Los tres pilares: Fidel, escuela y salud
El 1 de enero de 1959, Castro convoca huelga general Batista se fuga. El d¨ªa 8, Fidel entra en La Habana. La ciudad que se encuentra -dicen los cubanos- est¨¢ plagada de lo que hoy aborrecen: prostituci¨®n, pornograf¨ªa, juego y drogas.Los aviones ven¨ªan desde Miami -noventa millas- a esta isla que se hab¨ªa convertido en lupanar de potentados, en sede de alguna mafia, y en prost¨ªbulo made in USA. Los grandes hoteles eran la sede de los ?padrinos?. El hoy hotel Habana Libre no lleg¨® a estrenar su nombre de Hilton, aunque las haches a¨²n figuren en sus puertas.
Carlos Puebla lo canta: ?Aqu¨ª pensaban seguir ganando el ciento por ciento, con casas de apartamentos y echar al mundo a sufrir; y seguir de modo cruel contra el pueblo conspirando para seguirlo explotando. Y en eso lleg¨® Fidel.
Se acab¨® la diversi¨®n. Lleg¨® el comandante y mand¨® a parar. Y aqu¨ª pensaban seguir la costumbre del delito, hacer de Cuba un garito... - ?.
Todo lo escrito hasta ahora es el punto de partida.
Los tres acuerdos
Alrededor de los grandes hoteles se mueve un peque?o cintur¨®n de cierta hampa menor. Son los llamados ?bisneros? (Bussines es el origen de la palabra). Los hoteles poseen tiendas para turistas donde las cosas son mucho m¨¢s baratas.Estos hombres, cordiales, que se hacen en seguida amigos, acaban pidi¨¦ndote una grabadora que t¨² compras por cincuenta pesos -el peso al cambio oficial son 85 pesetas- y que ellos revender¨¢n luego a quinientos en el mercado negro.
Cuando lo comentas con los funcionarios de las entidades oficiales que nos acompa?an, la respuesta es un¨¢nime:
-En todos los pa¨ªses se cometen delitos. No han entendido la revoluci¨®n. Ciertamente, ¨¦stos son los que primero te llaman la atenci¨®n sobre el r¨¦gimen cubano. Hambre, racionamientos en la ropa, en la comida, en el caf¨¦, en el tabaco.
-No han entendido la revoluci¨®n. Cuba ya no es La Habana. Cuba son ya nueve millones de seres que viven y comen y estudian.
-Pero hay pobreza.
-S¨ª, compa?ero. Hay pobreza, pero ya no hay miseria.
Pese todo, ¨¦stos que ?no han entendido la revoluci¨®n? est¨¢n de acuerdo en tres cosas b¨¢sicas. Hay acuerdo un¨¢nime en los tres pilares de la revoluci¨®n. Tres pilares que se llaman el compa?ero Fidel, la educaci¨®n y la sanidad.
Fidel tiene un magnetismo especial. No estaba en Cuba durante nuestra estancia, pero la televisi¨®n -en mal color- nos transmit¨ªa largos reportajes de su estancia africana. Sus discursos eran todo un mensaje de sencillez, cargado de alusiones populares, como si Fidel hubiera estudiado los engranajes y los c¨®digos de la comunicaci¨®n.
La educaci¨®n merece cap¨ªtulo aparte. Baste decir de momento que se ha erradicado el analfabetismo y que la UNESCO ha reconocido la impresionante labor realizada en este campo. La consigna de Jos¨¦ Mart¨ª, ap¨®stol de la revoluci¨®n cubana, est¨¢ en todas las esquinas: ?Ser cultos para ser libres. ?
Toda la ense?anza es gratuita, y es gratuito tambi¨¦n todo lo que acompa?a a la educaci¨®n, material escolar y libros. Los libros son sumamente baratos (quiz¨¢ de lo poco barato que hay en Cuba ahora). Un dato: en 1958, se editaron en la isla menos de un mill¨®n de libros. En 1975, las ediciones sobrepasaron los 31 millones.
Salud p¨²blica
-Mire usted -me dec¨ªa un anciano que quer¨ªa salir de Cuba para reunirse con su familia asturiana-. No podremos comer todo lo que queramos. Pero eso s¨ª: los ni?os estudian y las atenciones m¨¦dicas son extraordinarias.Y lo son. Especialmente para la poblaci¨®n campesina. Antes de la revoluci¨®n hab¨ªa tres hospitales rurales. Hoy hay 56. Antes no hab¨ªa dispensarios en el campo; hoy hay 118. Se carec¨ªa de una red de hospitales; hoy se contabilizan 225. Y para este quinquenio debe concluirse todo un programa de gran amplitud. Antes de 1980 deben estar en pie 49 hospitales, 110 policl¨ªnicos, diecinueve cl¨ªnicas estomatol¨®gicas, 51 hogares de ancianos y diecis¨¦is hogares para impedidos de todo tipo. En la siquiatr¨ªa los avances han sido espectaculares. El hospital de Mazorras, antes una especie de asilo para enfermos mentales, se ha convertido en un centro impresionante que es visitado por profesionales m¨¦dicos de todo el mundo.
La medicina preventiva est¨¢ ocupando ya la mayor parte de los presupuestos. Se ha erradicado la poliomielitis en 1963 (hasta entonces se produc¨ªan 300 por a?o); se ha erradicado el paludismo (que produc¨ªa 3.000 casos anuales) y ha desaparecido la difteria (se daban seiscientos casos cada a?o).
La otra cara de la moneda es que esto ha conllevado unos costos sociales graves y caros. En principio humano, con un largo, doloroso y numeroso exilio de miles y miles de cubanos a los que se ha despojado de muchas cosas. Y despu¨¦s con una austeridad interna que los cubanos hoy padecen en todos los ¨®rdenes de su vida. Hasta con su m¨¢s preciado producto: el tabaco, que est¨¢ racionado para que su exportaci¨®n produzca un ingreso necesario. Por cierto, que en una ocasi¨®n un obrero portuario increp¨® a Castro:
-Compa?ero Fidel: mucho hablar de racionamiento del tabaco, pero lleva cinco cigarros en el bolsillo.
Fidel sac¨® los cigarros, los deshizo contra la mesa de un golpe y estuvo dos a?os sin fumar.
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