A la sombra del ring

La obra importante y m¨²ltiple de Huston se dir¨ªa que corre por dos vertientes a la vez paralelas y distantes. Una de la que incluye t¨ªtulos m¨¢s o menos conocidos, amparados en nombres famosos y lanzados como filmes comerciales. Otra, menos asequible, que incluye en ocasiones pel¨ªculas que podr¨ªamos llamar minoritarias si tal denominaci¨®n no se empleara a menudo para amparar o justificar infinidad de obras mediocres.A esta ¨²ltima vertiente, si no maldita, s¨ª menos prodigada, pertenece Fat City que como Reflejos en un ojo dorado o La roja ense?a del valor, revelan desde sus primeros di¨¢logos e im¨¢genes su procedencia literaria. Mas si en la novela de Carson McCullers, los s¨ªmbolos fallaban al pasar, al cine, arrastrando tras s¨ª un mundo superado en costumbres, moral y relaciones, en el caso de la novela de Leonard Gardner, tal riesgo se salva por la gran tradici¨®n de que los temas de boxeo gozan en el cine y la literatura norteamericana y tambi¨¦n porque Huston, boxeador en su juventud, ha enriquecido el filme con propios recuerdos y vivencias personales.

Esto es visible tambi¨¦n a lo largo de las dos historias paralelas que componen la narraci¨®n: la del campe¨®n fracasado en el ring y en la vida, y la del que nada es y duda en sus primeros pasos hacia la fama y el t¨ªtulo. Con los dos personajes se inicia la pel¨ªcula y con los dos concluye, como un mundo cerrado en el que nadie fuera capaz de escapar, como si un oscuro fatalismo pesara sobre los dos protagonistas. Ello resulta casi palpable en la magn¨ªfica ambientaci¨®n, en los tipos y en la morosa complacencia con que a veces Huston se recrea en las situaciones, lejos siempre del melodrama y de los t¨®picos habituales localizados no en el brillante mundo de las grandes ciudades, sino en el bajo y humilde de la m¨¢s ¨ªnfima picaresca del espect¨¢culo. Todo lo que, ¨¦ste es hoy, a la vez deporte sangriento y negocio, suicidio y espect¨¢culo, se halla, aqu¨ª admirablemente dado en el peque?o lugar de Stockton entre alcohol, mestizos y plantaciones, entre el fracaso de los d¨¦biles, la miseria, la enfermedad y la soledad apuntando el final de la tragedia.

El tema as¨ª va m¨¢s all¨¢ del puro mundo del boxeo. El combate de su protagonista no es contra ning¨²n rival particular, sino contra su propio destino, contra su propia vida, m¨¢s all¨¢ del cuadril¨¢tero. Es como un nuevo capit¨¢n Acab -personaje tambi¨¦n af¨ªn a Huston-, alz¨¢ndose sobre sus propias frustaciones para alcanzar un triunfo que venga a dar sentido y medida, si no a su vida, al menos a su muerte.

Aparte de la espl¨¦ndida fotograf¨ªa junto con las baladas que animan la banda musical, merece destacarse, como en la mayor¨ªa de las obras de Huston, la magn¨ªfica direcci¨®n de actores entre los que sobresalen muy especialmente Susan Tyrrell, en un dificil-papel, y Stocy Keach, en el de Tully, cuyo sudor y sangre s¨®lo valen al, final de sus d¨ªas solitarios una ilusi¨®n fallida, y un pu?ado de d¨®lares.