Un redoble de tambor
Hoy, domingo, y con una proyecci¨®n para tres d¨ªas m¨¢s tarde, se va a aclarar fundamentalmente la inc¨®gnita grande de la Liga 1976-77. M¨¢s exactamente, puede aclararse, porque hace una semana el Barcelona ni decidi¨® nada en su partido de Alicante, ni dej¨® de decidir, como en aquel.t¨ªtulo de Tono y Mihura, ?Ni pobre ni rico, sino todo lo contrario?. Hubiese perdido el Barcelona en el estadio Rico P¨¦rez y hubiese sido un paso en falso en su persecuci¨®n. Hubiese ganado y significar¨ªa una zancada importante, pero se qued¨® a medias, aunque sin perder terreno del todo. Ahora, desde su partido de casa, puede contemplar c¨®mo -el Atl¨¦tico de Madrid acude a la prueba del fuego en el mismo lugar, ante el mismo contrario, siete d¨ªas despu¨¦s. La prueba tiene el dramatismo terrible de las oposiciones que se usan en Espa?a. Dos equipos a desarrollar el mismo tema, ante el mismo tribunal, a ver qui¨¦n lo.hace mejor y apabulla al otro.Octirre que el Atl¨¦tico de Madrid va a encontrar el tribunal un tanto irritado, porque el Barcelona lo encontr¨® en menos uno y el Atl¨¦tico se lo va a encontrar en menos dos, lo que quiere decir que el equipo alicantino ha ingresado, de momento, en el club de los ?!nenos dos?, que si no comporta riesgo inmediato para la entidad del club en la Liga actual, lo puede traer con un soplo. Si el Atl¨¦tic¨® ganase, el equipo madrile?o habr¨ªa dado un paso de gigante sobre el Barcelona, pero el H¨¦rcules estar¨ªa metido de hoz y coz en-la zona de descenso. Un empate del visitante y el riesgo se atenuar¨ªa, pero no se borrar¨ªa del todo.
Para el Atl¨¦tico de Madrid, que est¨¢ peleando con gallard¨ªa y sin l¨¢grimas ni suspiros, a pesar de sus menguas, entra en la zona del fuego de su temporada y, por efecto de sus convenios, que respeta decentemente, acude a Alicante sin el jugador m¨¢s en verbo de su conjunto, el brasile?o Pereira, que marcha a su pa¨ªs a ayudar a su selecci¨®n a clasificarse para estar en la fase final del Mundial de Argentina. Pereira es un jugador excepcional, entre otras cosas, porque, siendo un jugador de alta clase, aporta al f¨²tbol espa?ol una imagen que le falta a los dramatismos habituales y sus crispamientos, la imagen posible del ?homoludens? en el f¨²tbol, porque Jugando mucho, juega sonriente y relajado. Para el Atl¨¦t ? ico, en toda la zona que roza a Pereira en el juego, el contagio de su orden y serenidad es evidente. Bueno, pues, el Atl¨¦tico va al partido de hoy, a Alicante con perspectiva m¨¢s dif¨ªcil que el Barcelona hace una semana, con Cruyff y todo, al ir sin Pereira. Y hasta con Pacheco en la puerta, si Reina no se halla a punto. Imp¨¢vido, como debe ser y como desde luego es Luis, el entrenador, seg¨²n se ve.
El Atl¨¦tico tiene un jugador, el argentino Heredia, que hace un par de temporadas, en los tiempos de la final europea contra el Bayern, se cotizaba entre los mejores liberi de Europa, casi a la par que Beckeribauer, su rival del equipo de enfrente, pero por va riadas causas, el tono de este juga dor no se ha sostenido, porque el internacional argentino se considera, y no le falta raz¨®n, me jor que un suplente, aunque sea ese vers¨¢til hombre de clase que tienen los grandes equipos -como Paul Madeley en el Leeds hace a?os-, pero no ha acertado a hacer esto, y el banquillo le ha corro¨ªdo valor. Si estuviese a punto, lo cual en estas circunstancias ser¨ªa milagroso, la ausencia del brasile?o, formando Heredia pareja con un resolutivo, se notar¨ªa poco, pero se trata de romper un h¨¢bito y apuntar otros modos, y esto es un problema a a?adir.
Si, con todo ello, el Atl¨¦tico saliese airoso, es decir, no peor que el Barcelona, los bookmakers que hubiese elevar¨ªan su cotizaci¨®n de campe¨®n en las apuestas inmediatamente. Si tres d¨ªas m¨¢s tarde de hoy el Atl¨¦tico, adem¨¢s, elimina al Levski Spartak, habr¨¢ vencido su momento m¨¢s exigente y dificil de la temporada poniendo en juego y tensi¨®n todos sus resortes. Pero esto es una alt¨ªsima cima, cuyas dificultades no se le ocultan a nadie. Comenzando por el encuentro de esta tarde ante el H¨¦rcules. El f¨²tbol es misterioso y puede suceder que un equipo sui g¨¦neris que desde la mentalidad del comienzo de la temporada parece r¨ªa que tiene m¨¢s faltas que una pre?ada, da unjuego muy cercano al ¨®ptimo, como se viene viendo. Con la ausencia de Pereira, el asunto se pone dentro de los l¨ªmites de los alardes del circo, m¨¢s dificil¨ªodav¨ªa. Parece o¨ªrse un redoble de tambor mientras se esvarce un silencio eSDeso.
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