Un "gabinete" liberal controlar¨¢ al laborismo brit¨¢nico
El l¨ªder liberal David Steel cre¨® ayer una especie de ?administraci¨®n fantasma? con la que espera controlar de ahora en adelante la actuaci¨®n del Gobierno laborista, al que el partido de Steel ha ayudado a mantenerse en el poder.
El ?Gabinete liberal?, que no tendr¨¢ la categor¨ªa formal del ?Gobierno fantasma? de los conservadores, pero que nace investido de una cierta influencia pol¨ªtica, estar¨¢ compuesto de portavoces especializados en los temas sobre los que liberales y laboristas han acordado perseguir id¨¦nticos objetivos durante la presente sesi¨®n parlamentaria.David Steel cree que la presi¨®n que, estos ?ministros paralelos? ejercer¨¢n sobre sus colegas laboristas har¨¢ que, en efecto, se cambie la ley de devoluci¨®n de poderes a Escocia y Gales, en la que ha de contemplarse la aplicaci¨®n del sistema de representaci¨®n proporcional para las elecciones de las asambleas de Edimburgo y Cardiff, se convoquen elecciones directas, tambi¨¦n por el sistema de representaci¨®n proporcional, para cubrir los esca?os brit¨¢nicos del Parlamento Europeo, y se consolide un sistema de consultas entre el ministro laborista de Hacienda y el portavoz econ¨®mico liberal.
Si a pesar de la existencia de esta ?administraci¨®n fantasma? tales compromisos son obviados por el Gobierno de Callaghan, el. pacto que salv¨® el mi¨¦rcoles al Gabinete laborista ser¨¢ considerado caduco y entonces Callaghan tendr¨ªa que buscarse a otro aliado parlamentario, seg¨²n la frase del propio Steel.
Con la idea dada a conocer ayer, el l¨ªder liberal pretende en realidad asegurar a sus partidarios que el compromiso con Callaghan no es ?un matrimonio de conveniencia? para los laboristas. La ?administraci¨®n fantasma? garantizar¨¢ el beneficio pol¨ªtico que los liberales han querido obtener de la crisis parlamentar¨ªa padecida por el partido de James Callaghan.
Criticas liberales
Los cr¨ªticos de la pol¨ªtica conciliadora de Steel no est¨¢n s¨®lo en el Partido Conservador, sino, y en gran n¨²mero, en el propio Partido Liberal. La decisi¨®n de David Steel, de acuerdo con los conservadores, ha sido en realidad el reflejo de las intenciones del l¨ªder liberal de evitar unas inmediatas elecciones generales, que hubieran llegado en un momento en el que el liberalismo no se ha repuesto a¨²n de la crisis que padeci¨® el pasado a?o, cuando Jeremy Thorpe, el antecesor de Steel, tuvo que dimitir acusado de homosexual. Una derrota parlamentaria de los laboristas el mi¨¦rcoles hubiera precipitado la consulta electoral que quer¨ªa Margaret Thatcher.Los liberales que han recibido con decepci¨®n el compromiso de su l¨ªder utilizan argumentos hist¨®ricos para decir que a la larga este pacto debilitar¨¢ al partido aunque preserve ahora su posible influencia pol¨ªtica. A ra¨ªz de la ¨²ltima cooperaci¨®n parlamentaria entre liberales y laboristas, sellada -a principios de los a?os treinta, el liberalismo perdi¨® m¨¢s. del 50% de los esca?os que dominaba cuando se puso en pr¨¢ctica el pacto.
David Steel se ha defendido frente a las cr¨ªticas de los conservadores se?alando que este mismo compromiso que ha salvado ahora al laborismo es el que pretendi¨® conseguir el entonces l¨ªder tory Edward Heath, cuando vio que perd¨ªa definitivamente las posibilidades de gobernar, tras las elecciones generales de febrero de 1974. Entonces Heath apel¨® al patriotismo liberal para conseguir una especie de colaboraci¨®n parlamentaria. Lo que Margaret Thatcher le reprocha a Steel ahora es precisamente su falta de inter¨¦s por las necesidades de la naci¨®n al aceptar un pacto que ?mantiene al socialismo en el poder?.
Un ?socialismo? que, seg¨²n el propio Callaghan, ha ganado con este acuerdo no s¨®lo tiempo para gobernar sino tambi¨¦n para superar la crisis econ¨®mica del pa¨ªs. ?En todas las cartas que he recibido -declar¨® ayer el ?premier?- se apoya lo que hemos hecho en la proporci¨®n de quince a uno. ?
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