Un raro invento
LA APARICION, a¨²n no confirmada, de un nuevo ente pol¨ªtico en el firmamento espa?ol ha producido sorpresa en algunos medios, perplejidad en otros: la Federaci¨®n Social Independiente nace -dice- con vocaci¨®n de centro izquierda y amparada por poderosas fuerzas del r¨¦gimen, seg¨²n se afirma. Existen dudas sobre la naturaleza de la aparici¨®n: astro, sat¨¦lite o nebulosa, los enigmas son muchos para los astr¨®nomos de la pol¨ªtica. Lo que inspira serias reservas es que el nuevo grupo sea una federaci¨®n porque no federa grupos, sino personas concretas. Tampoco resulta especialmente social, puesto que se nutre de antiguos dirigentes del sindicalismo vertical y de tecn¨®cratas del antiguo r¨¦gimen. Resulta, en fin, relativamente independiente si se tiene en cuenta la vinculaci¨®n a la Administraci¨®n de buena parte de sus miembros.La operaci¨®n se presenta nada rrienos que con el marchamo de ?centro izquierda? y apoya su izquierdismo en su vinculaci¨®n a grupos como el del se?or Garc¨ªa L¨®pez y los socialistas del se?or Murillo.
Alguien ha se?alado que la aspiraci¨®n de la federaci¨®n naciente consistir¨ªa en superar la dial¨¦ctica franquismo-antifranquismo y en apoyar la apertura democr¨¢tica como ?partido del Gobierno?. La primera aspiraci¨®n parece oportunista, porque todos los franquistas h¨¢biles aspiran hoy a decir que el franquismo ha pasado y que no debe tratarse de la cuesti¨®n: tienden, sin embargo, a consolidar, con retoques, los intereses, modos y mentalidad del franquismo, sin hablar -lo que resulta poco elegante- de su fundador. Pero con ser ello espinoso resulta a¨²n m¨¢s problem¨¢tica la segunda cuesti¨®n: ?c¨®mo lanzar ahora nada menos que un partido del Gobierno? La mayor¨ªa piensa que el presidente Su¨¢rez es demasiado experto para caer en semejante tentaci¨®n. Querer montar, cuando el pa¨ªs ha sentido en serio una esperanza, la ficci¨®n de una democracia controlada resulta escandaloso y encierra, adem¨¢s, riesgos considerables. El modelo de democracia controlada -ni poca ni mucha, como en los anuncios de la televisi¨®n- ya se ensay¨® en la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica por el profesor Caetano. Y as¨ª le fue.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.