"Alianza germano-espa?ola en el camino hacia una Europa unida"

Tras ser rendidos al Rey los honores de ordenanza (himnos nacionales, ca?onazos, salvas, revista de tropas, fanfarria), los Reyes, acom pa?ados de los se?ores Scheel, se trasladaron en helic¨®ptero al palacio de Gymnich, residencia oficial de invitados de la RFA, un bello palacio situado a treinta kil¨®metros al noroeste de Bonn, rodeado de bosques y huertas. All¨ª tuvo lugar, el primer intercambio de impresiones entre los dos jefes de Estado.Mientras, el ministro de Asuntos Exteriores espa?ol, Marcelino Oreja, se reun¨ªa con su colega Genscher en el Ministerio federal del Exterior para preparar el complejo temario de las conversaciones que por la tarde iba a sostener don Juan Carlos con el jefe de la diplomacia g¨¦rmana, en presencia de Oreja.

Don Juan Carlos sostuvo una segunda entrevista con Scheel en el curso de la ma?ana (do?a Sof¨ªa se reuni¨® con la se?ora Scheel), antes de que los cuatro se reunieran a almorzar en privado y antes de que don Juan Carlos se encerrara con Genscher en el palacio de Gymnich, durante m¨¢s de una hora, para tratar temas de la m¨¢xima importancia par¨¢los dos pa¨ªses, despu¨¦s de la larga reuni¨®n sostenida por los dos jefes de las diplomacias germana y espa?ola.

Si un jefe de Estado, que viaja en representaci¨®n de un pa¨ªs, lo hace fundamentalmente para mantener conversaciones al m¨¢s alto nivel y para establecer contactos que en un futuro pu¨¦den convertirse en acuerdos concretos, el ministro de Asuntos Exteriores viaja necesariamente para trabajar y para apoyar la infraestructura del "viaje de Estado". Por ello, si importante fue la cena ofrecida a los Reyes, anoche por el presidente de la Rep¨²blica y el discurso pronunciado por Walter Scheel, no menos importante, pol¨ªticamente hablando, fue la reuni¨®n de trabajo y el almuerzo ofrecido por Genscher a Oreja.

Sin que haya trascendido a¨²n nada oficialmente, los temas que trataron los dos ministros fueron al menos siete: situaci¨®n pol¨ªtica espa?ola y elecciones, ayuda alemana al proceso de democratizaci¨®n espa?ol, cooperaci¨®n de ambos pa¨ªses en materia nuclear, intereses de los trabajadores espa?oles en Alemania (en la actualidad hay en este pa¨ªs 110.000 espa?oles), intereses econ¨®micos alemanes en Espa?a, mandato de negociaci¨®n entre Espa?a y la CEE, recientemente aprobado, y solicitud de apoyo para el ingreso de nuestro pa¨ªs en la Comunidad Europea y conferencia europea de seguridad (a celebrarse en el mes de junio en Belgrado, y en la que nuestro pa¨ªs gozar¨¢ de una posici¨®n destacada).

De informaciones no oficiales parece desprenderse el hecho de que Oreja le habr¨ªa expuesto a Genscher el deseo espa?ol de hacer una solicitud formal de ingreso en la CEE a principios del pr¨®ximo oto?o. Por otra parte, tambi¨¦n le habr¨ªa hablado de la intenci¨®n de no legalizar a ning¨²n partido a la izquierda de los comunistas, al menos por el momento. Genscher dijo en su discurso que la visita de los Reyes es de enorme importan cia pol¨ªtica y que el camino de la democracia iniciado en Espa?a es el mismo camino qu¨¦ conduce a Europa. Se refiri¨® al tema de los derechos humanos y de la libertad (dos temas que van a primar en Belgrado), para decir que la CEE no es un club exclusivo y que en ¨¦l tienen que caber todas las demo cracias europeas. El ministro es panol contest¨® con unas palabras, improvisadas, algo m¨¢s que protocolarias.

Antes de recibir en¨¢uditncia al ministro federal alem¨¢n del Exterior, don Juan Carlos se hab¨ªa reunido en el Beethoven-Halle con el cuerpo diplom¨¢tico acreditado en Bonn, para asistir antes de la cena de gala, lo que pon¨ªa un contra punto cultural a la densa jornada pol¨ªtica, a la representaci¨®n de la ¨®pera ?El rapto del serrallo?, de Mozart, en el lujoso teatro de la Opera de Bonn, acompa?ados de los se?ores Scheel, que ayer dedicaron todo su tiempo a los Monarcas espa?oles.

Cena de gala

La cena de gala, en el palacio oficial de la Redoutte, se desenvolvi¨® en un ambiente de gran cordiaIidad. Asisti¨® el s¨¦quito oficial espa?ol completo, encabezado por el ministro de Asuntos Exteriores y la se?ora de Oreja. A los postres, Walter Scheel, con su elegante aspecto de viejo gal¨¢n cinematogr¨¢fico, se levant¨® para pronunciar un discurso en,el que empez¨® diciendo que la visita ?hace evidente el comienzo de un nuevo cap¨ªtulo en las relaciones entre nuestros dos pueblos? y que Espa?a, por su propia decisi¨®n, hab¨ªa escogido el camino de la democracia parlamentaria y de la colaboraci¨®n con Europa.

Scheel habl¨® de las transformaciones ?que vuestro pa¨ªs ha experimentado en el ¨²ltimo a?o y medio?, para referirse al valor que ha tenido Espa?a para dar pasos audaces. ?Bajo vuestra segura direcci¨®n se han puesto los cimientos para un nuevo orden pol¨ªtico?, dijo. En otro momento de su discurso a?adi¨® que en este momento decisivo de la historia de Espa?a, nuestro pa¨ªs dispone de personalidades que est¨¢n en condiciones de dirigir por el recto camino el dif¨ªcil proceso renovador, con sentido de, la medida y con amplia visi¨®n.

Dijo tambi¨¦n que el camino de la democracia acercar¨¢ nuestro pa¨ªs a Europa, y al profundizar en el tema de la CEE no dej¨® en el tintero que ?nosotros necesitamos a Espa?a tanto como Espa?a a nosotros?. ?Dependemos rec¨ªprocamente unos de otros. Esta Europa no ser¨ªa concebible sin Espa?a. ?

Hizo alusiones hist¨®ricas, para pasar a locar el tema de la posible cooperaci¨®n hispano-germana en dos regiones del mundo en las cuales Espa?a podr¨ªa servir como cabeza de puente. Habl¨® de los emigrantes espa?oles, ?que son muy estimados aqu¨ª por su conciencia de s¨ª mismos, su humanidad, su laboriosidad y su segura fidelidad?. Y el final de su brindis fue el aludido al principio: ?Viva Espa?a. Viva la amistad germano-espa?ola y nuestra alianza en el camino hacia una Europa unida.?

La respuesta de Juan Carlos fue m¨¢s protocolaria. Parece que su discurso importante se producir¨¢ esta noche, en la cena que devolver¨¢ a los se?ores de Scheel en el palacio de Gymnich.

El denso programa continuar¨¢ hoy mi¨¦rcoles. El Rey tiene una comida y una reuni¨®n con el canciller Schmidt, el discurso del canciller, con ser altamente halagador para Espa?a, no tendr¨¢ tanto impacto como el del presidente de la RFA. Aqu¨ª, con un sistema pol¨ªtico distinto al espa?ol, la figura del presidente es m¨¢s bien representativa, aunque importante. Sus decisiones tienen que contar con el consentimiento del canciller. Y Schmidt, con ser buen amigo de Espa?a, es algo m¨¢s duro de roer, porque su partido, la socialdemocracia, SPD, le va a atar m¨¢s corto. La euforia oficial alemana en su amistad hacia Espa?a contrasta un poco, con la postura del hombre de la calle, que, eso s¨ª, ver¨ªa con buenos ojos la reincorporaci¨®n de Espa?a a Europa, pero a la que, por el momento, s¨®lo le preocupa que la transici¨®n en Espa?a se haga por la v¨ªa pac¨ªfica. Porque son muchos los intereses econ¨®micos que poseen en Espa?a.

Con todo, el ¨¦xito de esta primerajornada ha superado a la propia organizaci¨®n. La diplomacia espa?ola presente en Bonn est¨¢ plet¨®rica. Esperaban un nuevo espaldarazo¨¢ la Monarqu¨ªa, pero Scheel ha sido m¨¢s generoso: ha hablado, para empezar, de una nueva alianza germano- espa?ola. A m¨¢s de uno se le, ocurrir¨¢ pensar en la posibilidad de un eje Madrid-Bonn, cuando en el Parlamento Europeo haya un censo adecuado de espa?oles. Y m¨¢s si Francia deriva a la izquierda en las pr¨®ximas legislativas.