As¨ª funcionar¨¢ el reparto de esca?os tras las votaciones
La manera m¨¢s l¨®gica de aplicar el sistema de representaci¨®n proporcional ser¨ªa aquella en que la proporci¨®n de esca?os atribuidos a los partidos fuera igual al porcentaje de votos obtenidos por cada uno. Como dice Douglas W. Rae, en su libro Leyes electorales y sistema de partidos pol¨ªticos -cuya versi¨®n castellana aparecer¨¢ en Ediciones CITEP dentro de unos d¨ªas ?cuando un partido obtiene, por ejemplo, el 20% de los votos, se le atribuye, justamente, ni m¨¢s ni menos que el 20 % de los esca?os. Es como una forma plat¨®nica?.Si esa f¨®rmula ideal-prosperara, la cifra de votos por cada esca?o deber¨ªa ser un n¨²mero exacto y constante; de esa forma, cada uno de los 350 esca?os del futuro Congreso pueden ganarse a condici¨®n de obtener, en cada uno de los casos, un n¨²mero equis de votos, siempre el mismo. Es decir, el resultado que obtiene un partido en las elecciones predice perfectamente el n¨²mero de esca?os que se le atribuir¨¢n.
Sin embargo, esta situaci¨®n de perfecta proporcionalidad no existe en ning¨²n pa¨ªs del mundo,y desde luego no va a existir en Espana, a la vista de las normas electorales anunciadas por el Gobierno. Existen varios m¨¦todos para ver qu¨¦ variaciones a la perfecta proporcionalidad hay que introducir en la atribuci¨®n de esca?os a los distintos partidos. El Gobierno espa?ol se ha inclinado por el m¨¦todo de la media mayor, en su versi¨®n m¨¢s sencilla, que es la formulada por V¨ªctor d'Hont.
?Qu¨¦ quiere decir exactamente la palabra media? Volvemos nuevamente a Rae: el t¨¦rmino media "alude a la relaci¨®n de votos a esca?os de un partido"; es decir, es el n¨²mero de votos que un partido ha de obtener para que se le adjudique un esca?o. EL PAIS explic¨® ayer, en un ejemplo, el funcionamiento somero de este m¨¦todo. A, efectos pr¨¢cticos, hay una manera sencilla de que los electores no especializados -que somos la inmensa mayor¨ªa- podamos comprender perfectarnente c¨®mo funciona el m¨¦todo d'Hont de la media mayor, utilizando para ello un cuadro de sencilla comprensi¨®n. -
Tomemos el mismo ejemplo que EL PAIS ofrec¨ªa ayer, correspondiente a la provincia de Logro?o. En esta circunscripci¨®n hay un censo de unos 160.000 electores -y a efectos de este ejemplo vamos a suponer que votan todos-, y le corresponde elegir cuatro diputados. En la hip¨®tesis de que se presentaran cuatro partidos por esta provincia, que designaremos por letras -A, B, C, D- establezcamos a priori, los siguientes resultados electorales de cada uno de ellos. Nuestro problema es saber c¨®mo se distribuyen los cuatro esca?os disponibles en Logro?o entre estos cuatro partidos que se han presentado. Los cuatro esca?os no puede llev¨¢rselos todos el primer clasificado, esto es claro -como ocurrir¨ªa en un sistema mayoritario de tipo brit¨¢nico-, ni tampoco pueden distribuirse seg¨²n la f¨®rmula un esca?o para cada partido, como alguien pudiera pensar. En ese momento surte efecto la f¨®rmula d'Hont, y su aplicaci¨®n pr¨¢ctica -aunque t¨¦cnicamente se explica de otro modo: exige que dividamos la cifra total de votos de cada partido por los divisores 1, 2, 3, 4....
Estas divisiones de la cifra de votos por una serie consecutiva de divisores, nos dan unos determinados resultados, que podemos disponer en columnas, para facilitar su comprensi¨®n: En A hemos dividido 60.000 por dos, y nos da 30.000; 60.000, por tres, y nos da 20.000, y as¨ª sucesivamente.)
En este cuadro, ?qui¨¦n tiene la media m¨¢s alta? Evidentemente el partido A, donde aparece la cifra de 60.000, que es la mayor de todo el cuadro. El partido A se atribuye as¨ª el primer esca?o. Seguidamente, a qui¨¦n daremos el segundo esca?o? La cifra m¨¢s alta despu¨¦s de 60.000 es la de 45.000, que pertenece al partido B; el partido B se atribuye el segundo esca?o.
Nos quedan dos esca?os m¨¢s por distribuir, y observando el cuadro se comprueba que la tercera cifra m¨¢s alta es la de 30.000 y que est¨¢ en la columna del partido A, el partido A se adjudica, as¨ª, otro esca?o m¨¢s, con lo cual ya lleva dos. Y el cuarto y ¨²ltimo esca?o disponible se adjudicar¨¢ a la cuarta cifra m¨¢s alta, que es la de 25.000, conrrespondiente al partido C. Los efectos pr¨¢cticos del sistema en el caso que nos ocupa - que es el de una circunscripci¨®n relativamente peque?a, puesto que s¨®lo elige cuatro diputados- son los siguientes: El partido mayor (al que hemos designado con la letra A) ha obtenido dos esca?os, habiendo sido votado por 60.000 personas, lo que quiere decir que cada uno de sus esca?os le ha costado 30.000 votos.
- El segundo partido en n¨²mero de votos (B) obtiene un solo esca?o. A este partido su ¨²nico esca?o le ha costado 45.000 votos; es decir, el sistema electoral le ha perjudicado, porque al anterior le bastaron 30.000 para lograr cada uno de sus esca?os.
- El tercer partido (C) obtiene un esca?o con s¨®lo 25.000 votos. En realidad es el m¨¢s favorecido, porque es el que menos votos ha necesitado para lograr un esca?o. Sin embargo, no deben extraerse de ello conclusiones precipitadas en el sentido de que los partidos medianos e incluso peque?os pueden ser los m¨¢s favorecidos con el m¨¦todo Hont, porque si ese partido hubiera logrado s¨®lo 3.000 votos menos se habr¨ªa quedado sin esca?o que habr¨ªa pasado a la lista B, donde aparece la cifra 22.500.
Faltan detalles
Es obvio decir que este an¨¢lisis ha sido efectuado tomando como base el anuncio del Consejo de Ministros, que no es demasiado expl¨ªcito en cuanto a detalles. Las normas definitivas, que se conocer¨¢n -probablemente- el pr¨®ximo viernes, podr¨ªan contener algunas variantes de dicho m¨¦todo, que desvirtuar¨ªan algunas de las conclusiones que ofrecemos a t¨ªtulo provisional.
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