Derechos humanos
Despu¨¦s de un mes y medio de observaci¨®n, los sovi¨¦ticos han discutido en el seno, de un organismo internacional con los representantes de la nueva Administraci¨®n americana. La comisi¨®n de Naciones Unidas para los Derechos del Hombre,que se re¨²ne en Ginebra era el marco indicado para esta primera confrontaci¨®n.( ... ) El combate de Ginebra se termina con un resultado nulo. Los americanos han logrado imponer un debate acerca de un problema que las conveniencias diplom¨¢ticas, en per¨ªodo de distensi¨®n, prohib¨ªan plantearse: el destino de los disidentes en la URSS. Sabiendo que no tendr¨ªan una mayor¨ªa suficiente -los representantes del Tercer Mundo no les habr¨ªan seguido-, han renunciado a pedir el env¨ªo de un telegrama oficial a las autoridades sovi¨¦ticas.
( ... ) Kissinger no se desinteresaba de los disidentes en los pa¨ªses socialistas, pero cre¨ªa que la discreci¨®n era la condici¨®n necesaria de la eficacia. Tarde o temprano, opinaba, una distensi¨®n general aliviar¨ªa el sufrimiento de todos los hombres. Sin llamar la atenci¨®n, interven¨ªa a favor de tal o cual opositor.
Los dirigentes del Kremlin se mostraban satisfechos con el realismo de la Administraci¨®n republicana. Pese a la agravaci¨®n de los bombardeos de Vietnam, Brejnev hab¨ªa recibido en 1972 a Nixon, para fijar los principios de un c¨®digo de buena conducta entre los dos supergrandes.
( ... ) Los sovi¨¦ticos est¨¢n evidentemente desconcertados. Desde fines de 1976 los disidentes hablan m¨¢s alto en sus pa¨ªses y las iniciativas del presidente Carter los anima a perseverar. El sistema no est¨¢ inmediatamente amenazado, pero aparecen fisuras. Los dirigentes desean volver a imponer el orden con toda tranquilidad. Pero ?C¨®mo pueden hacerlo cuando el presidente Carter env¨ªa un telegraniaa Sajarov y recibe a Bukovski? Se contentan, por el momento, con lanzar advertencias imperativas (?Deje de -mezclarse en nuestros asuntos?) o condescendientes (?Estudie los datos y luego discut¨ªremos?).
( ... ) El Gobierno americano cree que la tensi¨®n actual no tendr¨¢ incidencia alguna sobre las negoc¨ªaciones relativas a la limitaci¨®n de armas estrat¨¦gicas y que es posible ser intransigente en el tema de los derechos humanos y examinar a la vez serenamente los dossiers diplom¨¢ticos, econ¨®micos y militares.
9 marzo
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Guerra fr¨ªa
- Disidencia
- Deserci¨®n
- Tercer mundo
- Pol¨ªtica exterior
- Estados Unidos
- Delitos militares
- Derechos humanos
- URSS
- Bloques pol¨ªticos
- Geopol¨ªtica
- Justicia militar
- Historia contempor¨¢nea
- Conflictos pol¨ªticos
- Bloques internacionales
- Partidos pol¨ªticos
- Relaciones exteriores
- Historia
- Defensa
- Pol¨ªtica
- Sociedad