Moro propone el "paralelismo inusitado" para colaborar con los comunistas
La violencia universitaria, un¨¢nimemente condenada en todo el pa¨ªs, y el secuestro del hijo del l¨ªder socialista De Martino, sobre el que la prensa, a petici¨®n de la familia, observa el m¨¢s riguroso silencio, han frenado las negociaciones de los partidos para llegar a una f¨®rmula de Gobierno m¨¢s estable.La semana ha pasado sin conversaciones bilaterales entre los partidos, propuestas por los socialistas y proseguidas por la Democracia Cristiana. El secretario del partido, Benigno Zaccagnini, se vi¨® obligado a guardar cama- y s¨®lo el mi¨¦rcoles pr¨®ximo la Democracia Cristiana se reunir¨¢ para adoptar una posici¨®n sobre el espinoso problema de la colaboraci¨®n con los comunistas. En los contactos precisos mantenidos entre los l¨ªderes, Amintore Fanfani insiste en que para que una democracia funcione correctamente ?es necesario que exista una mayor¨ªa y una oposici¨®n?.
El presidente del partido, Aldo Moro, busca, sin embargo, en el di¨¢logo con la base del partido nuevas f¨®rmulas. Hablando en Mantua a los democtistianos se ha inventado la nueva f¨®rmula de ?paralelismo inusitado? con el Partido Comunista.
Seg¨²n Moro, el Partido Comunista contribuy¨® en el pasado a la inestabilidad, pero ha demostrado ahora que respeta las exigencias objetivas. A fin de poder gobernar el pa¨ªs, la Democracia Cristiana acepta el nuevo hecho de un paralelismo entre su postura y con la del Partido Comunista, a pesar de que ni sus afiliados ni su electorado lo entiendan f¨¢cilmente.
Moro cree que esta apertura no significa que su partido tenga que renunciar a ser una ?alternativa ideal? al comunismo. Simplemente es posible ponerse de acuerdo razonablemente sobre cosas concretas. Para contener y equilibrar la presencia comunista, la Democracia Cristiana pide, adem¨¢s, la convergencia con otros partidos de izquierda. No existen, pues, condiciones para acuerdos globales. Lo ¨²nico posible, por ahora, es concertar un programa.
La Democracia Cristiana propone una forma controlada de cooperaci¨®n y pide a la vez a la izquierda que no exija cosas que, en conciencia, no puede dar, pues de lo contrario se corre el riesgo de elecciones anticipadas.
El reciente test electoral, que ha hecho subir a la Democracia Cristiana, le permite ahora jugar una pol¨ªtica de ?aplazar? las decisiones. La izquierda no acepta dar largas a los problemas y pide que se ¨ªntenten las actuales alianzas. Los socialistas, que se reunieron el jueves pasado, esperan una respuesta de la Democracia Cristiana con urgencia. Los socialdem¨®cratas insisten en que es posible una coalici¨®n de su partido con socialistas. y republicanos. Los liberales ponen como condici¨®n que los comunistas no entren ni en una mayor¨ªa parlamentaria ni mucho menos en el Gobierno
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