Sobre los "bultos fuera"

Escrib¨ªamos hace dos d¨ªas un peque?o comentario acerca de lo ocurrido en una l¨ªnea de autobuses de la EMT, y seg¨²n la denuncia formulada por la Asociaci¨®n de Inv¨¢lidos en el sentido de que un conductor no hab¨ªa permitido a un inv¨¢lido acceder al autob¨²s porque ?no se admiten bultos?. La noticia ins¨®lita mereci¨® duros comentarios.El conductor del autob¨²s ha venido a EL PAIS para aclarar las cosas. ?No es cierto que yo no dejara subir a la inv¨¢lida al coche. Lo que ocurri¨® es que una vez arriba le dije a su acompa?ante que cuando hubiera mucho p¨²blico, no subieran el carrito, porque, en efecto, lo tenemos prohibido.?

Como suele ocurrir en estos casos, unas directrices de la empresa que estos hombres cumplen por obligaci¨®n les sit¨²an ante un compromiso p¨²blico. Ciertamente el conductor no tiene culpa alguna, y no es m¨¢s que el transmisor de ¨®rdenes superiores, por lo que no puede ser objeto ni de cr¨ªticas ni de duros adjetivos.

Sin embargo, si es momento ¨¦ste para insistir en la necesidad de que se arbitren medios de transporte para los inv¨¢lidos, cuyo n¨²mero sobrepasa los dos millones, y cuya mayor dificultad para integrarse socialmente radica precisamente en eso: en las barreras arquitect¨®nicas que no les permiten la m¨¢s m¨ªnima transitabilidad.