La sala segunda del Supremo se declara competente en el asunto Sofico
La sala segunda del Tribunal Supremo, encargada de juzgar los supuestos delitos y faltas de personalidades y altos cargos sujetos a forali?dad, va a declararse competente en el caso Sofico, seg¨²n todos los indicios. En consecuencia, cabe suponer que el alto tribunal ha encontrado suficientes motivos para dudar sobre la conducta de algunos militares de alta graduaci¨®n y miembros de la carrera judicial, consejeros de la sociedad, en las actividades de Sofico.
El hundimiento de Sofico y todas sus empresas asociadas afect¨® a peque?os y medianos ahorradores, espa?oles y extranjeros, que hab¨ªan confiado sus fondos al reclamo del simp¨¢tico caballito de mar y la publicidad que promet¨ªa sustanciosas rentabilidades - 12%- a los inversores. Aquellas promesas - y las esperanzas de los inversores- se truncaron definitivamente en diciembre de 1974, cuando la totalidad de las empresas del grupo hab¨ªan presentado solicitud de suspensi¨®n de pagos. Los diez meses anteriores aportaron un constante desfile de declaraciones y querellas de los directivos de Sofico, asegurando que el caballito se manten¨ªa y arremetiendo contra las informaciones que, desde el verano, aseguraban que la empresa hac¨ªa agua.
Un largo proceso
Posteriormente se inicia un largo y complicado proceso, en el que aparecen l¨®gicamente implicados los consejeros de la sociedad, entre los que se encuentran Eugenio Peydr¨® -padre e hijo-, presidente y consejero delegado, respectivamente, de la empresa, que fueron encarcelados en mayo del pasado a?o; los generales, Cabanillas -vicepresidente-, e Hip¨®lito Jim¨¦nez -secretario-; y varios consejeros pertenecientes asimismo a las Fuerzas Armadas y otros a la carrera judicial en activo.
En diciembre del pasado a?o, el juez especial designado para investigar sobre las actividades de Sofico remite las actuaciones a la sala segunda del Tribunal Supremo, por estimar que existen indicios de culpabilidad en personas que, aun sin pertenecer a las Cortes o al Consejo Nacional, est¨¢n sujetas a determinados privilegios forales. En esa ocasi¨®n se insinu¨® tambi¨¦n la posibilidad de que las sospechas hubieran reca¨ªdo asimismo en algunas personas que ocuparon altos cargos en la Administraci¨®n. En todos los casos, al no ser los implicados miembros de ninguna de las c¨¢maras, no es necesario el suplicatorio para dictar su procesamiento; s¨®lo se precisa que la sala segunda se declare competente, tal y corno parece va a anunciar oficialmente en los pr¨®ximos d¨ªas.
El entramado de actuaciones judiciales contra Sofico es tremendamente complejo, debido sobre todo a las diversas empresas que integraban el grupo y al importante n¨²mero de perjudicados. Hasta el momento s¨®lo se ha logrado un arreglo parcial con los afectados en el caso de Sofico Servicios Tur¨ªsticos, mediante el cual los acreedores se hicieron cargo de la totalidad del activo de la sociedad. No obstante, esta rama de Sofico es una de las de menor entidad, en lo que a compromisos y responsabilidades aparentes se refiere. Mayor complejidad ofrecen los casos de Sofico Renta, Sofico Inversiones y Sofico Vacaciones.
En conjunto, aunque los informes de la empresa presentaban un activo global de 8.664 millones de pesetas, frente a un pasivo de 7.496 -la empresa solicit¨®, obviamente, suspensi¨®n de pagos-, diversos informes reservados coincid¨ªan en se?alar a Sofico un activo de s¨®lo 783 millones, frente a un pasivo de 11.893 millones de pesetas. Posteriormente, las autoridades judiciales declarar¨ªan la insolvencia de empresas del grupo Sofico, al superar ampliamente el pasivo al activo de que dispon¨ªa el caballito de mar.
Vuelve la esperanza
A principios del pasado a?o, varios de los perjudicados -m¨¢s de mil- por el affaire recurrieron contra la Administraci¨®n, por supuestas irregularidades, especialmente en los servicios de vigilancia del Ministerio de Informaci¨®n y Turismo. Posteriormente, el auto de procesamiento del presidente y de su hijo y la remisi¨®n de las actuaciones al Supremo hicieron temer a los numerosos afectados por el inicio de un tr¨¢gico impasse en sus reclamaciones. En conjunto, los afectados de Sofico reclaman -s¨®lo a nivel de inversores- cantidades superiores a los 5.00.0 millones de pesetas.
Si, como parece, la sala segunda del Supremo se declara competente en el terna, podemos asistir a una revitalizaci¨®n del proceso de uno de los esc¨¢ndalos financiero-urban¨ªstico-tur¨ªsticos de los ¨²ltimos a?os de Europa. Esto devolver¨ªa, obviamente, las esperanzas a cuantos, con buena fe evidente, confiaron en la simp¨¢tica imagen del caballito de mar y las promesas de una rentabilidad anual del 12 %.
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