Escocia: el petr¨®leo no se devuelve
El milagro que desean los escoceses tendr¨ªa que basarse en la existencia del petr¨®leo y del gas del mar del Norte, y en la disposici¨®n que tuviera el Gobierno de Londres para deshacerse de esa impresionante fuente de riqueza. Pero el Gobierno de Londres dice que el petr¨®leo ?no se devuelve?. En el proyecto de Iey descentralizadora preparado por los laboristas, ni Escocia ni el Pa¨ªs de Gales adquieren poderes para controlar sus asuntos econ¨®micos, que siguen dependiendo del Parlamento de Westminster. El petr¨®leo del mar del Norte seguir¨¢ siendo ?del Reino Unido?, mientras los nacionalistas de Escocia no consigan la independencia que antes reclamaban desde puntos de vista hist¨®ricos y sentimentales, y que ahora exigen con argumentos econ¨®micos en la mano.
Remedio para una vieja enfermedad
No les faltan datos para creer que en el futuro pr¨®ximo el petr¨®leo ser¨¢ la soluci¨®n de la ?vieja enfermedad? econ¨®mica del Reino Unido. El mar del Norte produce ahora terca de 400.000 barriles al d¨ªa, lo que equivale a veintisiete millones de toneladas al a?o.El crudo que ahora se obtiene en el mar escoc¨¦s, procede de los siete yacimientos que ya est¨¢n en producci¨®n, y que son la consecuencia de las exploraciones que se hicieron a principios de la pasada d¨¦cada, cuando Gran Breta?a lleg¨® a creer que la balanza comercial pod¨ªa equilibrarse simplemente vendiendo los discos de los ?Beatles?. Ahora es cuando el Reino Unido se va a equilibrar comercialmente. Los efectos beneficiosos que sobre la econom¨ªa del pa¨ªs est¨¢ teniendo el mar, cuyo control reclaman los nacionalistas, se notaron especialmente en febrero de este a?o, cuando el descenso en la importaci¨®n de petr¨®leo coloc¨® la balanza de pagos en n¨²meros positivos: no est¨¢n acostumbrados los ingleses a contar 31 millones de libras a su favor en su comercio con el resto del mundo.
En 1980 la perspectiva ser¨¢ a¨²n mejor. Entonces el Reino Unido ser¨¢ autosuficiente en materia energ¨¦tica. Su balanza de pagos podr¨ªa verse engrosada con unos 10.000 millones de libras, 6.000 de los cuales corresponder¨ªan a la exportaci¨®n de petr¨®leo y el resto a la exportaci¨®n de gas natural. Si los precios se mantienen en los niveles actuales, la venta del petr¨®leo colocar¨ªa en un 5,5 % m¨¢s el producto nacional bruto de los brit¨¢nicos a mediados de la d¨¦cada inmediata.
Efectos econ¨®micos y pol¨ªticos
El efecto que sobre la presente situaci¨®n econ¨®mica brit¨¢nica tendr¨ªa la presencia de esa riqueza es muy considerable, porque en 1985 el Reino Unido tiene que saldar toda su deuda exterior, porque ahora es especialmente notoria, despu¨¦s de los pr¨¦stamos concedidos por el Fondo Monetario Internacional. La importancia pol¨ªtica del petr¨®leo del mar del Norte no se reduce, por otra parte, a las reivindicaciones de los nacionalistas de Escocia, sino que afecta a la propia supervivencia del laborismo en el poder. En sus contactos con l¨ªderes extranjeros y con el propio ciudadano, James Callaghan, el primer ministro, no cesa de referirse a las perspectivas de salvaci¨®n econ¨®mica que tiene la Gran Breta?a de la recesi¨®n gracias a la presencia del petr¨®leo. Como gancho electoral, las ¨¦pocas de bonanza en la balanza comercial que se acaban de iniciar ahora son muy importantes para el Partido Laborista, que no quiere dejar el poder mientras los efectos del petr¨®leo del mar del Norte no le permitan afrontar una nueva elecci¨®n general con un ?milagro econ¨®mico? a sus espaldas.
Producci¨®n
En la actualidad el Gobierno brit¨¢nico ha concedido licencias de explotaci¨®n en un ¨¢rea de 88.000 kil¨®metros cuadrados en el mar del Norte. La superficie total designada por el Reino Unido para la explotaci¨®n de los yacimientos petrol¨ªferos es de 579.000 kil¨®metros cuadrados. En 1967 hab¨ªa 627 pozos en exploraci¨®n y 278 en per¨ªodo de extracci¨®n. Desde que comenzaron las exploraciones, en 1964 hasta finales de 1975, se hab¨ªan desembolsado 3.600 millones de libras en trabajos de estudio y exploraci¨®n propiamente dicha. Los brit¨¢nicos est¨¢n muy orgullosos del yacimiento Brent, propiedad de Shell-Esso, con una participaci¨®n estatal en las acciones del 51 %. El primer crudo de ese yacimiento lleg¨® en un petrolero al puerto de Southampton el 17 de diciembre del a?o pasado. El Brent est¨¢ situado al nordeste de las islas Shetland, un archipi¨¦lago que no s¨®lo apoya las reivindicaciones independentistas escocesas, sino que a veces proclama tambi¨¦n sus derechos de autodeterminaci¨®n. En esa zona se han descubierto ya siete yacimientos petrol¨ªferos comerciales, cuyo potencial hace creer que en 1980 el Reino Unido producir¨¢ mucho m¨¢s que los cien millones de toneladas anuales que necesita para autoabastecerse.Ahora hay en el mar del Norte 133 compa?¨ªas que act¨²an a nivel individual o que forman grupos. En calidad de tales han pedido 53 concesiones para explotar cincuenta de los 71 bloques de licencias que el Gobierno acaba de anunciar. Es la quinta ronda de licencias que se otorga desde que comenzaron las exploraciones.
El sistema de explotaci¨®n est¨¢ ya m¨¢s o menos dise?ado. Lo que no se sabe es c¨®mo se va a repartir la riqueza. Los cinco millones de escoceses quieren una parte importante de lo que se obtenga del mar del Norte. Los nacionalistas apoyan el proyecto autonomista presentado por el Gobierno porque estiman que en el plazo de cinco a?os ellos podr¨ªan controlar la Asamblea de Edimburgo y, si no consiguen la independencia, al menos podr¨ªan manejar la econom¨ªa, el gasto p¨²blico y los impuestos. Mientras tanto discuten si los ingresos del petr¨®leo del mar del Norte deben ir en mayor cantidad a Escocia que al resto de Gran Breta?a. Una divisi¨®n radical -50% para los escoceses, 50% para el resto- est¨¢ fuera de lugar, porque, en primer lugar, una soluci¨®n de esas caracter¨ªsticas ser¨ªa vetada por la Comunidad Econ¨®mica Europea. Lo que podr¨ªa resolverse es que los escoceses recibieran una novena parte de los ingresos obtenidos gracias al petr¨®leo, de acuerdo con la poblaci¨®n que aportan al Reino Unido. Lo cierto es que la presi¨®n de la Asamblea que se cree en Edimburgo sobre el Parlamento de Westminster para colmar las aspiraciones de la Escocia de hoy va a ser muy fuerte. Sin duda, el debate de la devoluci¨®n, que en los pasados dos siglos y medio estuvo te?ido de la sangre de la batalla de Culloden, est¨¢ ahora totalmente empapado del oro negro del mar del Norte. Escocia, una de las regiones m¨¢s deprimidas del Reino Unido, est¨¢ ahora inundada de peticiones de empleo, que les env¨ªan a sus empresarios habitantes del sur de Inglaterra, que no quieren emigrar ni a Australia ni a Estados Unidos, sino que quieren fundar su casa en Aberdeen.
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