El margen de la normalidad

?(...) Son compatibles la opini¨®n contraria a un acto y la aceptaci¨®n del mismo y el respeto a la autoridad constituida en su dominio propio. El pa¨ªs ha cambiado por un impulso de opini¨®n amplio, comprendido y salvaguardado por la Corona. Todo el proceso pol¨ªtico de un a?o y medio tiende a convertir Espa?a en un reino europeo y democr¨¢tico. Y el refer¨¦ndum ha dado ocasi¨®n a que el pueblo dijera p¨²blica y num¨¦ricamente que quiere elecciones generales. Estas deben producirse en un marco de responsabilidad p¨²blica, asumida por todos los titulares de la autoridad. Equivocado o no, cada cual ha de ser consecuente con sus criterios y responsabilidades legales. Y esto vale para el ministro que toma una decisi¨®n, para el presidente que asume una pol¨ªtica, con todos sus riegos y sus exigencias, y para el ministro que cree en conciencia que debe dimitir y lo hace.Hasta aqu¨ª todo puede verse como normal. Si se quiere, con el normal dramatismo de un per¨ªodo de transici¨®n. Dimisi¨®n, y al desagrado con aceptaci¨®n y un fondo trasl¨²cido de protesta, entran en el margen de normalidad propio de un per¨ªodo as¨ª. Lo que dejar¨ªa de ser normal es que dejara de haber transici¨®n."

14 abril