El futuro del Gobierno laborista sigue en "el alero"
La situaci¨®n actual de los partidos en el Parlamento de Westminster es exactamente la siguiente: laboristas, 310; conservadores, 281; liberales, trece; laboristas escoceses, dos; nacionalistas galeses, tres; nacionalistas escoceses, once; independientes, uno; unionistas del Ulster, diez; socialdem¨®cratas laboristas, uno; speaker, uno.
En estos momentos se vota en dos circunscripciones, Grimsby y Ashfield, y el resultado, que no se sabr¨¢ hasta la madrugada de hoy, alterar¨¢ este cuadro, que ya es bastante sombr¨ªo para el Partido Laborista.Ashfield, en la zona minera del condado de Nottinghamshire, parece un lugar seguro para los laboristas. Ocupaba el esca?o David Marquand, un pol¨ªtico avezado y fr¨ªo que obtuvo en las elecciones generales de octubre de 1974 la confortable mayor¨ªa de 22.915 sufragios sobre su rival conservador. Pero David Marquand es asesor pol¨ªtico y amigo personal de Roy Jenkins, hoy presidente de la Comunidad Econ¨®mica Europea, y se vio obligado a dimitir de su puesto como parlamentario para poder atender con rigor sus obligaciones en Bruselas. No sin meditarlo cuidadosamente y consultarlo con el propio Callaghan, porque la situaci¨®n del partido es tan precaria que cada esca?o vale un tesoro.
Pero no parece probable que el candidato laborista, un antiguo profesor llamado Michael Cowan, cuarent¨®n, asesor del Comit¨¦ Financiero en el condado, corra peligro, Har¨ªa falta un giro del 20,6% del electorado hacia los tories para que el candidato de ¨¦stos, Tim Smith (que pas¨® por varios ratos amargos estos d¨ªas al visitar algunas cuencas mineras de la zona y ser recibido con alguna burla y no poca antipat¨ªa), consiguiera el acta.
Los dem¨¢s candidatos, sin esperanza, son Jill Hall, del Partido Socialista de los Trabajadores, y George Herrod, del neofascista Frente Nacional, que puede muy bien conseguir un n¨²mero preocupante de votos, dado el impulso que ¨²ltimamente recibe el partido de los grupos racistas y de algunos sectores del conservadurismo. M¨¢s dif¨ªcil y m¨¢s comprometedora para todos es la situaci¨®n en Grimsby, el esca?o que ocupara Anthony Crosland, muerto hace unas semanas.
Grimsby es un lugar casi aislado, duro, mal comunicado. Precisamente, este tema de las comunicaciones por carretera con el resto del pa¨ªs ha sido uno de los caballos de batalla sobre los que han galopado los tres candidatos m¨¢s importantes, el laborista, Austin Mitchell, periodista de televisi¨®n; el conservador, Robbie Blair, y el liberal, Andrew de Freitas. Pero otro tema es, verdaderamente, la clave de la cuesti¨®n: la pesca. Margaret Thatcher, que ha vigilado la campa?a electoral con celo extraordinario, estuvo all¨ª hace unos d¨ªas recurriendo a los trucos m¨¢s elementales y m¨¢s ¨²tiles de la ?tecnolog¨ªa electoral?: dejarse besar por un pescador y aprender a salar bacalao. Grimsby tiene un enorme problema de paro, y la poblaci¨®n, relacionada de una u otra manera con la pesca, vive en una situaci¨®n de nerviosismo y mal contenida ira, que pudiera ser decisiva en los sufragios. Es significativo el hecho de que el candidato tory, Robbie Blair, dirige una de las empresas de conservas de pescados m¨¢s importantes de la comarca
Todo, pues, parece indicar una victoria laborista en Ashfield y una decisi¨®n apretada en Grimsby. Pero s¨®lo con perder un esca?o, el Partido Laborista pierde sangre a chorros. Ya en minor¨ªa ante la oposici¨®n combinada, tiene que colgarse desesperadamente de los votos liberales en los Comunes, sacrificando toda posible pol¨ªtica socialista. Si cae tambi¨¦n en Grimsby, la erosi¨®n del prestigio gubernamental habr¨¢ llegado a un nivel peligroso, precisamente en v¨ªsperas de las elecciones locales, en las que ya se prev¨¦ una marcha triunfal de la derecha, incluyendo en las filas marciales nada menos que a los candidatos del ?National Front?.
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