Fortalecimiento de las relaciones entre Irlanda y Gran Breta?a
El final de la audiencia p¨²blica de la denuncia irlandesa contra la conducta que Gran Breta?a observ¨® en el Ulster a principios de los a?os setenta, termin¨® en el Tribunal de los Derechos Humanos, de Estrasburgo, sin haber causado ning¨²n estrago notable en las relaciones entre acusador y acusado.
Al rev¨¦s, al t¨¦rmino del proceso p¨²blico, el fiscal irland¨¦s, Declan Costello, dijo lo que su colega brit¨¢nico, Sam Silkin, ha venido repitiendo a lo largo de las audiencias: el enemigo real del pueblo irland¨¦s es el IRA. Dubl¨ªn llev¨® este caso al tribunal de Estrasburgo porque es consciente de que un veredicto de tan alto organismo sobre tal denuncia paralizar¨¢ la guerra de propaganda que se mantiene en Irlanda por parte de organizaciones paramilitares como esta y reforzar¨¢ la vigilancia de los derechos humanos.La denuncia irlandesa se ha referido a casos de discriminaci¨®n en el tratamiento de sospechosos cat¨®licos y protestantes del Ulster, en detrimento de los primeros. Las fuerzas de seguridad brit¨¢nicas, de acuerdo con la interpretaci¨®n irlandesa, usaron sus poderes a principios de esta d¨¦cada, para obtener confidencias de sospechosos por m¨¦todos de tortura, contrarios a la convenci¨®n europea de los derechos humanos. Gran Breta?a pidi¨® perd¨®n, y Silkin ha repetido a lo largo de la ¨²ltima parte de las audiencias que esa conducta ces¨® en cuanto se conocieron los primeros casos, en 1.972, y que jam¨¢s se volver¨¢ a repetir.
En realidad se han enfrentado ante el tribunal de Estrasburgo dos pa¨ªses que comparten la misma actitud con respecto al terrorismo. Las palabras de Costello ante los dieciocho jueces internacionales que ahora consideran el veredicto son un reflejo de la verdadera posici¨®n que el Eire adopta ante el IRA, que hace algunos a?os cre¨ªa tener un refugio seguro en el Sur y que ahora es perseguido en ambos lados de la frontera irlandesa con la misma sa?a.
Desde el punto de vista de la reputaci¨®n internacional, el proceso, cualquiera que sea su resultado, habr¨¢ da?ado a Gran Breta?a, pero a largo plazo es dif¨ªcil que dificulte las relaciones entre Londres y Dubl¨ªn. La cooperaci¨®n de las fuerzas de seguridad de ambos pa¨ªses est¨¢ cada d¨ªa m¨¢s fortalecida. La decisi¨®n del Gobierno del Eire de no aceptar las amenazas de suicidio de los prisioneros del IRA que han pasado 47 d¨ªas en huelga de hambre basta para mostrar la determinaci¨®n con que act¨²a Dubl¨ªn cuando esta organizaci¨®n republicana est¨¢ por medio.
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