"No creo que podamos aspirar a formar un bloque latinoamericano"
EL PA?S: Se?or presidente: ?que beneficios inmediatos supondr¨¢n para Espa?a y M¨¦xico el restablecimiento de relaciones diplom¨¢ticas?
L¨®pez Portillo: Todo lo que entra?a la normalizaci¨®n. Se clarificar¨¢n las relaciones comerciales de dos econom¨ªas complementarias desde hace siglos, y que por motivos hist¨®ricos se vieron sometidas a una ?triangulaci¨®n? innecesaria. En lo cultural, esta relaci¨®n entre nuestros dos pa¨ªses es todav¨ªa mucho m¨¢s profunda, es consustancial y ya estaba funcionando en una forma muy estrecha. En cualquier caso, comercio y cultura se ver¨¢n fortalecidos. Y tambi¨¦n otros aspectos que van a fluir de manera inmediata y de modo m¨¢s amplio, tales como coinversiones, financiamientos, intercambio de tecnolog¨ªa, cosas todas ellas en las que de hecho, ya est¨¢bamos trabajando desde hace tiempo, pero que ahora podremos abordar con m¨¢s claridad, a pecho descubierto.
EL PA?S: ?Se prev¨¦ en este sentido alguna modificaci¨®n respecto a las restricciones para la importaci¨®n de libros espa?oles en M¨¦xico?
L. P.: Se tomar¨¢n las medidas necesarias para guardar el equilibrio conveniente a los intercambios comerciales entre nuestros dos pa¨ªses.
EL PA?S: ?Qu¨¦ juicio le merece el proceso espa?ol hacia la democracia?
L. P.: Hemos establecido relaciones diplom¨¢ticas con Espa?a. Creo que la conclusi¨®n es evidente.
EL PA?S: Pero, ?se han establecido entonces esas relaciones en funci¨®n de un reconocimiento efectivo de la democratizaci¨®n espa?ola?
L. P.: Se ha hecho en funci¨®n de toda la historia. No quiero hacer calificativos de ning¨²n g¨¦nero por lo dem¨¢s, sobre la situaci¨®n espa?ola actual.
EL PAIS: ?Qu¨¦ impresi¨®n obtuvo usted de su conversaci¨®n telef¨®nica con el Rey? ?Qu¨¦ se dijeron?
L. P.: Me impresion¨® la sencillez de espa?ol llano, la simpat¨ªa que mostr¨® en el tono con que hablaba. Creo poder decir que me pareci¨® un hombre campechano, un espa?ol con las caracter¨ªsticas de su pueblo.
Intercambio de visitas
EL PA?S: ?Hablaron de un intercambio de visitas?
L. P.: Se mencion¨® la posibilidad de ello, pero sin concretar nada. Toda la conversaci¨®n transcurri¨® en un tono de apertura cordial, alegre y sencillo.
EL PA?S: ?Cu¨¢les van a ser las relaciones del Gobierno mexicano con los republicanos espa?oles residentes en su pa¨ªs?
L. P.: Seguir¨¢n siendo privilegiadas, y no tienen motivo para el nerviosismo. Creo que han demostrado que son espa?oles de primera y mexicanos de primera tambi¨¦n, Siempre los hemos considerado mexicanos y los seguiremos considerando as¨ª. Se ha mal interpretado el significado de la suspensi¨®n de relaciones por parte de M¨¦xico con el Gobierno de la Rep¨²blica. Quiero insistir en que estos hombres tienen un lugar entra?able en nuestro coraz¨®n, y queremos darles el lugar hist¨®rico que les corresponde.
EL PA?S: Hablemos algo de la pol¨ªtica exterior respecto a otros pa¨ªses. ?Sigue M¨¦xico consider¨¢ndose una naci¨®n l¨ªder del Tercer Mundo?
L P.: Nosotros no hemos pretendido nunca semejante liderazgo. Simplemente, hemos asumido la conciencia de nuestra propia pertenencia al Tercer Mundo, en el que nos sentimos incluidos, y de cuyas vinculaciones participamos. En ese sentido, querernos mantener unas relaciones inteligentes con pa¨ªses de identidades y similitudes parejas a nosotros. Nada m¨¢s.
EL PA?S: ?Qu¨¦ modalidades propone esta pol¨ªtica ?inteligente? en relaci¨®n con Latinoam¨¦rica, y muy especialmente, con las dictaduras militares del cono Sur? L. P.: La ¨²nica decisi¨®n especial ha sido tomada en el caso de Chile, pues hemos roto relaciones diplom¨¢ticas con el r¨¦gimen de Pinochet. No son previsibles m¨¢s novedades en ning¨²n sentido a este respecto.
EL PA?S: ?Piensa usted que es posible un bloque latinoamericano, en el que de alguna manera participara Espa?a?
L. P.: No s¨¦ si podemos aspirar a formar tanto como un bloque, pero s¨ª es posible avanzar en el tratamiento global de la identidad latinoamericana. Latinoam¨¦rica ha sido siempre dif¨ªcil de manejar como un todo, y experiencias como las de la ALALC (Asociaci¨®n Latinoamericana de Libre Comercio) o la CEPAL, ponen de relieve las dificultades de una integraci¨®n.
Motivos econ¨®micos
EL PA?S: ?Cu¨¢les son los motivos de estas dificultades?
L. P.: Especialmente econ¨®micos. La integraci¨®n en este terreno es dif¨ªcil porque arrancamos de la existencia de pa¨ªses con esquemas id¨¦nticos de desarrollo industrial, esquemas repetitivos que imposibilitan la complementareidad de las diversas econom¨ªas. En M¨¦xico estamos tratando de crear un nuevo modelo econ¨®mico que supere el hasta ahora actuante de desarrollo estabilizador. Este nuevo modelo, que todav¨ªa se halla en estudio, se basa en un sistema de financiamiento comercial y monetario esencialmente distinto al que ha venido operando hasta la d¨¦cada de los sesenta. Supone tambi¨¦n una superaci¨®n de lo previsto por la CEPAL, especialmente en lo que se refiere al sector agropecuario, y trata de resolver los problemas del endeudamiento exterior, mediante un esfuerzo considerable en el terreno de las exportaciones y el turismo, y una pol¨ªtica razonable de precios para las materias primas. Tenga usted en cuenta que el momento econ¨®mico mexicano es cr¨ªtico. Nuestra Alianza para la Producci¨®n —lema que yo he lanzado durante mi campa?a electoral— impone un cambio de acento en la pol¨ªtica econ¨®mica, dando prioridad al sector agropecuario, promoviendo una integraci¨®n vertical de la industria y atendiendo campos hasta ahora olvidados, como la siderurgia y los bienes de capital. Tambi¨¦n preocup¨¢ndonos de la producci¨®n masiva de bienes de consumo b¨¢sicos, que hab¨ªa sido olvidada por los programas de la CEPAL.
EL PA?S: ?Qu¨¦ papel tendr¨¢ la iniciativa privada en este proceso?
L. P.: Tendr¨¢, evidentemente, su parte de responsabilidad. Creemos posible demostrar que es factible un planeamiento econ¨®mico verdaderamente democr¨¢tico.
EL PA?S: ?La devaluaci¨®n del peso ha rendido sus frutos apetecidos?
L. P.: Empiezan ahora a notarse Sus efectos, especialmente en la balanza comercial, pero evidentemente los ajustes han sido dolorosos. La devaluaci¨®n, no obstante, era necesaria. En junio o julio creemos que se har¨¢n m¨¢s visibles sus beneficios.
EL PAIS: (C¨®mo M¨¦xico, que es pa¨ªs exportador de petr¨®leo, no ingresa en la OPEP?
L. P.: Ya he explicado algunas veces que cuando la OPEP fue creada estaba integrada por pa¨ªses que de hecho depend¨ªan en su pol¨ªtica petrolera de las grandes compa?¨ªas y su funci¨®n fundamental era el fijar el precio de los crudos a esas compa?¨ªas. M¨¦xico es due?o de su petr¨®leo—ahora Venezuela tambi¨¦n lo es— y no est¨¢ necesitado de pertenecer a la organizaci¨®n. Por lo dem¨¢s, no ha sido invitado a ingresar en ella. Pero una cosa puedo decir: M¨¦xico no ser¨¢ el esquirol del mercado del petr¨®leo y respetar¨¢, en la medida de lo posible, la pol¨ªtica general que en este terreno adopten los pa¨ªses exportadores.
EL PAIS: Todo el mundo reconoce que es una tarea dif¨ªcil tratar de combatir a un tiempo un desempleo creciente como el mexicano y una deuda externa de 30.000 millones de d¨®lares que exige una pol¨ªtica de capital intensivo. ?Cu¨¢l es la actitud de su Gobierno respecto al problema demogr¨¢fico y qu¨¦ incidencia puede tener en este punto?
L. P.: Estamos empe?ados en rebajar la actual cota de crecimiento de poblaci¨®n del 3,6 al 2,5 en 1982. La tarea no es sencilla, pero tenga usted en cuenta que de otro modo a fines de siglo, pr¨¢cticamente, se habr¨ªa duplicado la poblaci¨®n —-ahora somos 63 millones—. Existe una pol¨ªtica de fomentar la paternidad responsable y un programa de acci¨®n educativa y de planeamiento familiar que se lleva a cabo a trav¨¦s de las instituciones de sanidad p¨²blica.
EL PA?S: Volviendo a la pol¨ªtica exterior, ?cu¨¢l es la actualidad de las relaciones entre M¨¦xico Estados Unidos, despu¨¦s de su visita a Washington?
E. P.: Yo dir¨ªa que estarnos en una etapa de asentamiento, y creo que pronto se va a ver claro que mi visita va a dar frutos. Ahora estudiamos la agenda de problemas que a diversos niveles ser¨¢n inmediatamente abordados.
EL PAIS: ?Puede pensarse en que M¨¦xico har¨ªa de puente de una nueva pol¨ªtica de Washington hacia Latinoam¨¦rica?
L. P.: De ninguna manera. No somos veh¨ªculos de nada, ni lo seremos tampoco. Somos, quiz¨¢s, representativos, y en este aspecto aceptamos jugar un papel, pero nunca como medio de transmisi¨®n hacia terceros.
Registro abierto
EL PAIS: ?Se prev¨¦ alg¨²n cambio significativo respecto al status legal del Partido Comunista Mexicano y del Partido Mexicano de los Trabajadores, ambos tolerados, pero ninguno estrictamente legalizado?
L. P.: Usted sabe que hay un registro pol¨ªtico en mi pa¨ªs para la inscripci¨®n de este tipo de agrupaciones. Este registro est¨¢ abierto a todos, absolutamente a todos, sin ninguna limitaci¨®n ni discriminaci¨®n de car¨¢cter ideol¨®gico. Y que quede claro esto: todo el que cumpla los requisitos, b¨¢sicamente consistentes en poder exhibir un n¨²mero determinado de afiliados en un n¨²mero determinado de municipios, ser¨¢ inscrito en el registro. Y cualquiera que desee ser inscrito debe, a su vez, satisfacer dichos requisitos.
EL PAIS: Hay un debate ahora en Espa?a sobre el car¨¢cter y oportunidad de estado federal. M¨¦xico tiene esta estructura. Usted, como pol¨ªtico y como te¨®rico del Estado, ?qu¨¦ experiencia tiene del estado federal?
L. P.: Yo lo recomiendo. En nuestro caso el estado federal salv¨® la unidad del pa¨ªs. De otro modo estar¨ªamos divididos en multitud de peque?os Estados como Centroam¨¦rica. El Estado federal es un aglutinante de las diversidades, un factor de uni¨®n y no de separaci¨®n. La experiencia norteamericana y la experiencia mexicana as¨ª lo ponen de relieve.
EL PAIS: ?C¨®mo contempla los fen¨®menos de violencia y la situaci¨®n del orden p¨²blico en su pa¨ªs?
L. P.: La violencia es un problema universal y no constituye un fen¨®meno ni propio ni peculiar de la vida mexicana. Yo he sufrido muy de cerca este problema del terrorismo, pues hace ahora casi un a?o que intentaron fallidamente secuestrar a mi hermana. Dos de sus guardias personales murieron en el tiroteo. Aquello me demostr¨® que si en efecto hay todav¨ªa gente dispuesta a matar, hay tambi¨¦n personas dispuestas a morir en defensa de la sociedad.
EL PAIS: ?Qu¨¦ medidas de lucha contra la corrupci¨®n administrativa est¨¢ poniendo en marcha su Gobierno?
L. P.: Este es un problema que obviamente me preocupa. Desde el mismo d¨ªa de mi toma de posesi¨®n entregu¨¦ todos los controles precisos al legislativo y he hecho lo posible por fortalecer la contadur¨ªa de Hacienda. Luego est¨¢n las acciones punitativas que, por supuesto, son fundamentales.
Revoluci¨®n institucional
EL PAIS: ?Piensa usted que el Partido Revolucionario Institucional sigue manteniendo sus virtualidades de origen o est¨¢ sometido a tensiones internas?
L. P.: El PRI est¨¢ haciendo la revoluci¨®n institucional y, como tal, no se encuentra exento de riesgos ni de la obligaci¨®n de exponerse a ellos en funci¨®n de esta tarea. Pero el PRI est¨¢ para hacer la revoluci¨®n dentro de la revoluci¨®n y, en este sentido, conserva todas sus virtualidades.
EL PAIS: Por ¨²ltimo, se?or presidente, usted es tambi¨¦n un hombre de letras. ?Supone esto que durante su mandato la pol¨ªtica mexicana experimentar¨¢ un especial acento cultural?
L. P.: Institucionalmente la cultura es la culminaci¨®n de la democracia. Ya en el art¨ªculo tercero de nuestra constituci¨®n se define a ¨¦sta como un estilo de vida, basado en el constante mejoramiento de las condiciones reales de vida y de relaci¨®n entre los hombres. La culminaci¨®n de este proceso es precisamente la cultura, y cultura y democracia son dos conceptos ligados ¨ªntimamente entre s¨ª.
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