El derecho a ver

En la edici¨®n de EL PAIS, d¨ªa 30 domingo, el respetable cr¨ªtico Enrique Llovet, en la secci¨®n dedicada a teatro hace una cr¨ªtica sobre la obra de Valle Incl¨¢n Divinas palabras. Nos parece que exagera en algunos de sus elogios, aunque tambi¨¦n es verdad que de los que tienen menor importancia, sin embargo creo necesario una contestaci¨®n a la afirmaci¨®n tan gratuita que hace, textualmente dice: ?Monumental teatro, gran teatro de buen¨ªsima ac¨²stica y excelente visibilidad.Subrayo estas palabras porque realmente me parecen desconocedoras de la realidad. Supongo que el se?or Enrique Llovet cuando va al teatro tendr¨¢ un buen asiento; yo he de criticarle sus afirmaciones por no ser ciertas, o por lo menos totalmente ciertas; le puedo asegurar y adem¨¢s le invito a que lo pruebe que, como yo, gran cantidad de los asistentes situados en el principal, n¨²meros 37 y 39, afirmamos que cuando la obra se desarrollaba en la parte derecha del escenario (mirando al p¨²blico) resultaba francamente imposible: ver lo que all¨ª ocurr¨ªa y respecto al tema de la ac¨²stica, hay que decir que hab¨ªa gran cantidad de frases que se nos escapaban a los oyentes.

Mi petici¨®n ser¨ªa para que todos los teatros que se acondicionaran todas las localidades, para que por lo menos la visibilidad fuera absoluta, el motivo de compra butacas de principal y no de patio no es porque nos gusten las alturas, sino, como todos podemos entender, por razones econ¨®micas.