"La autonom¨ªa universitaria es inseparable de una gesti¨®n democr¨¢tica
El Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia estudia en estos momentos un proyecto de decreto que regule la autonom¨ªa universitaria, desarrollando la ley General de Educaci¨®n. Esta autonom¨ªa, reivindicada por amplios sectores de la Universidad, se considera piedra, angular para un aut¨¦ntico cambio que adapte la instituci¨®n a las nuevas necesidades sociales.
A la hora de sacar a. la luz unas normas que regulen la autonom¨ªa universitaria, surgen muchas preguntas sobre si aqu¨¦lla va a ser, todo lo m¨¢s, una autonom¨ªa otorgada desde la Administraci¨®n o si el Ministerio piensa contar realmente con todos los estamentos implicados. Las autoridades ministeriales han anunciado que repartir¨¢n pr¨®ximamente una encuesta entre el profesorado para que se pronuncie al respecto. Sin embargo, seg¨²n fuentes del Departamento consultadas por EL PAIS, la participaci¨®n de los alumnos podr¨ªa dejarse en otro escal¨®n, a otro nivel de consulta, que podr¨ªa ser el de la elaboraci¨®n de los estatutos universitarios.Las cuestiones principales que se est¨¢ planteando el Ministerio al estudiar el decreto son la autonom¨ªa econ¨®mica, la selecci¨®n del profesorado y la elaboraci¨®n de estatutos y planes de estudios. Por lo que respecta a la autonom¨ªa econ¨®mica, existen, al parecer, varios problemas, entre ellos, los cauces administrativos y la intervenci¨®n de otros departamentos, principalmente el de Hacienda, y otros jur¨ªdicos, en parte derivados de los anteriores. ?No podemos cambiar la ley de presupuestos..?
Junto a los problemas que puedan trascender el ¨¢mbito del Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia, las universidades se preguntan, por ejemplo, qui¨¦n fijar¨¢ los presupuestos para ellas, y cu¨¢les ser¨¢n los criterios de distribuci¨®n de los mismos.
Con respecto a la selecci¨®n del profesorado, el Ministerio piensa que quede en manos de las universidades ?una vez que ese profesorado pertenezca a los cuerpos estatales?, seg¨²n fuentes oficiales. En este caso habr¨ªa que precisar si la contrataci¨®n del profesorado no numerario, que es m¨¢s del 70% de los docentes de Universidad, se mantendr¨ªa seg¨²n los criterios establecidos hasta ahora, es decir, a propuesta de los distintos departamentos de las facultades y con el visto bueno de los respectivos rectorados, y hasta qu¨¦ punto los distritos ser¨ªan aut¨®nomos para establecer con este profesorado las formas de contrataci¨®n que creyeran m¨¢s convenientes, de no variar a este respecto los esquemas existentes hasta ahora, y contra los que va, principalmente, la huelga de profesores no numerarios en petici¨®n de contrato laboral.
El Ministerio, dentro de este mismo campo, dar¨ªa tambi¨¦n cierta participaci¨®n a la universidades en lo que se refiere a traslados y adscripci¨®n de profesores.
Con respecto a la elaboraci¨®n de los estatutos, caben tambi¨¦n varias preguntas. Amplios sectores coinciden en que los estatutos pueden ser elaborados por los claustros universitarios. Pero en este caso, hay que fijar qui¨¦nes componen ¨¦sos claustros y cu¨¢l ha de ser la forma de acceso a los mismos de los representantes estudiantiles, si se acepta la presencia de los estudiantes; de no aceptarse, convierte esos claustros en antidemocr¨¢ticos para gran parte de universitarios, profesores y alumnos. En la idea del Ministerio parece que se sit¨²a a este nivel de los estatutos la participaci¨®n del alumnado.
Educaci¨®n y Ciencia piensa tambi¨¦n que la autonom¨ªa tendr¨ªa que estar controlada, por ejemplo, en materia de planes de estudio, ya que una excesiva disparidad en los mismos podr¨ªa perjudicar en caso de traslados de estudiantes a otros distritos.
A la hora de establecer los criterios de autonom¨ªa, habr¨¢ quiz¨¢, un punto conflictivo con respecto a qui¨¦nes son los estamentos que han de participar en el gobierno de la Universidad. En los ¨²ltimos tiempos, el personal no docente, integrado por administrativos y subalternos, ha venido expresando. su deseo de tomar parte en la gesti¨®n universitaria y en esta petici¨®n le han apoyado parte del profesorado y alumnos.
EL PAIS ha realizado una encuesta en los distintos sectores sobre qu¨¦ aspectos deber¨ªa contemplar el decreto de autonom¨ªa universitaria que el Ministerio de, Educaci¨®n tiene en estudio; cu¨¢les ser¨ªan las directrices de una aut¨¦ntica autonom¨ªa econ¨®mica, de selecci¨®n del profesorado y de elaboraci¨®n de normas propias y qu¨¦ estamentos han de participar en la gesti¨®n de la Universidad.
CARM?NA VIRGILI,
Decana de la facultad de Ciencias Geol¨®gicas de la Universidad Complutense
Unos criterios m¨ªnimos de autonom¨ªa ser¨ªan que la Universidad se d¨¦ sus propios ¨®rganos de gobierno, tenga sus medios propios para reclutar el personal, se de sus planes de estudio y defina sus t¨ªtulos, decida sus normas de funcionamiento y, entre ellas, la administraci¨®n del presupuesto econ¨®mico. Ello no excluye ni una planificaci¨®n general a nivel del pa¨ªs, ni una responsabilidad frente a la sociedad, representada por sus instituciones. La autonom¨ªa universitaria no debe s¨®lo plantearse en relaci¨®n con el Estado, sino tambi¨¦n frente a los grupos de presi¨®n, tales como empresas, banca e Iglesia. Una Universidad privada estar¨ªa a¨²n m¨¢s lejos de la autonom¨ªa que nuestras universidades actuales. La autonom¨ªa universitaria es, adem¨¢s, inseparable de una gesti¨®n democr¨¢tica. Por ello no creo que la autonom¨ªa pueda concederse por decreto, sino que debe conquistarse y exige no s¨®lo un cambio en profundidad de las estructuras universitarias, sino tambi¨¦n del entorno pol¨ªtico del pa¨ªs.
En otro orden de cosas, la actual dotaci¨®n econ¨®mica de las universidades en nuestro pa¨ªs, como todo el cap¨ªtulo dedicado a educaci¨®n e investigaci¨®n, es completamente insuficiente. Creo que es necesario, por tanto, adem¨¢s de conceder una autonom¨ªa econ¨®mica a las universidades, adecuar estas dotaciones y esto parece dif¨ªcil sin una profunda reforma fiscal. Ser¨ªa lamentable que volviera a producirse el error cometido al promulgar la ley de Educaci¨®n, en la que, al suprimirse todo el cap¨ªtulo de financiaci¨®n de las reformas previstas, ¨¦stas se hicieron inviables.
Si hablamos de los principales obst¨¢culos para la autonom¨ªa, creo que una Universidad aut¨®noma y descentralizada s¨®lo es posible en un contexto social y pol¨ªtico que acepte la descentralizaci¨®n y la autonom¨ªa en todos los niveles. La Universidad Aut¨®noma de Barcelona s¨®lo fue posible con el Estatuto de 1932. Un obst¨¢culo est¨¢ en cuantos componemos la Universidad, en nuestra forma de concebir la autoridad. Creo que es necesario que quienes tenemos alguna autoridad acad¨¦mica caigamos en la cuenta de que debemos ser y actuar como representantes y delegados de. unos ¨®rganos de gobierno colectivos, democr¨¢ticos y representativos en todos los componentes de la Universidad: alumnos, personal docente y no docente, unos ¨®rganos que puedan elegirnos y revocarnos y ante los cuales rindamos cuenta de nuestra gesti¨®n.
Sobre c¨®mo puede controlarse la gesti¨®n de los catedr¨¢ticos, podr¨ªa decir que no tendr¨ªa sentido salir del centralismo para caer en el caciquismo. Adem¨¢s, si se da una aut¨¦ntica autonom¨ªa, cambiar¨¢ la figura del catedr¨¢tico. A una Universidad aut¨®noma debe corresponder un estilo de profesorado en el que no tenga sentido el car¨¢cter de funcionario vitalicio; un profesorado que recupere plenamente su misi¨®n docente e investigadora, libre de responsabilidades administrativas y, sobre todo, dejando de actuar como guardi¨¢n de un poder establecido y reproductor de un sistema.
Es a trav¨¦s de las facultades y departamentos, organizando unas pr¨¢cticas o planificando un proyecto de investigaci¨®n como debemos y podemos ir descubriendo las nuevas relaciones que permitir¨¢n un funcionamiento democr¨¢tico. El estatuto es para m¨ª la normativa que asegurar¨¢ este fucionamiento. Y en su elaboraci¨®n debemos intervenir todos cuantos, a cualquier nivel, trabajamos en la Universidad, buscando en nuestro entorno sugerencias y formulaciones. El estatuto debe contemplar la organizaci¨®n interna de la Universidad con el mismo criterio de descentralizaci¨®n de los ¨®rganos de decisi¨®n, es decir, debe darse autonom¨ªa a las facultades dentro de la Universidad y a los departamentos y equipos de trabajo dentro de las facultades. No creo, que esto signifique la atomizaci¨®n de esfuerzos s i esta autonom¨ªa se inserta en una planificaci¨®n adecuada. .Descentraliza los ¨®rganos de gesti¨®n facilitar¨ªa la autonom¨ªa y la participaci¨®n democr¨¢tica, y al mismo tiempo, los agilizar¨ªa y simplificar¨ªa humanizando su comportamiento. No s¨¦ exactamente c¨®mo deben redactarse unos estatutos que permitan todo esto, pero s¨¦ que entre todos llegaremos a hacerlos y a edificar una Universidad p¨²blica y autogestionada, cuyo control corresponda a instituciones que representen a la totalidad del pueblo.
JESUS HERMOSA
Delegado estudiantil de primer curso de la Escuela Universitaria de Formaci¨®n del Profesorado de EGB de Valladolid.
Entiendo por autonom¨ªa universitaria, en cuya elaboraci¨®n deben participar todos los estamentos, que la Universidad sea un organismo que garantice que los propios universitarios y s¨®lo ellos, tengan el derecho y la responsabilidad de la gesti¨®n docente, cultural, acad¨¦mica, cient¨ªfica, administrativa y financiera.
A mi juicio, el estatuto de autonom¨ªa deber¨ªa contemplar los siguientes puntos: 1) La Universidad tiene que ser un organismo de car¨¢cter cultural con funciones dirigidas a la mayor¨ªa de la poblaci¨®n; 2) debe asumir los derechos y deberes que disponga la Constituci¨®n democr¨¢tica del Estado; 3) debe reconocer todos los derechos y libertades (reuni¨®n, expresi¨®n, asociaci¨®n); 4) debe tener derecho a participar en defensa de los intereses de los propios universitarios, en los ¨®rganos de poder del Estado.
Con respecto a la autonom¨ªa econ¨®mica, considero que la Universidad, como servicio estatal que es, tiene que recibir fondos del Estado para su financiaci¨®n, fondos que se completar¨¢n mediante otras fuentes, estudiadas, por una comisi¨®n econ¨®mica de claustro (tasas acad¨¦micas discriminatorias, donaciones, etc¨¦tera).
Por otro lado, creo que los departamentos son la unidad b¨¢sica de docencia e investigaci¨®n, y deben estar compuestos por el conjunto de profesores de la especialidad (numerarios y no numerarios), un n¨²mero igual de estudiantes y la totalidad de docentes del departamento.
MANUELA PALAFOX
Representante del personal administrativo. Facultad de Econ¨®micas de la Universidad Complutense.
Entiendo la autonom¨ªa universitaria como el autogobierno de la comunidad universitaria por parte de todos los estamentos que integran la Universidad -personal docente, no docente y discente-, independientemente de la Administraci¨®n ceniral, Esta autonom¨ªa se concretar¨ªa en los planes de estudio, contrataci¨®n del personal (n¨²mero y tipo de contrato), organizaci¨®n interna y fijaci¨®n, distribuci¨®n y gesti¨®n, del presupuesto.
El problema fundamental que plantear¨ªa la autonom¨ªa econ¨®mica ser¨ªa la posible insuficiencia de recursos, que podr¨ªa provocar el incremento de las tasas acad¨¦micas, con la consiguiente selectividad del alumnado en base a criterios puramente econ¨®micos. Ello impedir¨ªa el acceso a la Universidad de las clases econ¨®micamente d¨¦biles.
Pensamos que cada centro universitario debe estar gobernado por una comisi¨®n gestora tripartita y paritaria de docentes, alumnos y personal no docente.
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