar¨ªo, y en Espa?a no funcionan las cosas como en la despectiva frase fernandina, sino diferentes perros circulan bajo los mismos collares.
Hay que entender que la obra de D¨ªaz-Plaja, tiene una base de humor hist¨®rico que en definitiva apunta a que una guerra civil lleva a un resultado de esta suerte, por lo que resulta sobremanera in¨²til, un accidente de onerosa y dif¨ªcil rentabilidad. Para ello, por ser un objetivo de m¨¢s largo trazo que el inmediato -m¨¢s literano- de Torbado, su manejo ucr¨®nico de la historia es m¨¢s ligero, superficial y divertido a fin de llegar a la construcci¨®n invertida que sustenta la tesis anterior, esc¨¦ptica e impl¨ªcita de que los remedios pasionales, sobre llevar al mismo punto, no son tan aconsejables como los l¨®gicos y racionales. A¨²n dentro del juego en el que el lector entra complacido y divertido, piensa hasta que punto prescindirse en el cuadro general de la ucronia de la inflexi¨®n de la II guerra mundial en Espa?a. ?Podr¨ªa haber sido la misma?
Pero el atractivo de El Desfile de la Victoria est¨¢ sobre todo en la curiosidad un poco maligna de lanzar una ojeada por el agujero de la cerradura para ver una historia que fue cerrada en la realidad para siempre. Y mirar no s¨®lo el cuadro, sino sus peripecias, sus personajes, sus suertes y fachadas orientadas a una nueva situaci¨®n. Lo que pudo haber sido, (y por ello el autor procura derivarlo de los rasgos reales conocidos para imaginar con la posible coherencia con los datos reales), y que desde luego, por las razones alegadas -la suerte y flojo de la batalla del Ebro, jugada de ajedrez que lleva a un desarrollo final contrario- no lo fue, seg¨²n se ve al cabo de bastantes a?os despu¨¦s en el plano novelesco que desarrolla, con su soltura positiva y narrativa habilual, este Fernando D¨ªaz-Plaja de nuestros pecados y de los de los hiios de unas cuantas naciones m¨¢s.
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