La Hermandad se merece la m¨¢s r¨¢pida jubilaci¨®n
?Resulta inaudito que la Hermandad Nacional de Labradores y Ganaderos quiera hacer ver que ella est¨¢ en el origen de las manifestaciones campesinas. Esto basta para descalificar a la Hermandad, que toma por tontos a los empresarios y cree que puede seguir jugando con ellos como en los viejos tiempos. Se olvida que una de las reivindicaciones de esos manifestantes era la libertad de sindicaci¨®n y la recusaci¨®n a la Hermandad Sindical.?Eduardo de Rojas, conde de Montarco, hombre vinculado al sector agrario y empe?ado en crear una serie de organizaciones agrarias apol¨ªticas que sustituyan a los sindicatos cuando ¨¦stos dejen de tener vigencia, ha se?alado a EL PAIS que los promotores de estas manifestaciones son las comisiones campesinas y cierta organizaci¨®n castellano-leonesa con claros fines pol¨ªticos, que han venido dedicando su actuaci¨®n a los empresarios aut¨®nomos que alcanzan la cifra de dos millones y que sonunos empresarios marginales con dif¨ªcil subsistencia econ¨®mica.
Por eso dice, resulta incongruente que sea la Hermandad o una coordinadora fantasma la que se quiera apuntar el triunfo, cuando lo cierto es que todo el inmenso y costoso aparato de la Hermandad Sindical y la te¨®rica representaci¨®n en exclusiva de todo el empresario agrario, no ha sabido utilizarlo a lo largo de casi veinte a?os para hacer valer las peticiones de sus representantes. ?Durante todo este tiempo, en vez de dar satisfacci¨®n a los empresarios daba satisfacci¨®n a los que mandaban y eleg¨ªan con el dedo.?
El conde de Montarco, que fue procesado en 1963 por pedir que el sector agrario se organizase, pone de manifiesto que la realidad es que la Hermandad no es lo que se necesita ahora, ya que ni puede representar a los obreros que alberga dentro, con trasnochada estructura vertical, ni puede ser la organizaci¨®n responsable, seria y representativa que necesitan los empresarios agrarios. La actitud de la Hermandad Sindical -se?ala- revela un desconocimiento, una ligereza y una demagogia que la hacen merecedora de la m¨¢s r¨¢pida jubilaci¨®n para dar paso a unas nuevas estructuras empresariales.
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