La arquitectura de Madrid
Un nuevo episodio de devastaci¨®n urbana acaba de ser denunciado por ciertos sectores de la prensa diaria (EL PAIS, a la cabeza), conscientes y atentos a los procesos de deterioro y cambio que hoy sufre Madrid. El reducido patrimonio del racionalismo madrile?o se ha visto menguado en un peque?o, pero significativo trabajo del arquitecto Casto Fern¨¢ndez Shaw: la estaci¨®n de gasolina de la calle Alberto Aguilera. Podr¨ªa ampliarse la cr¨®nica con el relato de recientes objetos urbanos, de an¨¢logos o distintos per¨ªodos, lamentablemente venidos a los suelos, aunque describir y contabilizar la destrucci¨®n sistem¨¢tica del exiguo patrimonio arquitect¨®nico de nuestra ciudad hab¨ªa de exceder con creces la pretensi¨®n de estas simples acotaciones.La ciudad de Madrid se ve acosada por los fen¨®menos que controlan y configuran t¨ªpicamente cualquier urbe capitalista de nuestro tiempo:, estratificaci¨®n, segregaci¨®n y despersonalizaci¨®n de sus espacios, producto de la crisis estructural que se inscribe en la cultura moderna y cuyas consecuencias en el equilibrio econ¨®mico-pol¨ªtico mundial dejan en evidencia a todo un sistema de poder institucionalizado a niveles tales, que, de hecho, supera la capacidad de los centros de decisi¨®n tradicionalmente admitidos. Y es esta circunstacia, por lo que a la ciudad ata?e, la que condiciona, a las claras, su planificaci¨®n y construcci¨®n a un proceso de manipulaci¨®n unidireccional del espacio urbano. Destrucci¨®n sistem¨¢tica, requerida por las leyes del mercado mundial y local, junto a una construcci¨®n indiferenciada en tomo a las plusval¨ªas que genera el cambio. Dos procesos aparentemente antag¨®nicos y realmente f¨®rmalizadores de la antiarquitectura que a diario surge en la ciudad, con la consiguiente desaparici¨®n de modelos tan operativos como de f¨¢cil conservaci¨®n y acomodo a los nuevos usos (en esta direcci¨®n ha de inscribirse la pertinaz destrucci¨®n de edificios hist¨®ricos, alberguen o no un valor estrictamente historiogr¨¢fico, desde el punto de vista de La Arquitectura con may¨²sculas).
La otra vertiente solicita del proyecto arquitect¨®nico la formalizaci¨®n de un dise?o cuyos ¨¢mbitos espaciales y visuales sean acordes con los nuevos c¨®digos y sus correlatos sociales. Unos y otros se han esforzado en que la imagen arquitect¨®nica asuma el papel de la restituci¨®n formal que postulan tanto los abstractos esquemas pol¨ªticos (programaci¨®n y ordenaci¨®n de supuestas viviendas sociales...) como los s¨ªmbolos o emblemas tecnol¨®gicos en los que quedan rese?ados y enfatizados la arrogante ampulosidad tecnocr¨¢tica.
Viene creciendo Madrid bajo el dominio de una antiarquitectura que produce el par destrucci¨®n-construcci¨®n, subsidiario, a su vez, de un r¨¦gimen de dependencia pol¨ªtico- econ¨®mica, indiferente o radicalmente ajeno al contenido espec¨ªfico de la ciudad y de sus moradores. Los brotes, incipientes y apenas meditados, en el incremento de la violencia ciudadana reflejan a las claras la patolog¨ªa de la propia ciudad, f¨ªsicamente provocada por la arquitectura con que ha sido concebida y alzada: un esquema de estructura metropolitana, en cuya ¨®rbita la propia identidad urbana termina por desvanecerse.
Vana resulta la pretensi¨®n de justificar el, origen moral de su actual grado de evoluci¨®n desde su historia, ni siquiera a merced de las alegor¨ªas imperiales m¨¢s inmediatas, ni en atenci¨®n a la representavidad que su condici¨®n de capital del reino le confiere. Ha sido y es Madrid un campo concentrado de experiencias en cuanto a t¨¦cnicas de expropiaci¨®n econ¨®mica, hasta el extremo de configurar, a escala nacional, el arquetipo urbano de la desintegraci¨®n. ?Acaso no reproduce, con notoria exactitud, la capital de provincia la imagen y semejanza estructural de la capital?
Tan profundas son sus, contradicciones y tan agudizados sus problemas, que obligan a reclamar de los ep¨ªgonos del poder actual y de los l¨ªderes futuros una radical y urgente actitud beligerante, capaz de proponer algunas soluciones razonables para la reconstrucci¨®n y ulterior construcci¨®n de nuestra ciudad.
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