La planificaci¨®n una conquista de las sociedades avanzadas
Con independencia de que en Holanda el uso de los anticonceptivos no s¨®lo est¨¢ permitido, sino que sus costos y el tratamiento m¨¦dico que se derive del uso de los mismos los cubre la seguridad social del Estado, los sesenta centros o cl¨ªnicas de planificaci¨®n familiar -como les llaman ellos- atienden todos los casos de quienes no quieren, no se atreven o no juzgan adecuado pasar por el m¨¦dico de cabecera para que les ayude a resolver las cuesiones relacionadas con los m¨¦todos anticonceptivos y con el mismo desarrollo de la sexualidad.Estas cl¨ªnicas, situadas normalmente en las ciudades m¨¢s populosas, comenzaron a funcionar en Holanda, hace aproximadamente cien a?os, como centros de planificaci¨®n familiar. Han ido en aumento a medida que este tema se ha generalizado, sobre todo con el descubrimiento de los anticonceptivos orales.
A las personas que acuden a estos centros, normalmente mujeres, aunque tambi¨¦n se acercan parejas, se les explican todas las posibilidades de regular los nacimientos por medio de contraceptivos, preservativos, anticonceptivos, m¨¦todos naturales e incluso la abstinencia. En caso de que el cliente elija la p¨ªldora, se le proporciona asesoramiento m¨¦dico para elegir la m¨¢s adecuada a su constituci¨®n y fisiolog¨ªa.
La asistencia en estas cl¨ªnicas es completa, por cuanto si la persona que acucie a ellas tiene problemas de otro orden m¨¦dico, sicol¨®gico o social, es atendida e, incluso, internada para ser tratada por especialistas m¨¦dicos, siquiatras, sex¨®logos, asistentes sociales y otros. Seg¨²n estad¨ªsticas de los propios centros, aproximadamente un 30% de las personas que piden consejos de contracepci¨®n tienen problemas sexuales o de relaciones con la pareja, motivo por el que estos centros de planificaci¨®n familiar se encuentran estrechamente relacionados con la Asociaci¨®n de Educaci¨®n Sexual de Holanda.
A los clientes que llegan a las cl¨ªnicas pidiendo ayuda para abortar, si la decisi¨®n de abortar la ha tomado conscientemente y sin ning¨²n tipo de presiones familiares o de otros sectores, o personas, o circunstancias, se les ayuda a encontrar los medios concretos para efectuar el aborto con plenas garant¨ªas de seguridad. Esta acci¨®n la llevan estos centros al amparo del permiso t¨¢cito concedido por el Tribunal Supremo de Holanda para abortar en las condiciones que se?ala la ley de Aborto, que, aprobada por el Parlamento holand¨¦s, pero vetada por el Senado, espera, en manos del nuevo Gobierno, la decisi¨®n de su publicaci¨®n.
Los centros de planificaci¨®n familiar se financian principalmente a partir de tres fuentes de ingresos: un tercio de lo que pagan los pacientes, otro tercio de ayuda del Estado y el ¨²ltimo tercio del margen de la venta de los productos o m¨¦todos contraceptivos. Las cl¨ªnicas intentan que las personas que las visitan paguen por sus servicios seg¨²n las posibilidades econ¨®micas de aqu¨¦llas. Teniendo en cuenta que el salario m¨ªnimo en Holanda es de 40.000 pesetas al mes no puede considerarse como excesivo el precio de una consulta normal en estos centros: unas quinientas pesetas. Una consulta sexol¨®gica cuesta novecientas pesetas, y el resto de las consultas, seg¨²n los servicios y el tratamiento practica dos. A los j¨®venes se les cobra unas 150 pesetas.
Contracepci¨®n y planificaci¨®n
Las bases te¨®ricas de estos centros de planificaci¨®n familiar las ha desarrollado el profesor Karbaat, director en Europa de la Federaci¨®n Internacional de Planificaci¨®n Familiar, Y persona muy ligada a las actividades de los mismos.
?Hasta ahora -dice- el doctor Karbaat- se pensaba que la planificaci¨®n consist¨ªa en la abstinencia de relaciones sexuales; hasta que en los pa¨ªses industrializados comenzaron a practicarse otros medios de control de nacimientos, sobre todo los anticonceptivos y concretamente la p¨ªldora, que se han ido perfeccionando a medida que avanzaban las ciencias m¨¦dicas, la tecnolog¨ªa y la capacidad de investigaci¨®n de los laboratorios farmac¨¦uticos.?
?Hablar de planificaci¨®n familiar no quiere decir exactamente hablar de contracepci¨®n. El primero es un concepto m¨¢s amplio que el segundo. La contracepci¨®n es un medio de regular la fecundidad natural, un medio que se usa para planificar el n¨²mero de hijos o la posibilidad de no tenerlos, es decir, se transforma la fecundidad natural en voluntaria. La planificaci¨®n familiar supone la responsabilidad sobre los hijos (traerlos y educarlos) sin perder de vista las necesidades de la sociedad. Influyen, por tanto, muchas variables: individuales y sociales, econ¨®micas y religiosas. ?
La planificaci¨®n exige la anticipaci¨®n, e implica un planteamiento consciente dentro del contexto familiar, pero a pesar de su vertiente individual tiene unas clar¨ªsimas consecuencias demogr¨¢ficas, econ¨®micas y sociales. Dominar la explosi¨®n demogr¨¢fica es una de las tareas m¨¢s urgentes que tiene planteadas el mundo actual. Basta decir que la poblaci¨®n mundial aumenta por segundo en tres nuevos ciudadanos, noventa millones de personas por a?o, lo que significa que si contin¨²a este ritmo de crecimiento demogr¨¢fico, dentro de 35 a?os se habr¨¢ doblado la poblaci¨®n mundial.
Contracepci¨®n oral
Uno de los medios de planificaci¨®n familiar considerados como m¨¢sseguros es el de la anticoncepci¨®n oral. Desde la aparici¨®n de la farmacoterapia son los medicamentos m¨¢s usados, seg¨²n el doctor Fl. Kopera, profesor del Instituto de Farmacolog¨ªa de la Universidad de Graz. Seg¨²n sus estimaciones, m¨¢s de cincuenta millones de mujeres en el mundo toman diar¨ªamente los contraceptivos orales. Estos medicamentos ayudana la planificaci¨®n de la fecundidad de la mujer, que, entre los quince y los 45 a?os podr¨ªa tener, sin aplicarse ning¨²n control, entre los veinte y los treinta hijos.
Con el uso de Ia contracepci¨®n la mujer moderna pretende vivir mejor su vida afectiva y aprovecharse de los adelantos de la tecnolog¨ªa y de la medicina, ¨¦stos al menos son algunos de los motivos personales que se?alan los estudiosos del tema. Como tambi¨¦n se?alan -lo ha dicho el doctor Karbaat (ya citado)- que, seg¨²n se desprende de los ¨²ltimos estudios, los anticonceptivos por v¨ªa oral ofrecen las mayores seguridades de que el embarazo no se: produzca frente al empleo del resto de otros medios (preservativos, medidas de temperatura, dia fragmas, espirales) que arrojan unos m¨¢rgenes de fallos en algunos casos -como es el caso de los pre servat¨ªvos- bastante elevados.
Seg¨²n dicho estudio llevado a cabe por la Federaci¨®n Europea de Planificaci¨®n Familiar, en Europa la p¨ªldora es el anticonceptivo m¨¢s seguro, aunque se usa en mayores porcentajes el preservativo para impedir el embarazo. Seg¨²n los mismos resultados, ¨¦ste tiene un margen de fallos entre doce y 43 %. El uso de anticoncept¨ªvos est¨¢ relacionado directamente con la actividad heterosexual de la pareja, sexualidad que alcanza la zona de mayor convergencia alrededor de los veinticinco a?os. En los momentos de no convergencia, sobre todo, despu¨¦s de esta edad, la acti vidad sexual se canaliza por otras v¨ªas (sublimaci¨®n, masturbaci¨®n. amantes) Y en cuanto al comportamiento sexual experimentado en este mismo a?o en Europa se deduce del estudio que la zona de m¨¢xima convergencia de inter¨¦s por el sexo en la pareja se produce a los veinticinco a?os. En las zonas de no convergencia sexual de hombres y mujeres tanto unos como otros cubren sus relaciones sexuales un 60% mediante la masturbaci¨®n, un 30 % lo subliman y un 10 % se buscan un amante.
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