Una bomba en EL PAIS
Acabo de leer su engendro del domingo y no me queda duda del se?or¨ªo de un L¨®pez Bravo soportando la incre¨ªble provocaci¨®n de la periodista. A muchos profesionales habr¨ªa que pedir perd¨®n por adjudicarla tal nombre, pues visto el repertorio debi¨® poner a la moza de patitas en la calle y querellarse contra ustedes por su contrastada imbecilidad.He le¨ªdo tres veces su peri¨®dico y no habr¨¢ m¨¢s. Son ustedes maestros -felic¨ªtense en la distorsi¨®n y la mentira. Ninguna calumnia les parece desde?able. Con la misma sa?a atacan ustedes a la familia, la ley, la Patria y la Instituci¨®n mon¨¢rquica, pero, eso s¨ª, sin privarse de la doblez y la fals¨ªa. En su elenco de ilustres colaboradores militan un Gil-Robles que nos parti¨® Espa?a y defiende pleitos olvid¨¢ndose de los suyos de Italia; un Ricardo de la Cierva, maestro en el arte de vestirla Historia seg¨²n la chaqueta que a cada momento conviene; un Francisco Umbral, que aqu¨ª en Valladolid cae ya gordo hasta a las piedras...Pero lo inadmisible, lo que no puede tolerar ning¨²n espa?ol que haya llorado el martirio de sus padres es el salvaje an¨®nimo de ayer domingo sobre Francisco Franco.
Franco, lo quiera o no, es para miles de espa?oles que no engordamos la pol¨ªtica un faro inextingible. Es una figura inconmensurable por encima de todos los Ricardo de la Cierva juntos, es el m¨¢ximo regalo que pudo hacernos jam¨¢s la Providencia. En la emoci¨®n del recuerdo a Franco viven mis hijos y vivir¨¢n mis nietos y por ¨¦l aceptamos una espl¨¦ndida Monarqu¨ªa que ¨¦l prepar¨® para dar los magn¨ªficos frutos que est¨¢ dando.
No se equivoque ni usted ni sus alcahuetes. Muchos espa?oles estamos ya al borde de nuestra resistencia. No siga ofendiendo figuras sagradas, porque entonces la violencia estallar¨¢ sin que nadie pueda calcular sus consecuencias.Sea consecuente con su cacareada reconciliaci¨®n, deje en paz a los h¨¦roes.
Y si no, ponga una bomba bajo su peri¨®dico y v¨¢yase a sembrar patatas, que maldita la falta que vamos a echarle.
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