De nuevo, la esperanza
La Administraci¨®n Carter est¨¢ manteniendo el primer contacto personal con los l¨ªderes de la Uni¨®n Sovi¨¦tica; desde la ¨²ltima guerra mundial, estas ?primeras conversaciones? entre altos cargos americanos y los jefes sovi¨¦ticos han tenido un alto significado.Mirando hacia atr¨¢s, a las seis Administraciones americanas desde la muerte de Franklin Roosevelt, el balance de estas primeras entrevistas no es muy esperanzador.
La primera, entre Kennedy y Kruschev, en Viena, en la primavera de 1961, fue un desastre. Kruschev opinaba que Kennedy era joven y d¨¦bil. Pensaba que cualquier presidente americano capaz de imaginar una invasi¨®n en Cuba (Bah¨ªa de los Cochinos) y no llevarla a cabo ser¨ªa un joven atolondrado o t¨ªmido, o las dos cosas a la vez. Hasta que Kennedy se enfrent¨® con Kruschev, ¨¦ste no volvi¨® a considerar las relaciones entre Mosc¨² y Washington.
El primer contacto con el mundo comunista del presidente Eisenhower fue durante su viaje a Corea, para sacar al pa¨ªs de una guerra. M¨¢s tarde, cuando le impusieron el almirante Radford, el vicepresidente Nixon y su secretario de Estado, John Foster Dulles, que interviniera en Vietnam para salvar a los franceses en Dien Bien Phu, los reuni¨®a todos, y dijo que no pondr¨ªa un ej¨¦rcito americano en el continente asi¨¢tico, porque la idea le parec¨ªa disparatada.
Johnon se sumergi¨® profundamente en la ungla vietnamita durante sus primeros d¨ªas en la Casa Blanca, convenciendo a Mosc¨² y a Pek¨ªn de que estaban tratando con un especulador y de que podr¨ªa retirarse del suroeste asi¨¢tico, mientras avanzabas us bombardeos.
Pero cost¨® muchas vidas, y dur¨® mucho tiempo.
Los l¨ªderes sovovi¨¦ticos han comprendido que nuevos hombres, y nuevas administraciones, en Washington pueden ser muy diferentes.
Y probablemente se turben ahora por el contraste entre la sencillez y cortes¨ªa de Cyrus Vance y los aspectos complicados de la pol¨ªtica que mantiene el presidente Carter. Carter dice que quiere cooperar con la Uni¨®n Sovi¨¦tica... y criticarla al mismo tiempo. No quiere enterarse de que los acuerdos de Helsinki sobre los derechos humanos y los de Vladivostok sobre el control de armamentos est¨¢n funcionando e insiste en afirmar que, una vez firmado, tienen que funcionar. Quiere una mayor reducci¨®n de la estrategia militar y de armamento militar; un control equilibrado de armas nucleares y un acuerdo de ventas de armamentos a otros pa¨ªses. Carter respeta el derecho de la Uni¨®n Sovi¨¦tica a criticar las desigualdades de la vida americana, e insiste en un trato de igualdad para comentar la violaci¨®n de los derechos humanos en la URSS. Carter est¨¢ muy seguro de su moralidad y estrategia, y no es probable que cambie la una por la otra. ?Si nuestra luz es fuerte, podremos estar seguros que sus rayos penetran en la habitaci¨®n rusa, y con el tiempo lograr¨¢n disipar la oscuridad que all¨ª prevalece?. Ning¨²n tel¨®n de acero podr¨ªa suprimir ni en los lugares m¨¢s profundos de Siberia, la noticia de que Am¨¦rica intenta crear desuni¨®n, confusi¨®n y duda. ?Un nuevo contacto de esperanza? es el mensaje que dio Carter a Vance en su viaje a Mosc¨².
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