"El avi¨®n de la KLM se nos ech¨® encima"
ENVIADO ESPECIAL, ?Desde el domingo, creo en los milagros. A¨²n m¨¢s exactamente, creo que el destino de cada persona no se puede truncar.? Con estas palabras, Juan Antonio Murillo, delegado de la compa?¨ªa Pan American para vuelos charter en el sur de Europa, explica su sensaci¨®n, despu¨¦s de salir pr¨¢cticamente ileso -s¨®lo una costilla rota- del accidente a¨¦reo ocurrido el domingo pasado en el aeropuerto tinerfe?o de Los Rodeos.
El se?or Murillo" un hombre de 41 a?os de edad, casado y padre de dos hijos, se niega hacer a EL PAIS cualquier tipo de comentarios sobre el accidente que pueda caer dentro del secreto sumarial de las investigaciones en curso, destinadas a esclarecer los porqu¨¦s del accidente. ?Tenga en cuenta -dice-, que todav¨ªa no he prestado declaraci¨®n ante el juez que instruye en el sumario abierto. ?Juan Antonio Murillo subi¨® al avi¨®n de la compa?¨ªa americana pocos momentos antes de que ¨¦ste despegara, cuando ya se encontraba en cabecera de pista, dispuesto a realizar la maniobra de despegue. ?Llegamos, un mec¨¢nico de la compa?¨ªa y yo, cuando el aparato ya estaba situado en la cabecera de la pista de despegue. Nuestra misi¨®n era, exclusivamente, la de realizar una inspecci¨®n y ver si todo marchaba perfectamente en el avi¨®n, a pesar de los retrasos y molestias causadas al pasaje como consecuencia de haber encontrado cerrado el aeropuerto de Las Palmas. Tuvimos que subir, por tanto, por la bodega, por medio de una escalera del propio avi¨®n prevista para cuando no hay colocada una del aeropuerto. Yo me sent¨¦ inmediatamente detr¨¢s del comandante del avi¨®n, y las ¨²nicas palabras que cruzamos lo fueron sobre la marcha del vuelo hasta aquel momento. Al poco rato, casi sin darnos cuenta, se nos ech¨® encima el avi¨®n de la KLM. Nosotros ¨ªbamos a una velocidad muy peque?a, incluso inferior a los veinte kil¨®metros por hora. El comandante intent¨® esquivar el encontronazo que se iba a producir de frente, y lo ¨²nico que pudo conseguir es que no fuera frontal. El choque se produjo frontalmente para el aparato de la KLM y en el tercio medio delantero del de la PAN AM. ?
A partir de ese momento, el se?or Murillo explica lo que a¨²n no acaba de creerse: ?El avi¨®n se parti¨®, poco m¨¢s o menos, un metro por detr¨¢s de donde estaba yo situado. El mec¨¢nico, que estaba detr¨¢s de m¨ª, desapareci¨® de mi vista, en tanto que el piloto, herido, no hac¨ªa m¨¢s que gritar que saltara todo el mundo fuera del aparato. Cuando recobr¨¦ la conciencia salt¨¦, con la fortuna de que la rampa de emergencia del avi¨®n se hab¨ªa abierto. Rebot¨¦ en ella y fui a parar a unos veinte metros del avi¨®n. Inmediatamente la rampa se rompi¨®, seguramente rasgada por el borde de alguna parte del fuselaje que se hab¨ªa desprendido.?
Gente atrapada
Inmediatamente que el se?or Murillo puso pie en tierra, se dispuso a intentar salvar a la gente que se encontraba entre el fuselaje o prendida por el fuego, que r¨¢pidamente se declar¨® en los restos del avi¨®n. ?La escena era absolutamente dantesca -dice- Los llantos, gemidos y gritos eran lo ¨²nico que se o¨ªa. Entre el mec¨¢nico, el piloto y yo intentamos rescatar el m¨¢ximo posible de personas que dieran alguna se?al de encontrarse vivas. Realmente, quienes ya estuvieran muertos, no pod¨ªan esperar ayuda; quienes m¨¢s prisas ten¨ªan eran los heridos. Yo creo que logramos rescatar, nosotros; solos, a unas ocho o diez personas. Despu¨¦s, cuando ya llegaron las ayudas, seguimos rescatando heridos, y creo que pudimos hacerlo con otras diez o doce. ?Juan Antonio Murillo explica tambi¨¦n que de los tres dep¨®sitos con que cuenta el jumbo, uno de ellos -el del centro-, estaba absolutamente vac¨ªo, en tanto que los otros dos -situados uno en cada ala del aparato- se encontraban a un 30 % de su capacidad. Posiblemente, por esta circunstancia no se produjo una explosi¨®n inmediata del avi¨®n, lo que habr¨ªa producido a¨²n m¨¢s v¨ªctimas y ninguno de los que ahora se cuentan como supervivientes tal vez lo ser¨ªan.? Es posible -afirma Juan Antonio Murillo- que si los servicios de emergencia del aeropuerto hubieran llegado en el mismo momento, se hubieran podido salvar m¨¢s personas. Pero hay que pensar que los restos del fuselaje esparcidos por toda la pista imped¨ªan el acercamiento al lugar del accidente. ?
Juan Antonio Murillo est¨¢ a la espera de lo que decida su compa?¨ªa. ?Mientras, tanto, mi familia me pide que cambie de profesi¨®n. Pero yo no pienso hacerlo. ?
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