Socialismo y Socialdemocracia
?La publicaci¨®n en la prensa de varios art¨ªculos escritos por autodenominados socialdem¨®cratas plantean ya, en la frontera electoral, un problema de gran importancia para los socialistas.Las encuestas que se realizan en los ¨²ltimos meses, a¨²n con los inconvenientes de una mediatizaci¨®n por el miedo y la confusi¨®n, se?alan, junto a un importante porcentaje de votaci¨®n socialista, otro socialdem¨®crata no menos sustancial. Esto ha dado origen a que sectores procedentes en su mayor parte del Sistema intenten sustraer el concepto de sus ra¨ªces originales, reduci¨¦ndolo a mera palabrer¨ªa, para aprovechar sus connotaciones de democracia econ¨®mica y social atractivas para capas populares. La conversi¨®n, por lo menos verbal, a la socialdemocracia de perso nalidades ligadas a la ¨¦poca azul y de altos funcionarios del. antiguo R¨¦gimen valoran la intencionalidad de la operaci¨®n.
Se trata, en esta operaci¨®n, de apoderarse del concepto social de mocracia, reduciendo el ¨¢mbito del Partido Socialista en su extensi¨®n social y te¨®rica. Desde el punto de vista te¨®rico, emplazan al socialismo en un marxismo primario con proclividades demag¨®gicas, mientras que en el ¨¢mbito social pretenden reducir al Partido a los trabajadores manuales, margin¨¢ndolo de los profesionales, intelectuales y capas medias.(...)
Fue el mismo Willy Brandt quien, despu¨¦s de estudiar el fen¨®meno de estos socialdem¨®cratas hisp¨¢nicos, les llam¨® liberales reformistas, juicio que quedar¨ªa plenamente justificado por la incorporaci¨®n de los m¨¢s destacados ?socialdem¨®cratas ? a esa agrupaci¨®n de derecha civilizada que se llama Centro Democr¨¢tico. Precisamente, esta ?socialdemocracia? satelizada en Centro Democr¨¢tico, queriendo cubrir una apariencia no de derecha de esta alianza que atraiga a un eventual electorado, suscitan el fantasma de la radicahzaci¨®n sectaria del Partido Socialista y el de la dial¨¦ctica fretepopulista en la que quisieran sumergirnos.(...).
Teniendo en cuenta esta realidad, hemos de marginar cualquier, talante sectario, que, situando al Partido err¨®neamente en la misma afirmaci¨®n dogm¨¢tica -sin percatarse de que la teor¨ªa que no tiene en cuenta la realidad no sirve- lo ¨²nico que conseguir¨ªa ser¨ªa el sometimiento de ese electorado a la tentaci¨®n de los sat¨¦lites de Centro Democr¨¢tico. Esta afirmaci¨®n no puede entenderse como puro electoralismo. Las elecciones son materia principal de un partido socialista en cuanto garant¨ªa de la esencial e imprescindible democracia, aval de la firmeza de nuestro Partido Socialista con una cualificada adhesi¨®n popular, ya que a nadie se le escapa que la credibilidad de una organizaci¨®n pol¨ªtica ser¨¢ distinta si obtiene pocos o muchos votos ... ?
15 febrero
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